Instagram, que tiene más de mil millones de usuarios activos mensuales, es una de las plataformas de relaciones sociales más populares entre los jóvenes. El equipo de Jacobo Picardo, de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, ha revisado minuciosamente las investigaciones publicadas durante los últimos 10 años acerca de los contenidos sobre suicidio y autolesiones publicados en Instagram.
Desde principios de 2020, se han publicado 10 estudios sobre esa temática. Siete de los estudios describían muestras de contenido disponible para el público en Instagram, mientras que en tres de los estudios se encuestó o entrevistó a usuarios de Instagram.
Los estudios mostraron que la plataforma de intercambio de fotos y vídeos era un sitio popular para publicar contenido sobre autolesiones, con representaciones de cortes, generalmente en los brazos o las piernas.
Instagram prohibió las imágenes gráficas de autolesiones en su plataforma en febrero de 2019, y extendió la prohibición a las representaciones ficticias de autolesiones o suicidios en octubre de 2019.
Los usuarios de Instagram que publican contenidos sobre autolesiones están eligiendo hashtags ambiguos en un intento de eludir la prohibición de de la plataforma de difundir contenidos nocivos.
Jacobo Picardo. (Foto: University of Otago)
Picardo alerta de que han surgido comunidades online alrededor de estos hashtags, permitiendo a los usuarios atraídos por las autolesiones o el suicidio reunirse online.
«La capacidad de Instagram para marcar este tipo de contenidos es limitada porque los hashtags evolucionan más rápido que la velocidad máxima a la que pueden ser rastreados y evaluados por los moderadores de contenidos de la plataforma», argumenta Picardo. «Los métodos de vigilancia que se basan en el hashtag y en los pies de imagen para identificar el contenido autodestructivo no parecen ser muy eficaces. Además, la herramienta de Instagram para que los usuarios informen sobre contenidos negativos no ha sido ampliamente adoptada, y pocos usuarios de Instagram la conocen».
Instagram está estudiando nuevas tecnologías, como el uso de algoritmos de inteligencia artificial para el reconocimiento automático de imágenes sospechosas, lo que sería de gran ayuda para identificar ese tipo de contenidos. Sin embargo, tal como señala Picardo, hay una falta de consenso sobre la mejor manera de enfrentarse a este contenido.
Se desconoce la abundancia real del contenido sobre autolesiones o suicidios en Instagram, pero los investigadores han encontrado que la naturaleza del contenido es diversa, con posts que van desde fotos de heridas, incluyendo selfies, hasta memes y referencias a películas o a letras de canciones.
«En general, el contenido sobre autolesiones en Instagram recibe un alto volumen de participación y atención de la audiencia, y los posts visuales y más truculentos o “gore” probablemente reciban un mayor número de ‘likes’ (‘me gusta’)», explica Picardo.
Aunque la reacción más habitual de los usuarios de Instagram ante la sospecha de que otro usuario planea suicidarse es intentar impedir que lo haga, los resultados de algunas investigaciones hacen temer que algunas de las personas que ven el material publicado por la persona que está pensando en suicidarse reciban una influencia psicológicamente negativa de tal material. Hay que tener en cuenta que, tal como nos recuerda Picardo, el contenido online sobre autolesiones o suicidios a menudo no sigue las pautas deontológicas de los medios de comunicación para prevenir los efectos negativos, y algunos estudios muestran que existe el riesgo de que ese contenido pueda provocar que otros se autolesionen, así como perpetuar esa conducta al normalizarla y validarla y al compartir métodos de autolesión y consejos para ocultarla.
De todos modos, no se ha podido demostrar por ahora ningún caso claro de autolesión o suicidio de un usuario de Instagram como consecuencia de la influencia de material publicado ahí por otro. Se requiere investigar más para dilucidar más allá de toda duda si esta influencia negativa puede llegar tan lejos.
Por otro lado, los resultados de algunas investigaciones sugieren que ese contenido refleja las expresiones de angustia de los usuarios que lo publican, lo que puede resultar beneficioso al permitir que otras personas se enteren de su estado y puedan ayudarles a través de la red social, por ejemplo proporcionándoles apoyo constructivo y ofreciéndoles estrategias alternativas para afrontar su situación anímica y consejos para reducir las autolesiones.
Los resultados del estudio se han hecho públicos a través de la revista académica PLoS ONE. La referencia del trabajo es la siguiente: Picardo J, McKenzie SK, Collings S, Jenkin G (2020) Suicide and self-harm content on Instagram: A systematic scoping review. PLoS ONE 15(9): e0238603. (Fuente: NCYT de Amazings)