¿Sabes que es la anasognosia?

Historia de la anosognosia

En 1895 Von Monakov describe el caso de un paciente con ceguera cortical a raíz de una lesión en áreas visuales primarias. Lo que destaca de dicho paciente es la falta de conciencia sobre tal déficit. Sin embargo, no es hasta 1914 cuando Babinski presenta en la Sociedad de Neurología de París el caso de dos pacientes con hemiplejía izquierda y una ausencia total de conciencia de su defecto motor. A su vez, introduce el concepto de anosodiaforia, haciendo referencia a los casos en los que existe una total indiferencia hacia la enfermedad.

Definición de la anosognosia

Prigatano, por su parte, define la anosognosia como un fenómeno clínico por el cual un paciente con una disfunción cerebral no parece ser consciente del deterioro de la función neurológica y/o neuropsicológica, que es evidente para el médico y otros. Esta falta de conciencia no puede ser explicada por hiperarousal o un deterioro cognitivo generalizado, ni por un mecanismo de negación propio del paciente. La causalidad de la lesión es indiferente respecto a la posibilidad de mostrar anosognosia durante la evolución del trastorno. Así, ésta incide anatómicamente en regiones cerebrales implicadas en la toma de conciencia, dando lugar a una alteración en la capacidad para reconocer o apreciar la severidad de los déficits. Nuestro YO, entendido como la conciencia sobre nosotros mismos, queda relegado y no puede integrar la información referida a la lesión como parte de nosotros, es como si no existiese.

Criterios diagnosticos y cormobilidad

A pesar de que no existen criterios específicos para su diagnóstico, el Consorcio de Neuropsicología Clínica (2010) publicó los siguientes criterios, con el fin de ayudar a su identificación y clasificación:

  1. Alteración de la conciencia de padecer un déficit físico, neurocognitivo y/o psicológico o el padecimiento de una enfermedad.
  2. Alteración en forma de negación del déficit, evidenciada en afirmaciones como “no se por qué estoy aquí“, “no se qué es lo que me pasa”, “nunca se me han dado bien estos ejercicios, es normal que no lo haga bien”, “son los demás los que dicen que estoy mal”
  3. Evidencia de déficits mediante instrumentos de evaluación.
  4. Reconocimiento de la alteración por parte de familiares o conocidos.
  5. Influencia negativa sobre las actividades de la vida diaria.
  6. La alteración no aparece en el contexto de estados confusionales o estados de alteración de la conciencia.

Esta alteración tiende a cursar de modo comórbido con trastornos: – neurológicos: trastornos neurovasculares, demencia tipo Alzheimer, deterioro cognitivo leve, tumores, demencia fronto-temporal, traumatismos craneoencefálicos,ceguera cortical,  epilepsia y atrofia cortical posterior. – psiquiátricos: esquizofrenia y trastornos de personalidad. Desde un punto de vista sintomático, la anosognosia puede aparecer en casos de heminegligencia, prosopagnosia, amnesia, síndrome de Korsakov, síndrome Anton, hemiplejías , síndrome disejecutivo, apraxia constructiva, afasia de Wernike.

Tratamiento y consecuencias

En la actualidad no existe evidencia de ningún tratamiento efectivo. Al tratarse de una enfermedad que posee gran variedad de diferencias en cuanto a su consideración, si bien hay autores que la definen como una enfermedad propia, como un síndrome o como síntoma, no existe un consenso determinado para su delimitación. La anosognosia puede aparecer en múltiples patologías neurológicas y parece ser que es específica para cada déficit. Dadas las implicaciones prácticas en la vida diaria para las personas que la padecen, es importante llevar a cabo una identificación temprana de ésta. Las personas que la padecen pueden presentar: – dificultades respecto a la adherencia al tratamiento. – mal pronóstico respecto a la evolución y rehabilitación dl trastorno. – riesgo a sufrir caídas o lesiones por la falta de conciencia. – alteraciones del estado de ánimo dada la confrontación de información: irritación, enfados, depresión… – falta de seguimiento de tratamientos farmacológicos y médicos. – falta de comprensión social de su estado y de su enfermedad. – falta de apoyo social y comunitario.

Fuente: lamenteesmaravillosa.com

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