Esta ausencia de síntomas de estrés postraumático se ha asociado con unas actitudes que facilitan la adaptación y mejoran la salud mental; estas actitudes incluyen incrementar el compromiso social e ideológico, aumentar redes sociales, tener una alta autoestima, disponer de exitosos mecanismos de afrontamiento, y desplegar gran creatividad para la resolución de problemas. Los estudios señalan que en la medida que los contextos sociales faciliten el desarrollo de estas características, estarán facilitando la resiliencia, o la ausencia de síntomas negativos ante la adversidad (Quota, Punamäki, Montgomery, & El Sarraj, 2007).
Recientes investigaciones con adolescentes en Gaza vuelven a confirmar que a pesar del alto nivel de eventos traumáticos que sufren, tienen un alto funcionamiento psicológico adaptativo y unos altísimos valores de resiliencia (Diab, 2018; Lera & Abu-Tawahina, 2018).
Si bien, también existe un paso más allá de la resiliencia, es la posibilidad de que de una situación traumática tenga lugar un crecimiento postraumático. El concepto de crecimiento hace referencia al cambio positivo que un individuo experimenta como resultado del proceso de lucha que emprende a partir de la vivencia de un suceso traumático (Calhoun & Tedeschi, 1999). Esta experiencia de crecimiento no elimina el dolor ni el sufrimiento, de hecho suelen coexistir y la persona puede experimentar cambios positivos en determinados aspectos de su vida, y no experimentarlos o experimentar cambios negativos en otros, dándose un conjunto de emociones contradictorias y yuxtapuestas.
Para explicarnos los resultados de los estudios en Gaza es importante tener en cuenta aspectos relevantes compartidos por la comunidad palestina y especialmente de allí, y que pueden explicar esta alta capacidad para confrontar la adversidad. Existen dos conceptos profundamente arraigados a su cultura que sería interesante considerar: hamula y sumud.
Hamula significa la responsabilidad de acoger, cuidar y ayudar a tu familia, entendida como familia extensa, de manera que se fortalecen los vínculos afectivos, el sentimiento de seguridad, y de acompañamiento en situaciones adversas. El constructo de Sumud implica la responsabilidad de luchar ante la vulneración de sus derechos más básicos y el respeto a la dignidad.
Considerar la hamula puede ayudar a entender la asociación entre emociones yuxtapuestas que se dan en el crecimiento psicológico. En situaciones de bombardeos masivos (como fue la operación plomo fundido 2008/2009) las familias extensas tienden a estar unidas, agrupadas en la misma casa, lo que les hace sentirse más seguros a pesar de las limitaciones y aumentan las oportunidades para pasarlo bien. El bombardeo y la pérdida de seres queridos y de carencias de los medios más básicos para vivir les lleva a sentir depresión; sin embargo, y al mismo tiempo comparten las experiencias con sus seres queridos, desde la empatía; una tragedia compartida, que les lleva a buscar elementos de distracción y de facilitación del juego, y a pasarlo bien.
Esta situación es tan paradójica que los bombardeos pueden ser recordados con miedo por el temor de las bombas (emoción negativa), y paralelamente con alegría, ante el recuerdo de las experiencias familiares vividas (emoción positiva). Tanto es así que hay un nuevo fenómeno en Gaza y es que muchos niños y niñas no temen a un nuevo bombardeo, sino que lo celebran recordando los buenos momentos vividos y compartidos en esa familia extensa. La explicación puede estar en los procesos selectivos que utiliza la memoria para superar el trauma, y parece que han funcionado mostrando que existe una sociedad resiliente que se ha quedado con los elementos asociados a emociones positivas, a pesar de la adversidad sufrida.
Estas emociones yuxtapuestas pueden indicar también un crecimiento postraumático, que se ve reflejado en la marcha del retorno, y que se explica por el concepto de sumud.
El 80% de la población de Gaza es refugiada y procede de zonas que actualmente son israelíes y de los que fueron expulsados durante la nakba o limpieza étnica en Palestina (Pappe, 2006). Desde el sumud la población conoce y defiende su derecho de volver a su tierra, por lo que la sociedad civil de Gaza, desde la coherencia, lucha a pesar de las negativas consecuencias en términos de pérdidas humanas.
Desde el 30 de marzo de 2018 cada viernes miles de palestinos se manifiestan en La marcha del retorno. Esta marcha consiste en caminar hasta la frontera norte de la Gaza y manifestarse a decenas de metros alejados del muro que los separa de Israel. La respuesta del ejército israelí es desplegar francotiradores que disparan directamente a la población y el lanzamiento de granadas de gas desde helicópteros y aviones para dispersarlos.
La marcha del retorno implica que la población ha tomado una decisión de actuar, manifestarse cada viernes, para reivindicar su derecho reconocido por la legalidad internacional, lo que da coherencia a su acción, y puede interpretarse como la base del cambio de uno mismo, primer cambio necesario para el crecimiento psicológico.
Supone además una lucha colectiva, compartida con la mayor parte de la población y que se ampara en una necesidad extrema de vivir en un entorno habitable y una supervivencia por la vida, lo que implica que facilita el segundo cambio, el cambio en las relaciones sociales, con un gran componente empático y solidario.
Por último, estos dos cambios facilitarían un tercero, es decir una nueva perspectiva de los valores y el sentido de la vida, o cambio en la filosofía de vivir, a creer que se puede conseguir, aunque se vaya la vida en el intento. Estos tres cambios, según Calhoum, 1999, les llevarán a seguir creciendo, a pesar de la adversidad.
Desde la teoría de la autodeterminación la explicación sería similar. Según esta teoría, cuando una persona se siente autónoma (con la capacidad de decidir por sí mismo); bien relacionada (con relaciones basadas en el apoyo, la ayuda, la solidaridad), y competente (creer que se puede conseguir), se facilitará el desarrollo de la autodeterminación que se asocia con mejores estrategias de afrontamiento, y estilos más adaptativos para la vida (Ryan & Deci, 2017).
Los estudios y un análisis de la realidad de Gaza concluyen que a pesar de la enorme adversidad en la que sobreviven, existe la resiliencia y además el crecimiento psicológico. Estas buenas capacidades de sobreponerse pueden explicarse por la hámula y el sumud, que les lleva a ser mejores y crecer en humanidad, siendo actualmente el mejor ejemplo de una sociedad que crece ante la adversidad
Las reflexiones y constructos presentados fueron debatidos en la defensa de la tesis doctoral de Marwan Diab, ¿cómo ayudar a la infancia en Gaza? presentada en la Universidad de Tampere, Finlandia el 4 de diciembre de 2018.
El estudio en el que se basa este artículo puede consultarse en la revista Apuntes de Psicología:
Lera, M.J. (2018). Trauma, necesidades psicológicas básicas y resiliencia: un estudio con adolescentes de Gaza, Apuntes de Psicología, 36, 1-2.
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