El economista Angus Deaton y el psicólogo Daniel Kahneman realizaron un estudio en 2010 donde determinaron que no importa mucho cuanto aumente el salario de una persona, si sus niveles de felicidad y su satisfacción no aumentan notablemente.
¿Por qué ganar más dinero no hace la vida más satisfactoria? Bueno, resulta que el dinero no lo es todo. Existen muchos otros factores que afectan la satisfacción de la vida de una persona en cualquier trabajo.
Aquí hay algunas razones por las cuales el salario no se correlaciona necesariamente con la felicidad.
El éxito profesional no siempre significa más dinero
Muy a menudo lo que hace feliz a una persona es la capacidad de hacer lo que hace bien y de obtener influencia, reconocimiento y seguridad laboral. El éxito puede significar tener más influencia en los equipos de trabajo, tener un impacto en una organización, sentirse valorado en un rol crucial para una empresa, o simplemente saber que el futuro es estable. Ninguno de estos factores de felicidad necesariamente requiere un alto salario.
Las experiencias importan
No se trata solo de ganar y gastar, tampoco. A veces, la satisfacción laboral resulta de enfrentar los desafíos diarios, o simplemente probar y aprender cosas nuevas. Los trabajos que no satisfacen más allá del día de pago dejarán vacíos a las personas que desean estos factores más elusivos. Aunque el dinero puede ayudarte a comprar cosas en tu tiempo libre, no podrás disfrutar esas cosas sin tiempo libre. Una carrera con un calendario lleno de actividades laborales ciertamente no le dará el tiempo a una persona para muchas de las experiencias fuera de la oficina que constituyen una vida plena.
Interacción humana en el trabajo
Si laboras en un trabajo donde se carece de interacción humana esto puede hacerte sentir aislado sin importar lo mucho que te paguen. Interactuar con otras personas es una de esas cosas cruciales que nos ayudan a sentirnos humanos, aunque algunas personas lo necesitan más que otras.
Hacer lo que más nos gusta
Si te gustan los hechos, los números, la tecnología o los datos, no te irá bien en un ambiente creativo. Si por el contrario necesitas libertad para ser creativo, no te sentirás bien en un trabajo que sofoque tus ideas más geniales.
Prosperar en hacer el bien, no hacer más
Si eres una persona del tipo altruista que realmente necesita hacer una diferencia positiva en el mundo, probablemente odiarías un trabajo con un alto salario pero que no sirves nada más que para algunos intereses corporativos . Un trabajo que te permita hacer del mundo un lugar mejor será infinitamente más gratificante que uno que simplemente te haga ganar un salario más alto.
La insatisfacción no es tan buena
Si tu trabajo te da para ir a los restaurantes más lujosos, comprar la mejor ropa, tener la casa más grande, las mejores ventajas de viaje, el coche más lujoso, entonces perderás el contacto con los placeres más simples de la vida. Los lujos, pueden ser agradables y una adicción poderosa. Pero no necesariamente hará tu vida más feliz. Ser realista sobre lo que es realmente valioso para ti te ayudará a elegir la carrera que mejor se adapte a ti.
La presión constante no es divertida
Si tus días se te van tratando de hacer más para poder pagar esto o aquello, es probable que te sientas vacío a la larga. Hazte esta difícil pregunta: ¿cuándo terminarás y podrás sentarte y disfrutar los frutos de tu trabajo? Si la respuesta es algo cercano a «nunca», podría ser el momento de considerar un cambio de carrera, incluso si aún no has alcanzado tus objetivos. Después de todo, nunca mejorarás tu vida si eres miserable durante el largo proceso de cumplirlos. Sé feliz ahora en una carrera que realmente te satisface.
Fuente: USA Today