Depresión en la tercera edad, ¿por qué afecta más a mujeres que a hombres?

En comparación con la situación en épocas anteriores, en los últimos años, la depresión ha disminuido entre las mujeres de edad avanzada. Pero sigue siendo casi el doble de frecuente que entre los hombres de la misma franja de edad. Una investigación reciente ha tenido por objetivo aclarar el motivo de esa mayor incidencia de la depresión en las mujeres.

 

A medida que la esperanza de vida aumenta, la depresión en la población de edad avanzada crece como problema de salud pública. El nuevo estudio, llevado a cabo por el equipo de Therese Rydberg Sterner, del Instituto de Neurociencia y Fisiología de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, indica que la incidencia de la depresión entre las personas de unos 70 años de edad disminuyó entre las mujeres, pero no entre los hombres, desde mediados de la década de 1970 hasta mediados de la de 2010. No obstante, la depresión sigue siendo casi el doble de común entre las mujeres que entre los hombres.

 

Hoy en día se sabe que las causas de la depresión comprenden una mezcla de factores biológicos, psicológicos y sociales. Sin embargo, aún se desconocen muchos detalles sobre la distinta incidencia en hombre y mujer de la depresión. Los datos analizados apuntan a que esa diferencia entre hombre y mujer está conectada tanto al sexo biológico como a la expresión de género.

 

La expresión de género incluye varios aspectos de la feminidad, la masculinidad y la androginidad. En el estudio de Rydberg Sterner, se midió pidiendo a los participantes que calificaran sus propios rasgos estereotipados de género en una escala del uno al siete. Con este sistema, los participantes no se clasifican como exclusivamente masculinos o femeninos, sino que tanto los hombres como las mujeres cuentan con una combinación de rasgos femeninos y masculinos. El enfoque resulta útil para investigar si la expresión de género de las personas tiene algún efecto en sus tasas de depresión, independientemente de su sexo biológico.

 

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Therese Rydberg Sterner. (Foto: Ragnhild Larsson)

 

Los resultados del estudio muestran que la incidencia de la depresión en los participantes era mayor tanto en hombres como en mujeres con un mayor nivel de autocalificación de feminidad. En cuanto a la masculinidad y la androginidad, se encontró lo contrario, es decir, los hombres y mujeres con niveles más altos de masculinidad o androginidad tenían una tasa de depresión más baja.

 

Basándose en investigaciones anteriores, una de las hipótesis de los autores del nuevo estudio es que la feminidad podría estar relacionada con una mayor propensión a comunicar cómo se siente uno, en comparación con la masculinidad, pero también que ciertas características estereotipadas de género (por ejemplo, la capacidad de resolver problemas, el pensamiento lógico, la seguridad en uno mismo o la tendencia a la preocupación), podrían ser factores de riesgo o de protección cuando se trata de la depresión. (Fuente: NCYT Amazings)

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