Redacción
Lunes, 01 de Abril de 2019
Psicología
Treinta y cinco mil ancianos del Área Metropolitana de São Paulo, en Brasil, serán entrevistados a partir del mes de abril de este año con el objetivo de poner a prueba la relación costo-beneficio de un protocolo de diagnóstico y tratamiento de la depresión entre personas de más de 60 años.
Este estudio, que cuenta com el apoya de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo – FAPESP, está a cargo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FMUSP) y del King’s College London, del Reino Unido, y cuenta con financiación de la FAPESP y del Medical Research Council.
“Estamos poniendo en marcha el ensayo clínico aleatorizado. Viene ahora una etapa de reclutamiento muy larga, pues necesitamos contar con más de 1.400 personas. Si tenemos en cuenta que la prevalencia de la depresión llega a aproximadamente el 10% de la población, para arribar a esa cantidad de pacientes debemos entrevistar al menos a una cantidad diez veces mayor”, dijo Ricardo Araya, docente del King’s College y uno de los responsables de la investigación.
En Brasil, la investigadora responsable del proyecto es Marcia Scazufca, docente de la FMUSP. Scazufca y Araya ya había llevado a cabo otro proyecto juntos, que sirvió de base para este nuevo estudio.
En el trabajo anterior, el grupo desarrolló el programa experimental de asistencia a ancianos con depresión cuya relación costo-beneficio se pondrá prueba ahora. Durante los cinco meses en que tuvo lugar esa intervención, compuesta por visitas a los hogares de pacientes previamente registrados, el 87% exhibió una mejoría significativa con respecto a los síntomas e incluso con una reversión del cuadro depresivo.
Pruebas de la aplicación que realiza seguimiento de ancianos con depresión. (Foto: Agência FAPESP)
El proyecto sirvió también para capacitar a los equipos de agentes sanitarios y para el desarrollo de la aplicación, que interactúa con los ancianos mediante el uso de una tablet.
“Arribamos a la conclusión de que la plataforma tecnológica funciona. Y existe una eficiencia de al menos un 11% en la comparación entre las personas que la usaron y las que no la usaron. Es un valor significativo. Si pensamos que el 10% de la población padece depresión, exceptuando a los niños, potencialmente serían 12 millones de brasileños que podrían beneficiarse con esta plataforma”, declaró Araya.
La aplicación, a la que se le dio el nombre de ProActive, se concibió en el Hospital de Clínicas de la FMUSP para su utilización en la Estrategia de Salud de la Familia, una política pública de atención primaria del Sistema Único de Salud (SUS) brasileño en la cual el trabajo se encuentra a cargo de equipos compuestos por médico, enfermero, auxiliares de enfermería y agentes sanitarios capacitados para encarar el abordaje y realizar la primera atención domiciliaria.
En esta aplicación se emplean técnicas sencillas de psicoeducación y activación de comportamientos consideradas eficaces para el tratamiento de la depresión. Una de ellas consiste en plantearle al paciente de qué manera distintas actitudes ante los síntomas de la depresión pueden ayudarlo a sentirse mejor o pueden empeorar el cuadro (lea más en: agencia.fapesp.br/24713).
Ahora, con más voluntarios, será posible medir cuán efectivo sería el uso de esta plataforma con una población mayor, y si su costo sería viable para aplicarlo en el SUS.
“La cuestión clave reside en que no hay profesionales especializados para atender a toda esa población. Por eso una herramienta como ésta, en caso de mostrarse viable, será positiva para la población brasileña”, dijo Araya. (Fuente: AGENCIA FAPESP/DICYT)