Tatuajes y Piercing: ¿autoexpresión o automutilación?.
La cultura contemporánea de los adolescentes y jóvenes adultos ha adoptado los tatuajes y piercings corporales, aparentemente como una forma de autoexpresión. Parece que si no están tatuados, pertenecieran a un grupo aparte. Las estrellas del deporte, las estrellas de rock y los iconos de película y televisión están cubiertos de imágenes y piercings; pero ¿esperamos eso de ellos, porque están en el ojo público?
La Academia Americana de Psiquiatría de Niños y Adolescentes (AAPNA) lanzó una declaración en 1999 en el que enumeraban los tatuajes y el «piercing excesivo» junto con el picarse, quemarse, golpearse y cortarse como posibles formas de autolesión. Aunque esto puede parecer algo así como una conclusión alarmista para muchos, especialmente aquellos que están tatuados y perforados, la AAPNA no es la primera en llegar a esta conclusión. En revistas profesionales convencionales, incluyendo The Journal of Psychosomatic Research (2006, volumen 6, número 4), Adolescence (2002, volumen 37, número 147), The Journal of Adolescent Health (2005, volumen 36, número 4), Deviant Behavior ( 2009, volumen 30, número 6) y Pediatrics (2002, volumen 109, número 60), los tatuajes y perforaciones corporales se han asociado con acciones riesgosas, peligrosas y en ocasiones mortales como el maltrato, los trastornos alimenticios, el odio a sí mismo, el abuso de sustancias, la depresión y la alienación.
Estos hallazgos e interpretaciones pueden ser válidos, particularmente por las muestras en las que se basan. Ciertamente, todos hemos sido testigos de jóvenes envueltos en imágenes, tanto benignas (mariposas, rosas y corazones) como horribles (calaveras, demonios y esvásticas), y nos preguntamos «¿qué demonios podrían haber estado pensando cuando se tatuaron?!» Y qué hay de aquellos que han llegado a extremos increíbles para cambiar virtualmente su apariencia tatuándose bigotes u ojos de gato por encima de los suyos, además de tener sus incisivos afilados. Y luego están los casos reales en los que se implantan cuernos quirúrgicamente en la frente, y se pintan la cara permanentemente para reflejar caras de demonios.
Es una pregunta que queda en el aire: ¿Son los tatuajes y el piercing solo una expresión social? O ¿una forma de automutilación?
Fuente: Psychology Today
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