El usar bromas, videos divertidos u otros recursos pueden ser perjudiciales para el aprendizaje

Cuando los maestros usan una broma divertida, un video de un gato o incluso música de fondo en sus lecciones, puede evitar que los estudiantes comprendan el contenido principal, según una nueva investigación.

Estos llamados «detalles seductores», información que es interesante pero irrelevante, pueden ser perjudiciales para el aprendizaje, según un metaanálisis realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Washington (UEW).

Según los hallazgos del estudio, el análisis de 58 estudios en los que participaron más de 7,500 estudiantes encontró que aquellos que aprendieron con detalles seductores obtuvieron resultados más bajos en las medidas de resultado de aprendizaje que aquellos que aprendieron sin ellos.

«Si tiene una información irrelevante, y es algo interesante, los estudiantes tienden a tener un desempeño peor», dijo Kripa Sundar, autora principal del artículo, que se basa en su disertación de la Facultad de Educación de UEW.

«Existen múltiples hipótesis sobre por qué sucede eso, pero la más simple es que la atención de los estudiantes ahora se desvía hacia esa información irrelevante, y pasan demasiado tiempo tratando de comprender qué es ese detalle seductor en lugar del contenido importante».

Sundar y su coautora, la Dra. Olusola Adesope, profesora de psicología educativa de la UEW, descubrieron que el efecto era peor cuando el detalle seductor se colocaba junto a diagramas informativos y relevantes, o cuando era constante, como una imagen o una broma en una pantalla. Los investigadores descubrieron también que la inclusión de detalles seductores también fue más perjudicial en papel que en formatos digitales, y más prominente en ciertos temas, como los estudios sociales y las ciencias naturales,.

El análisis respalda el principio de coherencia en el aprendizaje multimedia, que recomienda que toda la información relevante necesite ser juntada y que la información innecesaria sea excluida, afirmaron los investigadores.

El buen detalle que ayuda a involucrar a los estudiantes sigue siendo importante, dijo Sundar. Es importante que esos detalles sean pertinentes al tema, agregó Sundar.

«Esto no significa que aprender no deba ser divertido», comento Sundar. «Es posible que tengamos que esforzarnos un poco más para pensar cómo podemos hacer que la actividad de aprendizaje en sí sea mucho más atractiva e interesante de una manera que contribuya al objetivo educativo».

Los humanos tienden a conectar los detalles con los grandes conceptos, por lo que los buenos detalles que los maestros incluyen pueden ser útiles para que los estudiantes recuerden una idea determinada. Sin embargo, si se incluyen detalles que no son útiles, pero muy atractivos, pueden desencadenar una línea de pensamiento diferente, señaló Sundar.

Por ejemplo, si, durante una lección de ciencias sobre cómo se forman los rayos, la maestra habla sobre cómo un rayo mató a 16 personas en una iglesia en Ruanda en 2018, los estudiantes pueden descarrilarse fácilmente con esa historia dramática muy específica, explicó Sundar.

Los investigadores también piden más investigación sobre este fenómeno. Aunque el análisis fue amplio, Sundar señaló que la mayoría de los estudios utilizaron sesiones cortas de aprendizaje de solo 6 a 12 minutos cuando una clase típica dura 55 minutos.

Señaló otros dos aspectos para una mayor investigación: el papel del conocimiento previo de un tema, que puede permitir al alumno distinguir mejor la información relevante de la irrelevante, y el posible efecto positivo que los detalles seductores pueden tener en las emociones de los estudiantes. Por ejemplo, algo que distraiga como una broma o música podría disminuir la ansiedad que muchas personas sienten por aprender matemáticas, dijo Sundar.

«Puede haber algunas compensaciones entre el beneficio emocional potencial y los efectos perjudiciales de los detalles seductores que estamos viendo en el aprendizaje. Comprender eso nos permitiría hacer recomendaciones sólidas para la práctica porque los maestros están enseñando a los niños y son humanos» concluyo Sundar.

El estudio fue publicado en la revista Educational Psychology Review.

Fuente: Universidad Estatal de Washington

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