La presión grupal puede ser un arma muy peligrosa para manipular a las personas

La presión grupal puede ser un arma muy peligrosa para manipular a las personas

En un nuevo estudio publicado en Current Psychology, los investigadores han descubierto que las personas tienden a ajustarse a las opiniones grupales sobre dilemas morales durante las videoconferencias en línea, de forma similar a como lo hacen en las interacciones cara a cara. Este hallazgo, que extiende la comprensión clásica de la conformidad social a la era digital, sugiere que nuestros juicios morales están influenciados no sólo por nuestras creencias sino también por las opiniones de otros en entornos en línea.

El estudio se inspira en los famosos experimentos de conformidad de Solomon Asch realizados en la década de 1950. El trabajo de Asch alteró fundamentalmente nuestra comprensión de la influencia social al demostrar cómo las personas a menudo se ajustan a la opinión incorrecta de un grupo, incluso en contra de su propio criterio. Sus experimentos consistieron en pedir a los participantes que igualaran la longitud de las líneas en un entorno grupal, donde los cómplices daban respuestas incorrectas intencionalmente.

Sorprendentemente, un número significativo de participantes se conformó con el juicio incorrecto del grupo, lo que demuestra la poderosa influencia de la presión grupal. Este nuevo estudio buscó explorar si los hallazgos de Asch sobre la conformidad en los juicios perceptivos también se aplicarían a los juicios morales en el contexto de la comunicación digital moderna.

«Como psicóloga moral, en general estoy interesada en la maleabilidad de los juicios morales, y la presión del grupo era un factor potencial que desempeñaba un papel aquí», dijo la autora del estudio Mariola Paruzel-Czachura, investigadora postdoctoral en la Universidad de Pensilvania y profesora asociada en el Instituto de Psicología de la Universidad de Silesia en Katowice.

“Además, cuando oí hablar por primera vez del estudio de Asch, me enamoré. Ese día decidí que quería ser psicóloga. Para ser honesto, durante muchos años lo olvidé y más tarde, cuando terminamos este proyecto, me di cuenta de que para mí todo empezó con Asch”.

El estudio fue diseñado para replicar la esencia del experimento de Asch en un entorno en línea utilizando la plataforma de comunicación por video Zoom. Se reclutó a un total de 120 participantes polacos y se les asignó aleatoriamente al grupo experimental o de control.

En el grupo experimental, cada participante se unió a una llamada de Zoom con cuatro actores (cómplices) que se hacían pasar por participantes habituales. Estos cómplices recibieron instrucciones de dar respuestas predeterminadas a una serie de dilemas morales presentados en la pantalla. Los dilemas fueron cuidadosamente seleccionados a partir de investigaciones previas y diseñados para provocar un razonamiento moral. Variaron desde escenarios relativamente sencillos de «relleno», donde la respuesta moral era obvia, hasta dilemas más complejos que requerían que los participantes sopesaran valores morales en conflicto.

Los dilemas incluían transgresiones morales extremas, en las que una persona era sacrificada por el “bien mayor”. Por ejemplo, un dilema implicaba emplear a su propia hija en películas sexualmente explícitas para ganar dinero para su familia, mientras que otro implicaba torturar al hijo de un presunto terrorista para evitar un atentado.

En el grupo experimental, se pidió a los participantes que respondieran estos dilemas en una secuencia estándar, siguiendo a los cómplices a quienes se les pidió que proporcionaran respuestas predeterminadas. Esta configuración tenía como objetivo crear un escenario en el que el participante pudiera sentirse presionado a conformarse a la opinión del grupo. Los participantes del grupo de control, por otro lado, respondieron a estos dilemas individualmente, sin la influencia de cómplices.

Hallazgos clave: conformidad moral en un entorno en línea

En la mitad de los dilemas experimentales se observó un efecto de conformidad significativo, donde los participantes tendían a alinear sus juicios morales con las respuestas unánimes pero inmorales de los confederados. Curiosamente, no se encontraron efectos de conformidad significativos en los dilemas de relleno, como se esperaba. Este resultado confirma que el efecto de conformidad moral, que se sabe que existe en las interacciones cara a cara, persiste en el espacio de la comunicación digital, particularmente en las interacciones por video.

«Aunque planteamos la hipótesis de observar la conformidad moral, ya que la teoría y los estudios anteriores respaldaban nuestra predicción, supongo que en el fondo de mi corazón no esperaba ver el efecto», dijo Paruzel-Czachura. “Sabes, es como cuando lees sobre conformidad u otros experimentos de psicología social y tienes la sensación de que, vaya, de ninguna manera la gente realmente lo hizo. ¡Necesito verlo con mis propios ojos para creerlo!

“Yo era uno de estos investigadores. Entonces, pensé que recibiríamos resultados nulos. ¿Quién diría que vender a su hija para que se prostituya es moralmente bueno si eso le ayudaría a alimentar a otros miembros de la familia? Nadie, pensé. Incluso cuando otros dirían que es una elección moralmente buena. Sospeché que la gente sería más independiente e individualista. Y me equivoqué”.

Los hallazgos indican «que la presión grupal puede ser un arma muy peligrosa para manipular a las personas sobre lo que está bien y lo que está mal», dijo Paruzel-Czachura. “Por un lado, es bueno que tengamos otros; podemos buscar consejos morales o seguirlos. Por otro lado, si seguimos al grupo equivocado, podemos estar moralmente perdidos”.

Limitaciones y direcciones futuras

Pero el estudio, como toda investigación, incluye algunas limitaciones. Por ejemplo, el estudio sólo examinó dilemas morales de sacrificio. Examinar otros tipos de dilemas podría arrojar resultados diferentes. Otra área de investigación futura destacada por el estudio es la exploración de la conformidad moral en diferentes contextos culturales, particularmente en poblaciones no blancas, educadas, industrializadas, ricas y democráticas (WEIRD). La muestra predominantemente católica del estudio plantea dudas sobre cómo las creencias religiosas podrían influir en la conformidad moral en línea, lo que sugiere la necesidad de realizar más investigaciones en grupos con mayor diversidad religiosa.

«Tengo miles de ideas para seguir adelante con este proyecto», dijo Paruzel-Czachura. «Necesitamos saber quién es más conformista, cómo detenerlo, a qué cuestiones morales la gente es menos sensible, si existen diferencias culturales en la conformidad moral, etc.»

Fuente: Current Psychology

Articulo original: Titulo: “Online Moral Conformity: how powerful is a Group of Strangers when influencing an Individual’s Moral Judgments during a video meeting?”

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