Se sabe que el bienestar sexual mejora la salud física y mental, así como la calidad general de la relación. Sin embargo, más de la mitad de la población manifiesta insatisfacción con los aspectos sexuales de sus relaciones, que a menudo disminuyen con el tiempo.
Un estudio reciente publicado en Archives of Sexual Behavior ha descubierto que las experiencias cotidianas de intimidad están estrechamente relacionadas con resultados sexuales positivos, como un mayor deseo sexual, satisfacción y una menor angustia sexual. Estos beneficios se observan tanto a corto plazo como hasta 12 meses después, lo que sugiere un impacto duradero de la intimidad en el bienestar sexual.
«Me interesan los factores que pueden obstaculizar o promover el bienestar sexual de los individuos y las parejas», dijo la autora del estudio, Sophie Bergeron , profesora de la Universidad de Montreal, directora del Centro de Investigación Interdisciplinaria sobre Problemas de Relaciones Íntimas y Abuso Sexual y titular de la Cátedra de Investigación de Nivel I de Canadá en Relaciones Íntimas y Bienestar Sexual.
“En investigaciones anteriores, habíamos descubierto que la intimidad actuaba como un factor protector en las parejas que afrontaban una disfunción sexual. Sin embargo, en ese trabajo no habíamos analizado el deseo sexual ni si los beneficios asociados a la intimidad se mantenían a lo largo del tiempo. Por último, queríamos ver si la intimidad también era beneficiosa para las parejas que no experimentaban actualmente ninguna dificultad sexual, en una muestra diversa, en la que un tercio se identificaba como una minoría sexual y/o de género”.
Los investigadores reclutaron a 211 parejas de dos grandes áreas metropolitanas de Canadá. La muestra incluía una amplia gama de identidades sexuales y de género, tanto heterosexuales como del mismo sexo o género. Los participantes debían haber estado cohabitando durante al menos un año y haber sido sexualmente activos al menos una vez al mes.
En un primer momento, las parejas completaron una extensa encuesta de referencia que recogía información demográfica y evaluaba diversos aspectos de su relación y bienestar sexual. A continuación, se pidió a los participantes que completaran diarios diarios durante 35 días consecutivos.
Cada noche, ambos miembros de la pareja informaron de forma independiente sobre sus experiencias de intimidad, que se midieron mediante elementos que evaluaban las respuestas empáticas percibidas, la revelación de la pareja y la autorrevelación entre los miembros de la pareja. También informaron sobre sentimientos y pensamientos positivos durante las relaciones sexuales (señales sexuales positivas) y medidas de bienestar sexual (incluido el deseo sexual, la satisfacción y la angustia).
Después de 12 meses, los participantes completaron una encuesta de seguimiento para medir los efectos a largo plazo de la intimidad diaria en el bienestar sexual. El diseño longitudinal permitió a los investigadores investigar los impactos inmediatos (diarios) y diferidos (12 meses) de la intimidad en los resultados sexuales.
En los días en que los participantes informaron de mayores niveles de intimidad, también notaron una mayor atención a las señales sexuales positivas. Este mayor enfoque en los aspectos positivos de la actividad sexual se asoció con un mayor deseo y satisfacción sexual y una menor angustia sexual para ambos miembros de la pareja. En otras palabras, sentirse más cerca y más conectado con la pareja llevó a los individuos a experimentar pensamientos y sentimientos más positivos durante el sexo, lo que mejoró su bienestar sexual general.
Los investigadores también descubrieron que los beneficios de la intimidad no se limitaban al individuo en sí. La mayor intimidad de una persona también influía positivamente en el bienestar sexual de su pareja. Cuando uno de los miembros de la pareja se sentía más íntimo, aumentaba su atención a las señales sexuales positivas, lo que a su vez mejoraba la satisfacción sexual de la pareja y reducía su angustia sexual. Estos efectos entre parejas ponen de relieve la naturaleza recíproca de la intimidad y su papel en la mejora del bienestar sexual en las relaciones.
“La intimidad, es decir, ser comprensivo, cariñoso y comprensivo con tu pareja y revelarle tus pensamientos y sentimientos personales, fomenta un mayor deseo sexual y satisfacción sexual y reduce la angustia sexual en el día a día para ti y tu pareja”, dijo Bergeron. “Esto se logra en parte al facilitar una mayor atención a los aspectos positivos de la actividad sexual para ambos”.
Los resultados longitudinales aportaron más información. Las personas que informaron niveles más altos de intimidad diaria durante el período de estudio mostraron un mayor deseo y satisfacción sexual 12 meses después. Este beneficio a largo plazo estuvo mediado por su propia atención a las señales sexuales positivas durante las actividades sexuales diarias.
“Nos sorprendió gratamente ver que la intimidad diaria estaba relacionada con un mayor deseo sexual y satisfacción sexual un año después”, afirmó Bergeron. “En resumen, cultivar la intimidad en la vida diaria con tu pareja es beneficioso para tu bienestar sexual y el de ella también”.
Sin embargo, el estudio también tuvo limitaciones. El requisito de actividad sexual regular puede haber excluido a las parejas que experimentaban dificultades sexuales o de relación significativas, lo que limita la generalización de los resultados. Además, la muestra carecía de diversidad cultural y étnica, lo que podría afectar la aplicabilidad de los hallazgos a poblaciones no occidentales.
“Lo ideal sería que pudiéramos replicar estos hallazgos con personas de países que no sean WEIRD”, señaló Bergeron. “¿La intimidad funciona de la misma manera en diferentes culturas? Todavía no lo sabemos. Estamos examinando cuestiones similares entre adolescentes en transición a la edad adulta, así como en parejas que enfrentan un bajo deseo sexual. También estamos observando cómo interactúan las parejas en el laboratorio para examinar no solo sus autoinformes de intimidad, sino también sus comportamientos”.
Fuente: Archives of Sexual Behavior
Articulo original: Titulo: “Intimacy Promotes Couples’ Sexual Well‑Being on a Daily Basis and Over One Year: The Role of Positive Sexual Cues”. Autores: Sophie Bergeron, Marie‑Pier Vaillancourt‑Morel, Katherine Péloquin y Natalie O. Rosen.