Una nueva investigación revela un hecho intrigante sobre la percepción visual humana

Una nueva investigación revela un hecho intrigante sobre la percepción visual humana

Un estudio reciente publicado en el Journal of Vision revela que los humanos son mejores para estimar el movimiento de los objetos que se mueven hacia abajo que hacia arriba, independientemente de la dirección relativa a la gravedad. Esta nueva investigación sugiere que nuestra percepción de los objetos que se mueven hacia abajo se ve reforzada por la congruencia de su movimiento con la dirección hacia nuestras piernas en lugar de la influencia de la gravedad detectada a través de nuestro oído interno.

“Estudios anteriores han demostrado que las personas pueden captar con mayor precisión un objeto que desciende que uno que asciende. Cuando la gente escuchó esta actuación asimétrica para atrapar objetos ascendentes y descendentes, generalmente pensaron que se alineaba con el eje de gravedad porque estamos acostumbrados a ver el objeto en movimiento hacia la gravedad en la vida diaria”, dijo el autor del estudio Takashi Hirata, miembro del proyecto de investigación Comprensión Geométrica de la Orientación Espacial de la Agencia de Ciencia y Tecnología de Japón.

“Nuestro equipo consideró otra posibilidad: el rendimiento asimétrico para la captura podría depender del eje del cuerpo del observador, ya que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en una postura erguida donde el eje del cuerpo del observador está alineado con la dirección del eje de gravedad. Para aclarar si la asimetría en el rendimiento de captura de objetos ascendentes y descendentes depende del eje de gravedad o del eje longitudinal del cuerpo, realizamos este estudio”.

Los investigadores realizaron dos experimentos con 59 estudiantes universitarios, en los que los participantes se pusieron cascos de realidad virtual que mostraban objetivos en movimiento en un entorno controlado.

En el primer experimento, la simulación de realidad virtual mostró objetos moviéndose hacia arriba o hacia abajo a lo largo del eje del cuerpo del participante. Los movimientos ocurrieron en tres escenarios gravitacionales diferentes: gravedad normal de la Tierra (1 G), ingravidez (0 G) y alta gravedad (-1 G). Cada escenario fue diseñado para probar la capacidad de los participantes para predecir cuándo estos objetos alcanzarían un punto específico en su trayectoria.

Los objetos se mostraron moviéndose a lo largo de un eje vertical alineado con las posiciones corporales erguidas (de pie o sentados) o supinas (acostados) de los participantes. Esta configuración permitió a los investigadores probar si la orientación del cuerpo, independientemente de la dirección de la atracción gravitacional, influye en qué tan bien se puede predecir el movimiento de los objetos ascendentes frente a los descendentes. A los participantes se les asignó la tarea de presionar un botón en el momento en que creían que un objeto llegaría a la meta, y se registró el momento de estas presiones para evaluar la precisión.

El segundo experimento investigó otro aspecto de la percepción del movimiento: la capacidad de seguir objetos en movimiento mediante movimientos oculares de seguimiento suave (SPEM). SPEM son los movimientos oculares que nos permiten seguir suavemente un objeto en movimiento. Este experimento tenía como objetivo determinar si la dirección del movimiento de un objeto en relación con el eje del cuerpo afecta la precisión de estos movimientos oculares en diferentes escenarios gravitacionales, similares a los del primer experimento.

En ambos experimentos, surgió un patrón consistente: los participantes estimaron y rastrearon mejor el movimiento de los objetos descendentes en comparación con los ascendentes. Esto fue cierto independientemente de las condiciones gravitacionales (1 G, 0 G y −1 G), lo que sugiere que la congruencia entre el movimiento del objeto y la orientación natural del cuerpo (hacia abajo, hacia las piernas) mejora la precisión de la percepción. Este efecto se observó tanto en posturas erguidas como supinas, lo que indica que la atracción gravitacional, ya sea alineada con el cuerpo o no, no afecta significativamente las capacidades de estimación.

Los resultados también mostraron que el rendimiento de SPEM fue mejor para rastrear objetos que se movían hacia abajo que hacia arriba. Esto era cierto incluso cuando las señales gravitacionales estaban desalineadas con la orientación del cuerpo, como en la postura supina.

Los hallazgos resaltan que las señales visuales y corporales juegan un papel más crucial que las señales vestibulares (que detectan la gravedad) en el contexto de esta tarea. Esto sugiere que nuestras experiencias diarias, que implican predominantemente observar objetos que caen hacia abajo debido a la gravedad, pueden sintonizar nuestros sistemas de percepción para que sean más sensibles y precisos a los movimientos descendentes. Básicamente, parece que el cerebro prioriza las experiencias visuales y físicas consistentes sobre la atracción direccional específica de la gravedad cuando se trata de procesar objetos en movimiento.

«Generalmente, entendemos que un objeto que cae se mueve en la dirección de la gravedad», dijo Hirata. “Sin embargo, como muestra nuestro estudio, podemos reconocer el objeto que se mueve hacia la dirección de las piernas como un objeto que cae y que se mueve hacia la dirección de la cabeza como un objeto que se eleva. En otras palabras, la información de la gravedad real detectada por el órgano otolito de nuestro oído interno no contribuye significativamente a nuestro reconocimiento cuando interactuamos con objetos que caen y se elevan”.

Fuente: Journal of Vision

Articulo original: Titulo: “Human estimates of descending objects’ motion are more accurate than those of ascending objects regardless of gravity information”. Autores: Takashi Hirata, Yutaka

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