La paradoja de la igualdad de género en las fortalezas académicas persiste en distintos países y en distintos momentos

La paradoja de la igualdad de género en las fortalezas académicas persiste en distintos países y en distintos momentos

Un nuevo estudio publicado en Psychological Science reveló que las diferencias de género en las fortalezas académicas intraindividuales (que favorecen a las niñas en lectura y a los niños en matemáticas y ciencias) son mayores en los países más ricos y con mayor igualdad de género.

En las últimas décadas, las disparidades de género en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) han persistido, incluso en países con altos niveles de igualdad de género. A pesar de los avances educativos, las mujeres están subrepresentadas en muchas disciplinas STEM. Investigaciones anteriores han documentado una “paradoja de igualdad de género”, según la cual las diferencias de género en las preferencias académicas y la participación en STEM son más pronunciadas en los países con igualdad de género. Esta paradoja desafía la expectativa de que una mayor igualdad de género debería reducir las diferencias de género en las opciones ocupacionales y educativas.

Marco Balducci y sus colegas se propusieron explorar esta paradoja más a fondo, centrándose en las fortalezas académicas intraindividuales (las ventajas académicas comparativas dentro de los individuos) en lugar de en el rendimiento general.

Los investigadores utilizaron datos de cinco oleadas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), realizadas entre 2006 y 2018. PISA es una evaluación internacional que evalúa las capacidades de los estudiantes de 15 y 16 años en lectura, matemáticas y ciencias. Para garantizar un análisis exhaustivo, los investigadores incluyeron datos de 2,47 millones de adolescentes en 85 países y regiones, lo que convierte a este en uno de los estudios más grandes de su tipo.

La muestra se extrajo mediante un método de muestreo representativo en dos etapas para cada país, seleccionando primero las escuelas y luego a los estudiantes dentro de ellas. A los participantes se les administró la evaluación PISA, que incluye ítems en las tres áreas académicas principales de matemáticas, comprensión lectora y alfabetización científica.

Dado que la administración de todos los ítems de PISA llevaría más de seis horas, se asignó a los estudiantes de manera aleatoria un subconjunto de ítems, lo que permitió realizar evaluaciones integrales en cada dominio. Las puntuaciones de estas pruebas se estandarizaron luego dentro de cada país y en cada ronda de PISA para calcular las fortalezas individuales.

En concreto, los autores calcularon las mejores, segundas y más bajas puntuaciones académicas de los estudiantes en relación con su rendimiento académico medio. Las diferencias entre estas puntuaciones proporcionaron una estimación de la fortaleza académica intraindividual de cada estudiante. Los investigadores también incorporaron datos a nivel de país sobre igualdad de género utilizando el Índice Global de Brecha de Género (GGGI) y medidas de riqueza del índice de riqueza familiar PISA, lo que les permitió explorar las relaciones entre estas variables y las diferencias de género en las fortalezas académicas.

Los resultados revelaron diferencias estables entre los sexos en cuanto a las fortalezas académicas en las cinco rondas de PISA: las niñas mostraron sistemáticamente una ventaja en lectura, mientras que los niños demostraron fortalezas en matemáticas y ciencias. Estas diferencias se observaron sistemáticamente en todo el mundo. Curiosamente, si bien los niños y las niñas obtuvieron puntuaciones medias generales similares en algunos contextos, sus fortalezas relativas divergieron.

Por ejemplo, los niños tenían más probabilidades de mostrar fortalezas en matemáticas y ciencias como las materias con mejor desempeño en relación con su desempeño general, mientras que las niñas mostraron un desempeño comparativo más fuerte en lectura. Estas diferencias de género se mantuvieron estables durante el período de estudio de 12 años, lo que indica un patrón persistente.

Curiosamente, estas diferencias de género fueron más pronunciadas en los países con mayores niveles de igualdad de género. En los países que obtuvieron mejores resultados en el GGGI, los niños mostraron fortalezas aún mayores en ciencias en relación con las niñas, mientras que la ventaja de las niñas en lectura se hizo más pronunciada. Este patrón se mantuvo en las cinco oleadas de PISA, lo que sugiere que a medida que aumentaba la igualdad de género, también lo hacía la brecha en las fortalezas académicas entre niños y niñas.

Además, los investigadores descubrieron que los países más ricos exhibían patrones similares: la brecha de género en las fortalezas de lectura favorecía a las niñas y la brecha en las fortalezas científicas favorecía a los niños, ampliándose a medida que aumentaba la riqueza.

Estos resultados apoyan la idea de que a medida que los países se vuelven más igualitarios en términos de género y económicamente prósperos, los intereses personales y las fortalezas intraindividuales desempeñan un papel más importante en la configuración de los resultados educativos, lo que exacerba aún más las diferencias de género en las preferencias académicas.

Los autores reconocieron que la naturaleza correlacional de su estudio limita la capacidad de extraer inferencias causales. También señalaron que, si bien el GGGI es una medida integral de la igualdad de género, es posible que no capture todos los aspectos relevantes de la igualdad de género que afectan las opciones educativas y ocupacionales.

Fuente: Psychological Science

Articulo original:

Título: “The Gender-Equality Paradox in Intraindividual Academic Strengths: A Cross-Temporal Analysis”.

Autores: Marco Balducci, Marie-Pier Larose, Gijsbert Stoet y David C. Geary.

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