El síndrome del acento extranjero es una enfermedad rara que generalmente se produce como un efecto secundario de una lesión cerebral grave, como un derrame o una lesión cerebral, aunque dos casos se han reportado como un problema de desarrollo. Entre 1941 y 2009, se han registrado sesenta casos en países de lengua inglesa. Sus síntomas son resultado de la distorsionada planificación de articulación y de los procesos de coordinación.
Para el oído no entrenado, los que tienen el síndrome hablan su lengua materna con acento extranjero, por ejemplo, un hablante inglés nativo estadounidense puede sonar como si hablara con un acento sudoriental británico, o un hablante nativo británico podría hablar con acento neoyorquino. Sin embargo, los investigadores de la Universidad de Oxford han descubierto que ciertas partes específicas del cerebro resultaron lesionadas en algunos casos del síndrome de acento extranjero, lo que indica que ciertas partes del cerebro controlan diversas funciones lingüísticas, y podrían provocar daños en el tono alterado o en sílabas mal pronunciadas, causando que los patrones del habla tengan un acento que suena diferente. Más recientemente, hay pruebas crecientes de que el cerebelo puede ser crucialmente involucrado en algunos casos con el síndrome del acento extranjero.
Otra teoría es que, a diferencia de un problema como la afasia, los centros del lenguaje del cerebro están completamente al margen. En cambio, la persona ha perdido las habilidades de motricidad fina necesarias para pronunciar los fonemas con su acento de costumbre. Cuando tratan de pronunciarlas, se encuentran que suena como que tienen un acento diferente. Por ejemplo, la dificultad para pronunciar la letra ‘r’ al final de las palabras puede significar que una persona baja al final de las palabras. Esto se hace con un acento de Boston, con lo que la persona parece hablar con un acento de Boston al tratar de pronunciar palabras que terminan en ‘r’. Para mantener un sentido de normalidad y de flujo, alguien con el síndrome entonces aumenta el efecto del acento imitando el resto del acento. Dependiendo de qué importancia tiene un cierto fonema para el acento original de una persona, que podrían encontrar hablando en un acento diferente mucho más fácilmente y su usual acento muy difícil de pronunciar después de haber perdido algunas habilidades motora.
El diagnóstico de este síndrome se realiza mediante pruebas radiológicas avanzadas, buscando confirmar daño en la zona de broca, evaluaciones con neurólogos y especialistas en habla.
Como ya se mencionó sólo 60 personas han sido diagnosticadas con esta enfermedad en el mundo, por eso el escepticismo ante quienes presentan sus síntomas. Una vez que se confirma la condición, puede comenzar la recuperación.
En ciertos casos, como las lesiones traumáticas, este síndrome extraño puede resolverse una vez que baja la presión sobre el cerebro, ya sea naturalmente o de forma quirúrgica.
Cuando el daño es más profundo y quizá irreversible el cerebro intenta compensar la imposibilidad de pronunciar en la forma que sabe, utilizando alternativas. En esos casos, la terapia de lenguaje puede servir para volver a aprender a “hablar” como antes.
Existen casos en que la recuperación es completa, mientras que en otros las mejoras son solo parciales. Aun así, el síndrome del acento extranjero podría considerarse como una de las enfermedades más raras que pueden afectar al cerebro humano.
Fuente: Wikipedia