En el mundo de habla inglesa, la dislexia es un trastorno de aprendizaje familiar. Es probable que la mayoría de la gente haya conocido a alguien a quien leer y escribir sea más complicado que sus compañeros.
De hecho, se dice que más de una de cada 10 personas que crecieron con el inglés como primer idioma tiene dislexia, y un amplio consenso apunta a que la historia genética de una persona es la causa principal. Uno, al parecer, es disléxico de nacimiento o no.
Pero también existe un fenómeno en el que algunas personas que hablan inglés y otro idioma pueden ser disléxicas en uno, pero no en el otro. La razón, al parecer, se esconde en las características de una lengua y su sistema de escritura.
«El sistema de escritura en inglés es tan irregular: la traducción de letra a sonido o de sonido a letra impresa no siempre es uno a uno», dice Taeko Wydell, profesor de neurociencia cognitiva de la Universidad Brunel de Londres en un documental de radio de la BBC, Dyslexia: Language and Childhood”.
«Esta irregularidad o inconsistencia hace que sea especialmente difícil para las personas disléxicas dominar la lectura y la escritura en inglés», comenta Taeko Wydell.
Entonces, por ejemplo, «mint», «lint» y «hint», todas palabras «int», se pronuncian de manera diferente a la palabra «pint». Y las palabras «through,» «though» and «tough» suenan diferentes, a pesar de parecer que deberían sonar similares. Esto hace que el Inglés sea llamada la lengua «opaca». La única forma en que uno conoce las pronunciaciones individuales es aprender y recordar cada excepción, como «pint» o «yacht,», individualmente.
«Este tipo de irregularidad no ocurre en otros idiomas como italiano, español o finlandés», dice el profesor Wydell, señalando los llamados idiomas «transparentes» donde las combinaciones de letras siempre se pronuncian igual, con algunas raras excepciones. Como tal, los estudios han demostrado que los hablantes de italiano tienen solo la mitad de probabilidades de mostrar signos de dislexia que los hablantes de inglés.
Los niveles de dislexia también pueden ser mucho más bajos en países con un sistema de escritura basado en símbolos, como el japonés o el chino, debido a cómo se enseñan esos sistemas de escritura en las escuelas.
Cuando los niños aprenden a escribir kanji japoneses o caracteres chinos, repiten constantemente el orden de trazos necesarios para dibujar cada carácter mientras hablan en voz alta la palabra correspondiente. Esto ayuda a que la secuencia motora, la combinación de pequeños movimientos necesarios para escribir cada palabra o sonido, se «conecte» a sus cerebros.
«Entonces, cuando se le pide al niño que escriba más tarde, las manos del niño escriben casi automáticamente el carácter de memoria», agrega el profesor Wydell.
Por lo tanto, es posible que las personas que aprenden a leer y escribir en chino o japonés no tengan idea de que tienen dislexia hasta que luego comienzan a aprender inglés y se ven obligadas a leer y escribir de una manera totalmente diferente.
La prevalencia de dislexia diagnosticada en las escuelas primarias de Japón es tan baja, como el 1,4% cuando se escribe con caracteres silábicos Kana y el 6,9% cuando se escribe con caracteres Kanji. No fue hasta 2006 que el profesor Wydell publicó STRAW-I, el primera y única prueba de detección sistemática y estandarizada para identificar la dislexia en niños japoneses de escuela primaria.
Desde entonces, la prueba se ha extendido, y la nueva prueba estandarizada, STRAW-R, ahora es adecuada para niños de hasta 15 años, lo que aumenta significativamente las posibilidades de que los jóvenes en Japón reciban un diagnóstico oportuno de dislexia y puedan acceder a el apoyo adecuado a lo largo de su escolarización.
Fuente: medicalxpress.com
Referencia:
Taeko N. Wydell. Developmental Dyslexia in Japanese, Developmental Dyslexia across Languages and Writing Systems (2019). DOI: 10.1017/9781108553377.009
Taeko N.. Cross-Cultural/Linguistic Differences in the Prevalence of Developmental Dyslexia and the Hypothesis of Granularity and Transparency, Dyslexia – A Comprehensive and International Approach (2012). DOI: 10.5772/31499