Para tal fin, se analizaron datos de 1.024 pacientes que recibieron atención psicológica en un centro de AP del norte de Portugal, durante un período de 8 años. Asimismo, el éxito de la consulta psicológica se definió a través del número de casos que terminaron la intervención psicológica y fueron dados de alta por el psicólogo, fruto de una toma de decisiones entre psicólogo/a y cliente (utilizando este término para referirse al paciente y desligar de cualquier asociación con enfermedad física). Aproximadamente la mitad de las consultas psicológicas tuvieron una frecuencia quincenal (48,6%). El número de consultas por cliente se situó entre 1 y 75, y el seguimiento psicológico varió de 1 a 61 meses.
Debido a la gran variedad de problemas de salud mental, estos se agruparon en categorías en función del diagnóstico principal (trastorno del desarrollo, trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, problema relacional, problema socioeconómico, otros problemas y ningún diagnóstico o problemática).
Las principales conclusiones del estudio indican que:
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La asistencia a un mayor número de consultas y la frecuencia quincenal de las mismas, predicen significativamente el éxito de la intervención psicológica. El éxito de la intervención se asocia también con tener un determinado diagnóstico o problema específico.
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Existen diferencias en la edad y el número de consultas en función del diagnóstico: se observa que el diagnóstico de trastorno del desarrollo se realiza a edades más tempranas, mientras que la depresión se diagnostica a mayor edad. Asimismo, los clientes con trastornos del desarrollo, estado de ánimo o ansiedad asistieron a más consultas que aquellos con diagnóstico relacional, socioeconómico o sin diagnóstico, y los/as clientes/as con trastornos del desarrollo, estado de ánimo y ansiedad u otros problemas, necesitaron un período de seguimiento más largo, en comparación con aquellos/as que no presentaban diagnóstico.
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Los trastornos del desarrollo representan el 11,5% de los diagnósticos de este estudio. Para los autores, esto es debido al elevado número de niños en la muestra estudiada, y a un mayor uso por parte de las familias de las Unidades de Atención Primaria de la Salud. A su juicio, esto puede deberse a que es más fácil para los padres acudir a este nivel asistencial, o a un menor abanico de opciones disponibles de intervención psicológica en otros contextos, como centros educativos u hospitales.
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La mayoría de los participantes en el estudio actual fueron derivados a consultas psicológicas por su médico de familia. La mayoría de los casos identificados (43%) están relacionados con problemas de la vida diaria, de los cuales, el 17% suelen ser consultas por problemas académicos, profesionales, duelo, etc., el 16% por trastornos relacionales y el 10% estaban relacionados con las condiciones socioeconómicas. Por otro lado, se detecta una prevalencia del 6% de los trastornos del estado de ánimo y del 10% de los trastornos de ansiedad, un porcentaje con respecto al resto de problemáticas que contradice los datos epidemiológicos que sitúan a los trastornos de ansiedad y del estado de ánimo como los problemas psicológicos de salud más comunes en todo el mundo, incluido Portugal.
En palabras de los autores de este estudio, el mayor porcentaje de problemas de la vida diaria registrado, puede explicarse porque, generalmente, son menos valorados desde un punto de vista médico, por lo que estos clientes son remitidos a consultas psicológicas. Asimismo, manifiestan, es posible que los médicos de familia prescriban fármacos a los clientes que acuden a consulta con características clínicas claras -como trastornos del estado de ánimo y ansiedad-, derivando a atención psicológica a aquellos sin un significado clínico claro; de hecho, datos relativos a Portugal alertan de un consumo excesivo de benzodiacepinas.
Consideran también de importancia que en el 15% de los casos, no fue posible clasificar con precisión el problema. Según los investigadores, este hecho podría deberse a una dificultad para definir la solicitud de consulta de los clientes, lo que dificulta el diagnóstico del problema.
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Con respecto a los factores predictivos del éxito de las intervenciones psicológicas, la edad se perfila como un predictor de éxito para la intervención psicológica. Como ya se indica en párrafos anteriores, en este estudio se detectó una asociación positiva entre la edad y el diagnóstico de los sujetos de esta muestra. Los trastornos del desarrollo predominan en personas más jóvenes y hay una mayor frecuencia de trastornos del estado del ánimo entre las personas mayores. Los niños se están desarrollando y creciendo, por lo que tienen varias susceptibilidades peculiares que los adultos no tienen.
