Redacción
Viernes, 18 de Septiembre de 2020
Psicología
Desde hace tiempo, se ha sabido que el ritmo cardíaco está relacionado con la depresión, pero hasta ahora no había sido posible averiguar cómo exactamente se relacionan. En parte, esto se debe a que mientras que los ritmos cardíacos pueden fluctuar rápidamente, la depresión llega y se va siguiendo ciclos más largos, y la mayoría de los tratamientos tardan meses en surtir efecto. Esto hace difícil verificar si los cambios en el estado depresivo de una persona pueden estar relacionados con la frecuencia cardíaca. Una nueva investigación ha resuelto ahora este enigma.
Por primera vez, se ha determinado que con solo medir el ritmo cardíaco durante 24 horas, se puede averiguar con un 90% de precisión si una persona está deprimida o no. En términos prácticos, esto puede dar al personal sanitario una alerta temprana objetiva de una posible depresión, así como una rápida indicación de si el tratamiento contra la depresión está funcionando o no, abriendo así el camino a tratar la depresión con mayor precisión y rapidez.
El logro es obra de un equipo integrado, entre otros, por Carmen Schiweck, de la Universidad Goethe de Fráncfort en Alemania, y Stephan Claes, de la Universidad de Lovaina en Bélgica.
«Dos elementos innovadores de este estudio fueron el registro continuo de la frecuencia cardíaca durante varios días y noches, y el uso del nuevo antidepresivo ketamina, que puede retirar la depresión más o menos instantáneamente. Esto nos permitió ver que el ritmo cardíaco promedio en reposo puede cambiar bastante repentinamente reflejando el cambio de humor», explica Schiweck.
Un dispositivo portátil para registrar durante muchas horas el ritmo cardíaco. En el estudio se utilizó uno de este tipo. (Foto: IMEC)
La ketamina tiene una larga historia como anestésico y más recientemente también como droga recreativa. Sin embargo, en diciembre del año pasado se autorizó su uso para tratar la depresión grave en Europa, después de haber sido introducida en EE.UU. unos meses antes. Los antidepresivos tradicionales pueden tardar semanas en provocar efectos positivos, en cambio la ketamina actúa rápidamente y sus resultados suelen verse en minutos.
El equipo de Schiweck y Claes trabajó con una pequeña muestra de 16 pacientes con trastorno depresivo mayor, ninguno de los cuales había experimentado mejora con el tratamiento normal, y 16 personas sanas. Durante 4 días y 3 noches, los investigadores midieron los ritmos a los que latían los corazones de los sujetos de estudio. Luego, los voluntarios con depresión recibieron un tratamiento de ketamina o un placebo.
«Encontramos que aquellos con depresión tenían una mayor frecuencia cardíaca de referencia, como una menor variación de dicha frecuencia cardíaca, como esperábamos. En promedio, vimos que los pacientes deprimidos tenían un ritmo cardíaco que era aproximadamente de 10 a 15 latidos por minuto más alto que en los sujetos sin depresión. Después del tratamiento, volvimos a medir los ritmos cardíacos y descubrimos que tanto la frecuencia como la fluctuación del ritmo cardíaco de los pacientes previamente deprimidos habían cambiado hasta parecerse mucho a los de quienes no tenían depresión”.
El hallazgo más sorprendente fue que los científicos pudieron utilizar el ritmo cardíaco de 24 horas como «biomarcador» de la depresión.
Los ritmos cardíacos se midieron usando un pequeño dispositivo registrador. Los datos reunidos por este se transfirieron a un programa de Inteligencia Artificial, que pudo clasificar correctamente a casi todos los sujetos de estudio como deprimidos o sanos. (Fuente: NCYT de Amazings)