La fobia social es el trastorno psicológico de ansiedad con mayor tasa de prevalencia. Es por tanto un problema de salud pública grave, no solo por su tasa de prevalencia si no por la elevada interferencia que produce y la gran comorbilidad que presenta con otros trastornos de ansiedad y del estado de ánimo, así como con el abuso de sustancias tóxicas. Esta casuística llevo al profesor José Olivares y a su equipo de investigación a desarrollar el programa de intervención IAFS (Programa para la Intervención en adolescentes con fobia social; Olivares, 2005; Olivares y García-López, 1998), el cual ha mostrado reiteradamente su eficacia en el tratamiento de adolescentes con fobia social generalizada. El programa de intervención ha sido sometido a diferentes tipos de análisis como el desmantelamiento de sus componentes o el conocimiento de las variables mediadoras y moderadoras del cambio terapéutico.
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Dentro del contexto descrito anteriormente, el trabajo que nos ocupa tuvo como objetivo aportar evidencia respecto del papel que desempeña el entrenamiento en habilidades sociales (EHS) en el tratamiento de adolescentes con fobia social generalizada.
Hasta la fecha no hay estudios que demuestren la eficacia de este conjunto de técnicas en población infanto-juvenil con trastorno por ansiedad social. Esta fue la motivación principal que llevó a los autores a la búsqueda de evidencia empírica al respecto.
La investigación se desarrolló con población comunitaria, dentro del Programa para la detección temprana e intervención en adolescentes con fobia social generalizada que se desarrolla en el marco de la Unidad de terapia de conducta (UTECO), de la Facultad de Psicología de la Universidad de Murcia.
Los resultados obtenidos mostraron que tanto el programa IAFS original (con EHS) como la versión sin EHS (IAFS-R) fueron relevantes (d> .20). En la comparación prestest-postest, los tamaños del efecto alcanzados con el IAFS fueron mayores que los que se alcanzaron con el IAFS-R, salvo en la variable autoestima» (Rosenberg, 1965); en el resto de comparaciones temporales la tendencia de este factor se invierte. En el seguimiento a los 12 meses la superioridad de la versión completa del programa de tratamiento (IAFS) se confirma frente a la del IAFS-R porque todos los tamaños del efecto le son relevantes y favorables.
Respecto al papel del EHS los datos revelan la importancia que tiene como variable protectora, reduciendo notablemente los abandonos que se producen a lo largo de la aplicación del programa. El grupo IAFSR tuvo una tasa de abandono del tratamiento que multiplicaba por seis a la del grupo tratado con el IAFS. Ambos grupos estaban equiparados en todas las variables cuantificadas en el pretest salvo en lo relativo a las expectativas de resultado hacia el tratamiento (ER).
Tanto el factor ER como el EHS se muestran muy relevantes en la predicción del éxito terapéutico. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los participantes que completaron el tratamiento y los que no lo hicieron. Además, las ER se asociaron con una probabilidad mayor de superar el TAS, incluso en las peores condiciones de intervención (IAFS-R).
Los datos muestran que el EHS puede estar actuando como un catalizador que facilita la actuación/relación con los demás en las situaciones temidas/evitadas. Desde nuestro punto de vista, este componente del entrenamiento media graduando de una forma progresiva y sutil el impacto que produce la aplicación del principio de exposición tanto durante su entrenamiento como en su aplicación en el marco de las tareas para casa. Por lo tanto, produciría en los adolescentes la percepción de un contexto menos aversivo, más amable y seguro. Además, la aplicación durante el entrenamiento y en las tareas para casa de las habilidades sociales de modo gradual también facilitaría la generalización de su aplicación a contextos naturales en los que la incertidumbre se incrementa y el control sobre la situación se reduce. Esto explicaría por qué los participantes continuaron aplicando y mejorando los resultados de su aprendizaje después de terminado el tratamiento.
A pesar de que los mejores resultados a nivel clínico y estadístico se obtienen con el programa IAFS que incluye EHS, los ingredientes activos principales en ambas versiones de la intervención (IAFAS e IAFS-R) siguen siendo las técnicas derivadas del principio de exposición. Esta sería la causa de que ambas versiones del tratamiento produzcan buenos resultados. A pesar de que el EHS no puede considerarse determinante por esta razón, sí que estamos en disposición de afirmar que juega un papel necesario y muy positivo en el tratamiento de adolescentes con TAS severo. Por esta razón es conveniente la generalización de su uso en las intervenciones de esta naturaleza en población adolescente.
El estudio planteado en esta exposición, se encuentra disponible a través del siguiente enlace:
Olivares-Olivares, P.J., Ortiz-González, P.F. y Olivares, J. (2019). Role social skills training in adolescents with social anxiety disorder». International Journal of clinical and health psychology, 19, 41-48.