Un estudio de seguimiento ocular descubrió que las personas que sufren fobias muestran un retraso en la desconexión y tiempos de decisión más lentos en comparación con las personas sin fobias cuando responden a imágenes. Esto indica que las personas fóbicas muestran mecanismos de control de la atención más deficientes y dificultad para inhibir la información irrelevante. El artículo fue publicado en Attention, Perception, & Psychophysics.
Una fobia es un miedo intenso e irracional a un objeto, situación o actividad específicos. Las personas con fobias hacen todo lo posible por evitar aquello que temen, incluso si no supone un peligro real. Las fobias más comunes son la aracnofobia (miedo a las arañas), la acrofobia (miedo a las alturas) y la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados). La fobia social (trastorno de ansiedad social) es el miedo a ser juzgado o avergonzado en situaciones sociales. Los síntomas pueden incluir pánico, sudoración, ritmo cardíaco acelerado y dificultad para respirar cuando se expone al objeto o situación temidos.
Las fobias son un tipo de trastorno de ansiedad, junto con el trastorno de ansiedad generalizada. Las emociones dominantes asociadas con estos trastornos son el miedo y la ansiedad, que son fundamentales para identificar y reaccionar ante amenazas potenciales. Sin embargo, las personas con estos trastornos experimentan estas emociones de manera desproporcionada en relación con el peligro real que representa la amenaza. Los estudios han demostrado que las personas con fobias tienden a prestar mucha más atención a las amenazas potenciales y pueden tener dificultades para desviar su atención, un fenómeno conocido como sesgo de atención.
La autora del estudio, Christina Saalwirth, y sus colegas se propusieron investigar el sesgo de atención de las personas con fobias. Realizaron un experimento utilizando dispositivos de seguimiento ocular. Su hipótesis era que las personas con fobias exhibirían movimientos oculares más lentos (es decir, latencias sacádicas más lentas) cuando una imagen mostrada contuviera elementos similares a los de una imagen percibida como amenazante debido a una fobia. Esperaban que este efecto (latencias sacádicas más lentas) fuera más débil que la respuesta hacia imágenes que mostraban objetos amenazantes reales, pero más pronunciada que la respuesta hacia imágenes neutrales.
También anticiparon que los participantes serían más lentos a la hora de dejar de mirar imágenes de ratones, perros, serpientes, arañas, objetos puntiagudos y dentistas (es decir, los objetos más comunes relacionados con fobias específicas), independientemente de si tenían o no una fobia. Los autores del estudio esperaban que los individuos fóbicos fueran más lentos al tomar decisiones durante tareas experimentales en comparación con los individuos no fóbicos.
Para reclutar participantes, los autores del estudio distribuyeron un cuestionario en línea dirigido a personas que no tenían fobias o que mostraban tendencias fóbicas claras. Reclutaron a 33 personas con una fobia (el grupo fóbico) y 33 participantes no fóbicos. Los grupos se emparejaron por edad y género, con 21 mujeres en cada grupo. La edad promedio de los participantes fue de 28 a 29 años. El grupo fóbico se dividió a su vez en función del tipo de fobia: miedo a los ratones, perros, serpientes, arañas, objetos puntiagudos o dentistas.
En el experimento, los autores del estudio presentaron un conjunto de imágenes dispuestas en círculos en una pantalla. Se pidió a los participantes que se centraran inicialmente en una imagen en el centro de la pantalla y luego buscaran una imagen objetivo en un círculo exterior formado por seis imágenes. Se les pidió que indicaran, mediante la pulsación de un botón, si el objeto de la imagen objetivo estaba orientado hacia la izquierda o hacia la derecha. Las imágenes objetivo estaban relacionadas con las fobias de los participantes y también se les pidió que calificaran cuánto miedo o asco les inducían las imágenes.
Los dispositivos de seguimiento ocular registraron la mirada de los participantes durante el experimento, y un dispositivo especializado registró sus respuestas a las imágenes.
Los resultados mostraron que las personas con fobias experimentaban un retraso en la desconexión independientemente de si la imagen central estaba relacionada con su miedo o no. En otras palabras, tardaban más en desviar la mirada de la imagen central. También eran más lentos en decidir si la imagen objetivo estaba orientada hacia la izquierda o hacia la derecha cuando estaba relacionada con lo que percibían como una amenaza. Estos hallazgos indican que las personas fóbicas tienden a mostrar mecanismos de control atencional más deficientes y dificultades para inhibir la información irrelevante.
“Las personas con fobia específica muestran un retraso pronunciado en la desconexión, que se refleja en latencias sacádicas más lentas, independientemente de si el estímulo está relacionado con una amenaza o es neutral. Además, cuando veían una imagen relacionada con una amenaza, estas personas fóbicas tardaban más en responder a una tarea sencilla, como determinar la orientación izquierda o derecha de un objetivo”, concluyeron los autores del estudio.
Este estudio arroja luz sobre el sesgo atencional de las personas con fobias. Sin embargo, cabe señalar que los participantes en el experimento eran conscientes de los objetos amenazantes con los que se encontrarían. Los resultados podrían diferir si los participantes se exponían a estímulos amenazantes inesperados.
Fuente: Attention, Perception, & Psychophysics
Articulo original:
Título: Eye Tracking Analysis of Attentional Disengagement in Phobic and Non-Phobic Individuals. Autores: Christina Saalwirth, Maximilian Stefani, Marian Sauter Wolfgang Mack.