La ayuda no deseada es frustrante

La ayuda no deseada es frustrante

Investigaciones recientes realizadas en Alemania han descubierto que los empleados que recibieron ayuda no deseada de compañeros de trabajo y supervisores experimentaron una mayor frustración relacionada con sus necesidades de competencia y autonomía. La frustración por la necesidad de autonomía condujo a una mayor rumiación afectiva después del trabajo y a un menor desapego psicológico del trabajo. La investigación fue publicada en Stress and Health.

La sociedad moderna exige que los seres humanos pasen una parte importante de su vida en el trabajo. Como resultado, los eventos en el lugar de trabajo pueden influir en gran medida en el bienestar general y la salud mental de un individuo. Un factor crucial para determinar el bienestar tanto de los empleados como de las organizaciones es la disponibilidad de apoyo.

Sin embargo, es la percepción de disponibilidad de apoyo la que se asocia con efectos promotores de la salud. La recepción real de apoyo puede tener impactos tanto negativos como positivos en la salud, dependiendo de cómo se ofrezca y reciba el apoyo.

Esto incluye si se desea o no ayuda y apoyo. La ayuda no deseada ocurre cuando se impone apoyo sin el consentimiento del destinatario o cuando se brinda un consejo no solicitado. Los estudios sugieren que recibir ayuda no solicitada puede tener efectos perjudiciales en el bienestar de quien la recibe.

La autora del estudio, Anika D. Schulz, y sus colegas querían examinar la hipótesis de que recibir ayuda no deseada por parte de supervisores o compañeros contribuye a la frustración de las necesidades psicológicas de competencia y autonomía. A su vez, esta frustración conduciría a una rumiación afectiva e impediría el desapego psicológico del trabajo.

El desapego psicológico del trabajo es la desconexión mental de los pensamientos y actividades relacionados con el trabajo durante las horas no laborales, lo que permite a las personas dedicarse plenamente al ocio y la vida personal. Este desapego es importante ya que ayuda a las personas a descansar y recuperarse psicológicamente, reduciendo el estrés, previniendo el agotamiento y mejorando el bienestar general y el equilibrio entre la vida laboral y personal. La rumia afectiva implica pensar continuamente en cuestiones relacionadas con el trabajo de una manera cargada de emociones y que provoca estrés.

Los investigadores realizaron dos encuestas para examinar la relación entre la ayuda no deseada, las necesidades psicológicas, el desapego del trabajo y la reflexión afectiva.

En la primera encuesta participaron 279 empleados. Trabajaban un promedio de 39 horas semanales, con una antigüedad media en el empleo de 20 años. Alrededor del 27% ocupaba puestos de liderazgo y su edad promedio era de 42 a 43 años.

Estos individuos completaron evaluaciones de ayuda no deseada (p. ej., «En las últimas dos semanas, ¿sus compañeros de trabajo o supervisores intentaron ayudarlo independientemente de si usted lo quería o no?»), del grado en que los compañeros de trabajo y supervisores brindaron ayuda de manera descortés. manera (cuatro ítems de la Escala de Incivilidad en el Lugar de Trabajo), aprecio en el lugar de trabajo (ítems seleccionados del Cuestionario Psicosocial de Copenhague), frustración de competencia y autonomía (ítems de la Escala de Satisfacción y Frustración de Necesidades Psicológicas Básicas y de la Escala de Satisfacción de Necesidades Básicas Relacionadas con el Trabajo, rumiación afectiva (el Cuestionario de Rumiación Relacionada con el Trabajo) y desapego psicológico del trabajo (ítems del Cuestionario de Experiencia de Recuperación, por ejemplo, “Durante el tiempo después del trabajo me olvido del trabajo”).

El segundo estudio implicó dos oleadas de recopilación de datos, con dos semanas de diferencia. Inicialmente participaron 194 empleados, pero sólo 165 completaron ambas encuestas. La edad promedio de los participantes fue de 45 años, siendo el 67% hombres. Su antigüedad laboral promedio fue de 12 años. Estos participantes completaron las mismas evaluaciones que los de la primera encuesta.

Los resultados del primer estudio mostraron que los participantes que reportaron más ayuda no deseada tendían a sentir más frustración por sus necesidades de autonomía y competencia. Al considerar la falta de civismo de la ayuda, se descubrió que la frustración se debía a la naturaleza no deseada de la ayuda en sí, no a cómo se brindó.

El segundo estudio confirmó el vínculo entre la ayuda no deseada y la frustración de las necesidades psicológicas. Los participantes a los que se les ofreció ayuda no deseada tendieron a sentir una mayor frustración de sus necesidades de autonomía y competencia.

Los autores del estudio probaron un modelo estadístico que proponía que la ayuda no deseada conducía a una mayor frustración de las necesidades de competencia y autonomía. Estas frustraciones, a su vez, condujeron a una mayor cavilación y un menor desapego psicológico. Los resultados mostraron que la ayuda no deseada podría conducir a una mayor cavilación y a un menor desapego psicológico al frustrar la necesidad de autonomía, pero no frustrar la necesidad de competencia.

“Descubrimos que el ofrecimiento de ayuda no deseada está vinculado a la frustración de las necesidades psicológicas, particularmente en términos de competencia y autonomía. Además, nuestros hallazgos resaltan que la frustración por la autonomía resultante de la oferta de ayuda no deseada no se disipa rápidamente; tiene efectos a lo largo de semanas, lo que lleva a una mayor reflexión post-trabajo y dificulta el desapego psicológico del trabajo”, concluyeron los autores del estudio.

“Estos resultados sugieren que ofrecer ayuda no deseada como una faceta de un apoyo potencialmente inútil tiene efectos adversos en quienes los reciben. Para los proveedores de ayuda, parece aconsejable ofrecer ayuda sólo cuando sea necesaria y hacerlo de manera cuidadosa y hábil para proteger las necesidades psicológicas básicas de los destinatarios de la ayuda de la manera más efectiva posible”.

El estudio arroja luz sobre la relación entre la ayuda no deseada en el lugar de trabajo y los indicadores de bienestar. Sin embargo, el diseño del estudio no permite conclusiones definitivas de causa y efecto. Además, el estudio no tuvo en cuenta si el destinatario de la ayuda finalmente aceptó o rechazó la ayuda no deseada.

Fuente: Stress and Health

Articulo original: Titulo: “When help is not wanted: Frustrated needs and poor after‐ work recovery as consequences of unwanted help at work”. Autores: Anika D. Schulz, Doris Fay, Ina Schöllgen y Johannes Wendsche.

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