Un estudio de neuroimagen que examinó la memoria episódica reveló que las personas expuestas a música durante la evocación de recuerdos eran más propensas a incorporar emociones asociadas a la música en sus recuerdos. Un día después, estos recuerdos presentaban un tono emocional más intenso que los recuerdos originales. El estudio se publicó en Cognitive, Affective, & Behavioral Neuroscience.
La música es una poderosa herramienta de expresión emocional, que permite a las personas transmitir sentimientos que pueden ser difíciles de expresar con palabras. Se utiliza terapéuticamente en hospitales y clínicas de salud mental para reducir la ansiedad y promover la relajación. En entornos educativos, la música puede favorecer la retención de la memoria y el aprendizaje, especialmente cuando se utiliza para enseñar lengua, matemáticas o conceptos históricos.
Socialmente, la música fomenta un sentido de comunidad, uniendo a las personas a través de experiencias culturales compartidas, como conciertos, ceremonias religiosas e himnos nacionales. Los atletas y deportistas suelen usar la música para mejorar su rendimiento y mantener la motivación, ya que ciertos ritmos pueden regular la frecuencia cardíaca y los niveles de energía. En marketing, la música se emplea estratégicamente para evocar emociones específicas, influyendo en el comportamiento del consumidor y la percepción de la marca. La música también es parte integral de rituales y tradiciones, marcando eventos importantes de la vida como bodas, funerales y festividades, reforzando así la identidad y la continuidad cultural.
La autora del estudio, Yiren Ren, y sus colegas buscaron explorar si la música reproducida durante la evocación de recuerdos podía introducir elementos emocionales falsos en recuerdos previamente neutrales. En otras palabras, querían examinar si escuchar música mientras se evocaban recuerdos podía alterar el tono emocional de estos.
Los participantes fueron 44 adultos jóvenes sanos reclutados del grupo de sujetos de la Facultad de Psicología de Georgia Tech. La edad promedio era de aproximadamente 20 años, y la muestra incluía a 20 hombres.
Los participantes completaron una tarea experimental en la que memorizaron y recordaron varias historias cortas de ficción escritas para simular memorias episódicas autobiográficas. Las memorias episódicas se refieren a recuerdos personales de eventos específicos, incluyendo detalles contextuales como tiempo, lugar y emoción. Las historias se escribieron con la mayor neutralidad emocional posible para que cualquier cambio emocional durante el recuerdo pudiera atribuirse a la manipulación experimental. En total, se utilizaron 15 historias neutrales en la tarea principal. Otras cinco historias se escribieron con un enfoque emocional positivo o negativo, y se incluyeron para disimular el enfoque principal del estudio.
El experimento se llevó a cabo durante tres días consecutivos. El primer día, los participantes leyeron y escucharon grabaciones de 20 historias (15 neutrales y 5 emotivas). Cada historia se presentó dos veces. Posteriormente, los participantes escribieron las historias tal como las imaginaban, con el mayor detalle posible. También completaron evaluaciones estandarizadas de la capacidad de visualización mental (Cuestionario de Vividez de la Imagen Visual) y del estado de ánimo (Esquema de Afecto Positivo y Negativo).
El segundo día, los participantes se sometieron a una resonancia magnética funcional (fMRI) mientras completaban una tarea de selección de palabras diseñada para estimular el recuerdo de las historias estudiadas previamente. Cada prueba mostraba diez palabras en la pantalla. Cuatro eran palabras clave extraídas directamente de una de las historias originales, y seis eran palabras señuelo con valencia emocional (tres positivas y tres negativas) que estaban semánticamente relacionadas con la historia, pero que no aparecían en la versión original. Se pidió a los participantes que recordaran la historia asociada con las palabras clave y seleccionaran las palabras que mejor se ajustaran a su recuerdo. Cada historia se asignó aleatoriamente a una de tres condiciones intrasujeto: música de fondo con valencia emocional positiva, música de fondo con valencia emocional negativa o silencio.
El día 3, los participantes completaron dos pruebas de memoria centradas en las historias neutrales. En una prueba, se les presentaron palabras y se les preguntó si cada una había aparecido en la historia original. La lista de palabras incluía tanto las palabras clave originales como los señuelos emocionales del día 2. El objetivo era evaluar si el contexto emocional inducido por la música durante el recuerdo del día 2 podría sesgar a los participantes a recordar erróneamente los señuelos emocionales como parte de la historia original.
Los resultados mostraron que los participantes expuestos a música durante el recuerdo del día 2 eran más propensos a incorporar señuelos emocionalmente congruentes en sus recuerdos. El día 3, al recordar las historias, eran más propensos a reportar un contenido emocional que coincidía con la valencia de la música que habían escuchado durante el día 2. En otras palabras, la música positiva aumentaba la probabilidad de recordar historias con elementos positivos añadidos, mientras que la música negativa aumentaba la probabilidad de elaboraciones negativas.
Además de estos hallazgos conductuales, los resultados de la resonancia magnética funcional revelaron que recordar historias con música alteraba los patrones de actividad cerebral en comparación con recordarlas en silencio. Específicamente, la música se asoció con un aumento de la actividad y la conectividad funcional en regiones como la amígdala, la corteza frontal y las áreas visuales. Se sabe que estas regiones cerebrales participan en el procesamiento de las emociones, la memoria y la imaginería.
“Nuestros datos sugieren que estos efectos se manifiestan a través de mecanismos de reconsolidación y que neuronalmente pueden estar íntimamente vinculados a la función de la amígdala y del lóbulo temporal medio, así como a diferencias difusas en la participación de las redes asociadas con la imaginería, la toma de perspectiva, la atención y el control”, concluyeron los autores del estudio.
El estudio arroja luz sobre los efectos de la música en la memoria. Sin embargo, los autores del estudio informan que, en general, los participantes fueron muy precisos en el reconocimiento de palabras. Esto podría haber producido un efecto techo, limitando la magnitud de los efectos observados.
Fuente: Cognitive, Affective, & Behavioral Neuroscience
Articulo original:
Título: Affective music during episodic memory recollection modulates subsequent false emotional memory traces: an fMRI study.
Autores: Yiren Ren, Sophia Kaltsouni Mehdizadeh, Grace Leslie y Thackery Brown.