Investigadores suecos han encontrado que creer en el valor en los medicamentos antidepresivos parece influir en sus beneficios.
Los expertos creen que los resultados sugieren que la forma en que el tratamiento se describe al paciente puede ser tan importante como el tratamiento en sí. Además, el descubrimiento puede ayudar a explicar por qué los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) funcionan para algunos individuos, pero no para otros.
Investigadores de la Universidad de Uppsala dijeron que los médicos e investigadores han debatido por mucho tiempo los beneficios de los ISRS. Los clínicos sostienen que los ISRS pueden carecer de propiedades terapéuticas específicas y que sus efectos beneficiosos observados en ensayos clínicos podrían explicar los resultados de las expectativas en los grupos con fármacos y con placebo.
Incluso en un estudio doble ciego en el que los participantes no son informados si están tomando un placebo o un antidepresivo, el participante puede darse cuenta de que se le ha dado el medicamento en lugar del placebo debido a los efectos secundarios experimentados. Este conocimiento puede a su vez resultar en un aumento de las expectativas de mejora y un mejor efecto reportado.
Investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Uppsala descubrieron que cuando los participantes fueron informados de que recibieron un antidepresivo, informaron un mejor alivio de los síntomas. Los investigadores usaron el Lexapro para demostrar los efectos considerablemente mejores cuando un participante fue dado con información verbal correcta en comparación con una incorrecta.
En el estudio aleatorizado, todos los pacientes con trastorno de ansiedad social fueron tratados con la misma dosis de escitalopram durante nueve semanas, pero sólo un grupo fue correctamente informado sobre el fármaco y su eficacia.
El otro grupo fue llevado a creer que fueron tratados con un llamado «placebo activo” con efectos secundarios similares como el ISRS, pero sin efecto clínico.
«Nuestros resultados muestran que el número de personas que respondieron positivamente fue tres veces mayor cuando se dio información correcta que cuando los pacientes pensaron que fueron tratados con un placebo activo ineficaz, a pesar de que el tratamiento farmacológico era idéntico», dijo el autor del estudio el Dr. Vanda Faria.
Al parecer, el conocimiento o la creencia de que el antidepresivo dará resultados exitosos en los cambios cerebrales dio como resultado en la neuroimagen por resonancia magnética que mostrara que los ISRS tenían diferentes efectos sobre la actividad cerebral cuando se asociaban con expectativas de mejora o no.
Hubo diferencias entre los dos grupos en las activaciones de la corteza cingulada posterior y el acoplamiento entre esta región y la amígdala, que es la estructura cerebral pequeña central para el miedo y la ansiedad.
«Esto puede reflejar una interacción entre la cognición así como la emoción y como el cerebro cambia de forma diferente con la medicación dependiendo de las expectativas del paciente», dijo el co-autor del estudio el Dr. Malin Gingnell.
Los resultados sugieren un marcado componente del placebo relacionado con las expectativas en el tratamiento con ISRS, lo que subraya la importancia de la comunicación entre el prescriptor y el paciente.
«No creemos que los ISRS sean ineficaces o carezcan de propiedades terapéuticas para la ansiedad, pero nuestros resultados sugieren que la presentación del tratamiento puede ser tan importante como el tratamiento en sí», dijo el doctor Tomas Furmark, que dirigió el estudio.
Los resultados del estudio aparecen en la revista EBioMedicine.
Fuente: Universidad de Uppsala