17 de mayo, día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia

La Psicología con la diversidad afectivo-sexual

Tal día como hoy, un 17 de mayo de hace treinta años la Organización Mundial de la Salud dejó de definir la homosexualidad como enfermedad mental, no siendo hasta 2018 cuando la OMS retiró de su clasificación de enfermedades (CIE-11) el termino transexual, para sustituirlo por el de “discordancia de género” (disforia de género en el DSM-5), lo cual que no deja de seguir siendo patologizante para estas personas.

En junio de 2011 el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución reconociendo la igualdad de derechos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB). Desde entonces hasta la actualidad son muchos los países en los que se han producido cambios legislativos que han reconocido los derechos de las personas LGTBI.

En España, aunque no disponemos aun de una legislación completa e integral sobre protección para las identidades diversas, sí que se reconocen en diferentes preceptos legales los derechos de la comunidad LGTBI. Desde el artículo 14 de la Constitución Española, que garantiza la igualdad de todos los españoles y prohíbe la discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, pasando por la Ley de Identidad de Género aprobada en 2007, a lo recogido en el Código Penal en relación con los delitos de odio.

De suma importancia ha sido la legislación autonómica, en relación con el reconocimiento y la no discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género, garantía de derechos, igualdad de trato, o la realización de acciones educativas de visibilidad y no discriminación de personas LGTBI o sus familiares, aunque en algún caso, se haya quedado en mero propósito, por no implementarse de manera efectiva o no disponer de una adecuada financiación.

A pesar de todo lo avanzado, a día de hoy, los datos nos muestran que incluso en los países más igualitarios las personas LGTBI siguen sufriendo elevados niveles de discriminación, tal como ha puesto de manifiesto la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea en su macroencuesta realizada durante el año 2019. En el caso de España, aunque se ha incrementado la visibilidad, los resultados de la encuesta muestran muy pocos avances reales, casi la mitad de las personas con pareja evita darse la mano en público, y la mitad de los encuestados se niegan a mostrarse como son, por miedo a amenazas, agresiones o acoso.

Una discriminación que se ha visto incrementada por la situación excepcional de pandemia actual, al haberse agudizado, para las personas LGTBI, su situación de aislamiento. Lo que ha hecho que se vuelvan más vulnerable a sufrir los efectos de una discriminación que ya era previa o latente, con conflictos en el entorno familiar o vecinal.

Desde organismos de derecho público, como Administraciones Locales o Autonómicas, donde ya se están creando entidades que atienden a la diversidad afectivo-sexual, desde el asociacionismo/activismo, o desde el ámbito académico o laboral, las/os profesionales de la Psicología vamos generando conocimiento y buenas prácticas, en el sentido de la despatologización y no discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género. Tal y como la historia nos ha enseñado, para alcanzar una sociedad libre de estigmas discriminatorios, que perjudican a estas personas y a toda la sociedad, hemos de seguir promoviendo el estudio de la diversidad de géneros, y trabajando desde la praxis profesional, por la visibilización y defensa de los derechos las personas LGTBI.

Francisco Machuca Ortiz

Coordinador de Málaga de la Sección de Psicología de la Intervención Social del COPAO

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