Un nuevo estudio canadiense descubre que las mujeres de todas las edades todavía tienden a hacer más tareas domésticas que sus parejas masculinas, no importando cuánto trabajen o ganen fuera del hogar.
El estudio se basó en datos recogidos en el Edmonton Transitions Study, una investigación que ha estado siguiendo la transición de más de 900 canadienses de la escuela secundaria al trabajo y de la adolescencia a la edad adulta.
Rebecca Horne, de la Universidad de Alberta y sus colegas, analizaron los cuestionarios de los participantes que tuvieron compañeros de vida en 1992, 1999 y 2010, cuando tenían 25 años (edad adulta), 32 (un adulto joven) y 43 años (mediana edad).
Los investigadores examinaron cómo las tareas domésticas se dividieron entre los individuos y sus parejas a través de estas tres etapas de la vida, y cómo las labores de casa fue influenciado por sus horas de trabajo, ingreso, estado civil y responsabilidades hacia los niños.
El estudio siguió un enfoque teórico sobre el curso de la vida. Esta perspectiva hace hincapié en la importancia de las condiciones sociales en la configuración de la forma en que la vida de las personas se desarrolla con el tiempo. Los investigadores descubrieron que las cargas de las tareas domésticas siguen reflejando las percepciones de género, a pesar del estatus y las responsabilidades laborales.
Los investigadores explican que tiene sentido que las conductas de las personas estén influidas no sólo por su propio desarrollo biológico, sino también por las responsabilidades laborales y familiares que los llevan a negociar con sus parejas. Las normas sociales más amplias rigen el orden y la duración de los roles.
«Las mujeres consistentemente realizan más tareas domésticas que los hombres», explica Horne. «Los patrones de responsabilidad de las tareas domésticas entre hombres y mujeres tienden a ser bastante consistentes en cada etapa de la vida a pesar de las fluctuaciones menores en el volumen de las tareas domésticas».
Ella dice que los resultados demostraron que las mujeres y sus parejas con el sueldo más bajo tienden a ser los que hacen más tareas del hogar cuando una pareja está alrededor de 25 años.
Las horas de trabajo y la crianza de los hijos (sólo para hombres) entran en juego entre que tienen 32 años, lo que reduce la participación en el trabajo doméstico. El género de nuevo es un predictor más grande de quién hará las tareas de casa cuando las parejas están en sus cuarenta. Tales tareas son generalmente realizadas por la mujer.
«En general, el tiempo, el dinero y las variables de género parecen ser importantes para explicar la división del trabajo doméstico, aunque a intensidades variables dependiendo de la etapa del curso de la vida», añade Horne.
Horne espera que las conclusiones promuevan una mayor igualdad de género a nivel social y ayuden a las parejas a ser más conscientes de los muchos factores que dan forma a la vida doméstica.
Estos resultados también pueden ser utilizados por los formuladores de políticas y los empleadores para desarrollar o alterar las leyes, políticas y entornos de trabajo de manera que promuevan la participación de los hombres en el trabajo no remunerado.
Horne cree que los terapeutas de parejas y educadores deben alentar a las parejas a reflexionar sobre dónde están en la vida y los muchos factores que dan forma a las decisiones que se están tomando para mantener un hogar en marcha.
El estudio aparece en la revista Sex Roles.
Fuente: Springer