La mayoría de los dueños de perros han visto en ellos conductas que podrían interpretarse como celos. Ahora un nuevo estudio confirma que sus compañeros caninos pueden ponerse celosos cuando prestan atención a otro perro.
Los investigadores pusieron a 18 perros en situaciones en las que podían imaginar a su dueño interactuando con un perro falso de apariencia realista o con un cilindro. El perro falso sirvió como un potencial rival para la atención, mientras que el cilindro sirvió como control.
Primero, los perros vieron al perro falso junto a su dueño. Luego se colocó una barrera para que los perros no pudieran ver al perro falso. Aunque no pudieron ver al perro falso, los perros tiraron con fuerza de la correa para tratar de llegar hasta sus dueños cuando parecía que estaban acariciando al perro falso detrás de la barrera.
Cuando se usó el cilindro en lugar del perro falso, los perros tiraron de la correa con menos urgencia, según el estudio publicado en línea el 7 de abril en la revista Psychological Science.
Los investigadores dijeron que los perros mostraban tres signos de celos parecidos a los humanos: se ponían celosos solo cuando su dueño interactuaba con un rival social percibido y no con un objeto inanimado; los celos ocurrieron como resultado de esa interacción y no debido a la mera presencia de un rival potencial; y los perros se pusieron celosos incluso por una interacción oculta entre su dueño y un rival social.
«Estos resultados apoyan las afirmaciones de que los perros muestran un comportamiento celoso. También proporcionan la primera evidencia de que los perros pueden representar mentalmente interacciones sociales que inducen a los celos», dijo la autora principal del estudio, Amalia Bastos, de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda.
«Estudios anteriores confundieron el comportamiento celoso con el juego, el interés o la agresión, porque nunca evaluaron las reacciones de los perros ante el dueño y el rival social que estaban presentes en la misma habitación, pero no interactuaban», señaló Bastos en un comunicado de prensa de la revista.
«Todavía hay mucho trabajo por hacer para establecer el alcance de las similitudes entre las mentes de los humanos y otros animales, especialmente en términos de comprensión de la naturaleza de las experiencias emocionales de los animales no humanos», dijo Bastos. «Es demasiado pronto para decir si los perros experimentan celos como nosotros, pero ahora está claro que reaccionan a situaciones que los inducen, incluso si ocurren fuera de la vista».
Fuente: Psychological Science