A su vez, las personas mayores se encuentran, lógicamente, en una etapa más avanzada de la vida, y presentan un conjunto particular de características propicias para el desarrollo de trastornos del estado del ánimo (han experimentado pérdidas más significativas, presentan un mayor riesgo de tener dificultades económicas, de sufrir el aislamiento y la soledad, etc.), y una mayor probabilidad de desarrollar una serie de enfermedades graves y limitantes, lo que aumenta el uso de medicamentos farmacológicos, que pueden predisponer o empeorar los posibles síntomas de depresión.
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Para que las intervenciones psicológicas sean eficaces, se debe realizar un número adecuado de consultas psicológicas. Tal y como evidencia el estudio, un mayor número de consultas indica una mayor probabilidad de éxito en el proceso de intervención. La terapia cognitiva conductual es uno de los modelos de intervención psicológica más estudiados y en Portugal, se utiliza con frecuencia en Atención Primaria debido a su bajo coste y elevada tasa de eficacia. De acuerdo con los datos de este estudio, el número medio de consultas que se considera ideal, es de aproximadamente 7.
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Por el contrario, un aumento en las tasas de abandono de tratamiento se asocia significativamente con un menor número de consultas. Los autores verificaron que, cerca del 35% de los clientes, abandonaban antes de su segunda consulta, y, entre aquellos que continuaron, solo el 19% abandonaron el tratamiento antes de su consulta psicológica final. Inicialmente, no existe un vínculo terapéutico efectivo entre el psicólogo y el cliente. A este respecto, los investigadores recuerdan la importancia de la alianza terapéutica durante las intervenciones psicológicas, y el tiempo que lleva su desarrollo y establecimiento. Una explicación puede ser que, tras una primera consulta, los clientes se sientan mejor y finalicen el seguimiento psicológico. No obstante, si bien la primera consulta es fundamental, afirman que será durante la intervención cuando el psicólogo puede promover un entorno en el que el cliente se sienta comprendido y conectado con su psicólogo. A medida que el proceso evoluciona, el cambio se vuelve más probable.
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La frecuencia quincenal de las consultas demostró ser un predictor de éxito en Atención Primaria. Considerando la alta afluencia de consultas psicológicas en este primer nivel asistencial de la salud, únicamente los clientes evaluados por los psicólogos como más severos tenían consultas semanales. Esta frecuencia quincenal es un predictor de éxito, no porque se considere ideal en el proceso de intervención psicológica, sino porque en los casos con peor pronóstico se incrementa la frecuencia de seguimiento.
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Se registra una asociación positiva entre el alta de consultas por parte del psicólogo y el diagnóstico. La falta de diagnóstico se relaciona con un alto número de abandonos: aquellos clientes que presentan sintomatología sin un diagnóstico específico tienen mayores tasas de abandono. Para los investigadores, este resultado sugiere la importancia de identificar y definir el problema, para incrementar su motivación hacia la intervención psicológica, y consecuentemente, el éxito de la misma. Este aspecto es fundamental, especialmente en el ámbito de Atención Primaria de la Salud, en que los médicos de familia suelen derivar a los clientes a consulta psicológica, ante la dificultad de realizar un diagnóstico claro.
Los autores concluyen poniendo de relieve la importancia de esta investigación por cuanto contribuye a enriquecer la literatura en este campo de estudio, y subrayan la trascendencia de invertir en servicios psicológicos en los centros de Atención Primaria de la Salud, dados los excelentes resultados que genera la implementación de estos servicios en este primer nivel asistencial, para la promoción de la salud a un coste razonable.
Igualmente, ponen de manifiesto la relevancia de tener en cuenta la desproporción entre el número de psicólogos y la demanda de atención psicológica (la frecuencia y el número de consultas están muy por debajo de lo que necesita la población).
Estas conclusiones evidencian una vez más los beneficios de implementar psicólogos clínicos en Atención Primaria de la Salud, una medida propuesta por el Defensor del Pueblo y defendida en los últimos años por el Consejo General de la Psicología, y que, tal y como viene manifestando la Organización Colegial, – redundaría en un ahorro en términos de costes económicos y sociales, al facilitar, entre otras cosas, la identificación precoz y la intervención temprana de los trastornos mentales, la reducción de los tiempos de espera para recibir tratamiento adecuado, evitando, a su vez, complicaciones en la sintomatología del paciente y la consiguiente cronificación.
Fuente: Ricou, M., Marina, S., Marinho Vieira, P., Duarte, I., Sampaio, I., Regalado, J., y Canário, C. (2019). Psychological intervention at a primary health care center: predictors of success. BMC Family Practice, 20, 116. https://doi.org/10.1186/s12875-019-1005-9
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