Tal y como señalan los autores en la introducción de su estudio, se ha demostrado que la intervención temprana para la psicosis, que implica un tratamiento multicomponente con terapias psicosociales, produce resultados superiores al tratamiento habitual. El uso de dosis bajas de antipsicóticos de segunda generación, que cuenta con evidencia de eficacia para el tratamiento de los síntomas psicóticos positivos, suele ser un componente central del tratamiento. Sin embargo, estos medicamentos pueden tener efectos negativos directos e indirectos y la evidencia que respalda la eficacia de las intervenciones no farmacológicas para la psicosis está aumentando. Asimismo, continúan los autores, los efectos adversos asociados al uso de fármacos antipsicóticos, entre los que se encuentra el aumento de peso, la disfunción sexual, los problemas cardiovasculares a largo plazo, la alteración del metabolismo de la glucosa y la mortalidad prematura, suponen una seria preocupación para los pacientes jóvenes, que suelen ser más susceptibles a estos efectos secundarios.
En el estudio, 90 pacientes fueron asignados aleatoriamente a un grupo con terapia intensiva cognitivo-conductual y manejo de caso combinada con medicación antipsicótica (risperidona o paliperidona) -grupo de tratamiento- o a un grupo con terapia intensiva-conductual y manejo de caso junto con la administración de un fármaco placebo -grupo control placebo-. De esta manera, todos los participantes recibieron el mismo tratamiento psicológico, consistente en una intervención manual integral desarrollada específicamente para la psicosis temprana, que presta especial importancia al compromiso terapéutico. Dicho paquete de intervención psicológica proporciona terapia cognitivo-conductual a partir de la formulación clínica y psicoeducación dentro de un marco terapéutico de manejo de casos e incluye estrategias cognitivo-conductuales para el abordaje de los síntomas psicóticos positivos y negativos y las posibles comorbilidades, entrenamiento en estrategias de afrontamiento y prevención de recaídas.
A los seis meses finalizado el tratamiento, los investigadores evaluaron el funcionamiento social y ocupacional, la calidad de vida, la depresión, la ansiedad y los síntomas psicóticos positivos y negativos de los participantes, observándose mejoras significativas en todos estos indicadores en ambos grupos, es decir, que el uso de medicación antipsicótica combinada con terapia psicológica no produjo ningún beneficio adicional frente a la medicación placebo.
De hecho, el grupo que recibió tratamiento cognitivo-conductual junto con medicación antipsicótica presentó una tasa más alta y temprana de interrupción del tratamiento, frente al grupo de terapia cognitivo-conductual con medicación placebo. Los participantes que abandonaron el estudio de manera temprana en el grupo con medicación antipsicótica informaron que el motivo principal de su abandono fueron los efectos adversos de los medicamentos antipsicóticos que se les administraron.
Teniendo en cuenta que los grupos no se diferenciaban ni la duración ni en la gravedad de la sintomatología psicótica previa al inicio del tratamiento, los resultados no pueden ser explicados por estos factores.
Según concluyen los autores, dentro del contexto de un servicio especializado de intervención temprana, y con una duración corta de la sintomatología psicótica no tratada, el uso inmediato de medicamentos antipsicóticos puede no ser necesario en todos los casos de un primer episodio psicótico para observar mejoras a nivel funcional.
Dada la relevancia de los resultados para la práctica asistencial, los investigadores señalan la necesidad de más ensayos controlados aleatorizados que permitan identificar los subgrupos específicos de personas con un primer episodio psicótico que se podrían beneficiar más de una u otra modalidad de intervención.
Fuente:
Francey, S. M., ODonoghue, B., Nelson, B., Graham, J., Baldwin, L., Yuen, H. P., . . . McGorry, P.D. (2020). Psychosocial intervention with or without antipsychotic medication for first-episode psychosis: A randomized noninferiority clinical trial. Schizophrenia Bulletin Open. DOI: 10.1093/schizbullopen/sgaa015.