La importancia de la psicología en los deportes de raqueta

En prácticamente todos los deportes, la psicología cuenta con un papel fundamental que influye, en gran medida, en los resultados individuales  o de equipo que se puedan llegar a conseguir. No obstante, existen algunos tipos de deportes, como los de raqueta, en los que la importancia de la psicología a la hora de competir en los partidos es cien por cien determinante para ganar o, al menos, para dar la mejor versión de nosotros mismos. 

Está claro que el nivel de preparación física es también una parte muy importante de cualquier entrenamiento en un deporte de raqueta, sin embargo, esta condición física debe estar siempre supeditada a las estrategias que lleve a cabo la mente. 

En Padelzoom, una de nuestras webs preferidas de pádel, han hablado en varias ocasiones sobre este tema de la psicología aplicada a los deportes de raqueta y, motivados por esto, en el día de hoy nos hemos propuesto desgranar todas y cada una de las situaciones que pueden ser críticas en cualquier partido, para destacar la verdadera importancia de aplicar la psicología en deportes como el pádel, el tenis o el bádminton, entre muchos otros. 

Los nervios previos

Uno de los puntos de inflexión que verdaderamente marcan el ritmo de cualquier partido de deportes de raqueta son los nervios previos a la competición, tanto los días antes como en los momentos anteriores al comienzo del partido. Estos nervios solo se pueden controlar si el deportista trabaja la psicología deportiva. En estos momentos, además del calentamiento físico, también se debe hacer un esfuerzo por realizar un calentamiento más emocional, con ejercicios de relajación y de toma de conciencia sobre la respiración. De esta forma, los músculos también estarán relajados, lo que permitirá al deportista no tener tantos síntomas físicos de nerviosismo. Entrar al campo con la cabeza fría y despejada será, sin duda, determinante para el desarrollo de la competición. 

Una sensación de relajación excesiva

Aunque muchos deportistas que se dedican a los deportes de raqueta se suelen poner nerviosos antes de un acontecimiento importante a nivel de competición, otra de las formas de expresar estos nervios es mediante una relajación y confianza excesiva. Sin ninguna duda, este exceso de confianza se quebrará ante el primer fallo o mal resultado, por lo que también se debe trabajar a nivel psicológico para equilibrarlo y que no nos juegue una mala pasada. Este tipo de actitud suele presentarse cuando el deportista cree que su rival es fácil de batir y, normalmente, se traduce en un descenso muy significativo del rendimiento.

Para superar esta relajación excesiva se debe trabajar siempre de manera individual, creando objetivos propios en los que dará igual con qué tipo de contrincante se enfrente el deportista. Además, también se debe trabajar en la fortaleza mental, para que no se sienta un doble frustración durante el partido, por una parte por no conseguir los resultados esperados o por cometer un fallo y, por otra, porque el deportista es consciente de que ha perdido contra un rival que tiene un nivel inferior al suyo. 

Gestión de errores

Otro de los puntos de inflexión que cualquier deportista de raqueta debe trabajar mediante la psicología es la gestión de los errores. En cualquier partido o competición (como en cualquier trabajo) se cometen errores que pueden llegar a traducirse en un horrible resultado final que suele dar como resultado una derrota aplastante para el deportista. Por este motivo, se debe trabajar la gestión de las emociones en estos momentos, para controlar la ira, el nerviosismo o la decadencia inevitable del nivel de juego. De esta forma, se trabaja a nivel de psicología positiva, haciendo entender al deportista que un fallo no significa la pérdida total del partido y consiguiendo que se enfoque en superar nuevos objetivos o en crear nuevas estrategias de juego que le permitan encontrar una brecha en el modo de juego del rival. 

Encontrar el equilibrio

Del mismo modo que una mala gestión de los errores puede hacer que todo un partido se venga abajo, el exceso de confianza cuando vamos ganando también puede hacer que cualquier deportista pierda el enfoque de la competición. Muchas veces, este exceso de confianza también favorece un modo de juego mucho más agresivo y rápido, donde el deportista intentará hacer puntos de forma más seguida y sin demasiada estrategia, dejando así puertas abiertas que el rival puede aprovechar para desconcertarnos y hacernos varios puntos. Para trabajar esta impaciencia, durante los entrenamientos se deben llevar a cabo ejercicios de equilibrio emocional, donde el propio deportista se dé cuenta de qué cabos deja sueltos cuando pierde la objetividad por conseguir una victoria que él mismo considera fácil o rápida. 

Tácticas, objetividad y estrategia

Para finalizar, también nos parece importante destacar algunos aspectos psicológicos que son determinantes tanto en los partidos como en los entrenamientos y es la capacidad de gestionar todo lo que vaya ocurriendo para extraer la forma más óptima de realizar las jugadas. En este sentido, se debe trabajar con el deportista para que él mismo pueda ver la importancia y la necesidad de trabajar la psicología para establecer tácticas concretas, no perder la objetividad para ver “desde fuera” el propio partido o para ir cambiando las estrategias dependiendo de los puntos fuertes y débiles que encontremos en el rival. 

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