Los menores de 9 años son los más propensos a adquirir malos hábitos alimentarios por los dibujos animados

Redacción

Jueves, 13 de Febrero de 2020

Psicología

Investigadores de la Universidad Loyola del Departamento de Gestión Empresarial (España) han realizado un análisis de los emplazamientos de los alimentos sin marca que aparecen en dibujos animados. Los científicos Victoria Villegas, Rafael Araque y María José Montero han sido los responsables de este trabajo que ha llegado a la conclusión de que los más pequeños son más vulnerables a la aparición de alimentos en contenidos audiovisuales dirigidos a los menores. Por ello, suponen un grupo de mayor riesgo a ser influenciados por estas representaciones dentro de los contenidos que visualizan habitualmente. El trabajo ha analizado las apariciones de alimentos con alto y bajo valor nutricional de forma visual, verbal o audiovisual en dibujos animados.

Los emplazamientos de comida seleccionados en la investigación han sido representaciones de alimentos que aparecen en las escenas de los medios de entretenimiento dirigidos a niños. Según indica la investigadora del trabajo Victoria Villegas: “Los dibujos animados representan un medio de entretenimiento clave para el público infantil. Los niños dedican buena parte de su tiempo de ocio a ver los dibujos animados y, en este proceso desarrollan relaciones parasociales con los personajes animados”.

El experimento se llevó a cabo con 124 niños de edades comprendidas entre los 7 y 11 años. La mitad de los niños estuvieron expuestos a escenas (aleatoriamente escogidas de una base de datos previa) de dibujos animados con alimentos mientras que la otra mitad estuvieron expuestos a escenas de dibujos animados sin alimentos. Los alimentos que aparecían en las escenas de dibujos animados variaban según el tipo de alimento (bajo o alto valor nutricional) o el tipo de representación. Tras ver las escenas, todos los niños tuvieron que realizar tareas de elección con tarjetas que contenían los alimentos emplazados.

El trabajo científico denominado «Investigating the Effects of Non-Branded Foods Placed in Cartoons on Children’s Food Choices through Type of Food, Modality and Age», publicado recientemente en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health, ha hallado resultados significativos en las apariciones de alimentos de bajo valor nutricional en niños menores de 9 años especialmente.

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(Foto: U. Loyola)

Estos resultados podrían ser debidos a que los alimentos de bajo valor nutricional son representados con un mayor grado de persuasión que los de alto valor nutricional. Además, estudios previos confirman que los alimentos de bajo valor nutricional son alimentos más atractivos para los niños que los de alto valor nutricional. Por otra parte, la edad moderó estos efectos, ya que a partir de cierta edad, los niños empiezan a ver los dibujos animados como algo infantil y los personajes ya no les influyen igual. También porque los más pequeños tienen las preferencias de comida menos establecidas y son más permeables a la influencia de los emplazamientos.

Según afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad infantil se está convirtiendo en una pandemia global. Así mismo, también son numerosos los estudios que evidencian las consecuencias de este problema: trastornos cardiovasculares (como la hipertensión), metabólicos (como la diabetes tipo II), pulmonares (como el asma), entre otros.

Abordar el problema de la obesidad infantil no es tarea fácil. Son numerosos los factores que inciden en él. Si atendemos a los factores ambientales, los niños reciben influencias de los padres, en el colegio, de los compañeros, de los medios de comunicación, etc. Este estudio se centra concretamente en una estrategia de comunicación frecuentemente utilizada en los medios de entretenimiento: los emplazamientos de comida.

“En general, los resultados de esta investigación deberían tenerse en cuenta por parte de los organismos implicados en materia de dibujos animados poniendo especial énfasis en el público infantil más pequeño y en los alimentos de bajo valor nutricional, cuyo consumo excesivo está ligado a la obesidad infantil”, apunta la doctoranda Victoria Villegas.

Este estudio se ha desarrollado gracias a la colaboración del Colegio Sagrado Corazón de Jesús en Córdoba y de la participación de los niños con el consentimiento de sus padres, además de la colaboración de alumnos de la Universidad Loyola. (Fuente: U. Loyola)

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