Redacción
Martes, 19 de Mayo de 2020
Psicología
Los patrones de sueño en todo el mundo se han visto alterados debido al aumento del tiempo de uso de pantallas y con los cambios en las rutinas de sueño debido a los requisitos de auto-aislamiento impuestos por la COVID-19.
Un estado de ánimo negativo no es inusual en la adolescencia, pero la falta de sueño puede afectar a la salud mental, causando anhedonia (o incapacidad de sentir placer), ansiedad, ira y aumentar significativamente el riesgo de depresión, según muestra un estudio global de más de 350.000 adolescentes.
Los resultados que acaban de ser publicados en la revista Sleep Medicine Reviews conectan una menor cantidad de sueño con un aumento del 55% en las posibilidades de sufrir problemas de estado de ánimo. Se puede duplicar también el riesgo de sentir mal humor.
Desde Asia hasta Australia, Nueva Zelanda, Europa y Norteamérica, el sueño era claramente un factor de riesgo modificable que podía mejorar o deprimir el estado de ánimo en los adolescentes, dice la investigadora del sueño de la Universidad Flinders, la Dra. Michelle Short.
«La duración del sueño predice significativamente los problemas del estado de ánimo, incluyendo un aumento de la depresión, la ansiedad, la ira, etc.», dice. Menos sueño está relacionado con un 83% más de probabilidad de sufrir ira, un 62% más de riesgo de estado de ánimo deprimido y un 41% más de riesgo de padecer ansiedad.
La doctora Michelle Short examina a una adolescente. (Foto: Flinders University)
«Afortunadamente, las personas, la familia, la comunidad e incluso la política pública pueden animar a mantener un sueño regular en esta población de riesgo, para reducir la probabilidad de que estos problemas se extiendan y se conviertan en problemas de salud mental que necesiten tratamiento clínico», dice.
Los investigadores también recomiendan que los padres o tutores aumenten la regulación del sueño y el uso de la tecnología en los adolescentes, que se retrasen los horarios de inicio de las clases y que la supervisión académica u otro tipo de presiones, como las tutorías fuera de horario, no impidan la rutina de sueño.
La Dra. Short afirma que «aunque el estado de ánimo positivo no recibe mucha atención, sigue siendo clínicamente relevante como uno de los síntomas clave de la depresión en la anhedonia (pérdida de placer)».
«Es pues imperativo que se preste mayor atención al sueño en cuanto a la prevención e intervención temprana para resolver los déficits de humor», concluye el estudio. (Fuente: NCYT Amazings)