Ante la situación actual de crisis generada por la pandemia del coronavirus, el COP Andalucía Oriental ha llevado a cabo una serie de iniciativas y gestiones.
Desde el primer momento, incluso horas antes de que el Gobierno publicara el Decreto por el que se declara el estado de alarma, el Colegio tomó postura y se puso al frente de la profesión para cuanto aconteciera y que le incumbiera a la misma.
La primera medida fue el acuerdo de la suspensión de reuniones presenciales y pasando a la modalidad de reuniones online.
Seguidamente, le tocó el turno a la formación presencial, adaptándola en aquellos programas en que era posible, a la modalidad íntegramente online. Solo algunas acciones formativas han tenido que ser suspendidas o aplazadas. El primer programa que quedaba afectado era el curso subvencionado por el pacto de estado contra la violencia de género para los Ayuntamientos en Santisteban del Puerto, Castellar y Navas de San Juan: detección y primera intervención con víctimas de violencia de género.
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Así mismo, quedaban afectadas las lecturas de TFM de Máster en Psicología en Jurídica y Forense y Máster Internacional en Psicología de Catástrofes, Crisis y Emergencias, que tenemos homologados por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Finalmente, el curso Una visión práctica de los trastornos del espectro del autismo en edad temprana se ha aplazado al segundo semestre.
Una vez tomadas estas medidas inmediatas, oímos las voces de distintos grupos de compañeros y compañeras solidarias que deseaban contribuir a la situación con su trabajo desinteresado y solidario a quien lo necesitara. Este nuevo aspecto hacía necesario que en el seno del Colegio se constituyera un Comité de Crisis que pensara, ideara y coordinara las actuaciones necesarias para que, de manera eficaz, el COPAO se convierta en un instrumento de soporte y ayuda en la crisis generada por el coronavirus.
Durante estas cuatro semanas se han desarrollado los siguientes objetivos específicos y actuaciones coordinadas por dicho Comité, compuesto por 6 profesionales de la psicología encabezados por el Decano del COPAO.
1. Canalizar el flujo de información de carácter psicológico a través del COPAO, disminuyendo la difusión masiva de mensajes de carácter psicológico no profesionales y mal orientados.
Actuaciones:
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Creación de un grupo de expertos/as de reconocido prestigio y experiencia que se encarga de revisar toda la información documental de carácter psicológico (guías, consejos psicológicos, etc.) a fin de filtrar la información y seleccionar sólo aquella que es fiable y reúne unos mínimos criterios psicológicos de utilidad en la situación de crisis. Asimismo, se encarga de diseñar material de ayuda para su distribución.
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Creación de un banco de información psicológica verificada en relación a la crisis COVID-19.
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Creación y difusión de una infografía con pautas para la gestión de la información en las redes de comunicación.
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Se proporcionan indicaciones a las distintas coordinaciones provinciales sobre la importancia de usar los grupos de comunicación atendiendo al rigor, ética y verificación de fuentes fiables con un fin de dar solamente información de utilidad y no aumentar la sensación de incertidumbre y temor.
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Se han realizado contactos con medios de comunicación para indicarles la necesidad de dirigir la solicitud de información relativa al impacto psicológico o medidas relacionadas con la salud psicológica directamente a través Colegios Profesionales, estableciéndose una interlocución única que recae en el Decano.
2. Facilitar el trabajo en red en relación a la crisis de manera organizada.
Actuaciones:
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Organización del trabajo en red entre las distintas secciones y comisiones profesionales del COPAO en las cuatro provincias.
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Coordinación con el Consejo General de la Psicología.
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Coordinación con el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental.
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Creación de subgrupos de trabajo en red para el desarrollo de las distintas acciones.
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Facilitación de infraestructura de comunicación por videoconferencia para las reuniones de las secciones profesionales.
3. Ofrecer a entidades y ciudadanía asesoramiento y actuaciones por medio de profesionales competentes y debidamente cualificados/as.
Actuaciones:
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Creación de un sistema de recogida de las iniciativas de acción psicológica solidaria: Mediante la puesta en marcha de una encuesta/registro de profesionales solidarios/as, así como la recogida de diferentes iniciativas de participación.
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Diseño de la infraestructura necesaria para la recepción y derivación de demandas de ayuda psicológica.
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Puesta en marcha de un teléfono de atención psicológica solidaria para profesionales sanitarios 851 000 520 que posteriormente ha sido ampliado a profesionales del Servicio de Ayuda a Domicilio y de Centros Residenciales de Personas Mayores.
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Ampliación de la cobertura de atención psicológica a profesionales de Centros Residenciales de Personas con Discapacidad.
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Ampliación de la cobertura de atención psicológica a profesionales de las Fuerzas de Seguridad y Protección Civil.
4. Disminuir el impacto psicológico negativo que sobre la población pueda tener esta situación.
Actuaciones:
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Creación de un Decálogo de orientaciones psicológicas para profesionales del ámbito sanitario.
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Creación de un Decálogo de orientaciones psicológicas para profesionales que siguen trabajando de cara al público.
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Se sigue trabajando en la creación de nuevos documentos que resulten de utilidad para disminuir el impacto psicológico negativo de la crisis por coronavirus.
5. Prestar especial atención a situaciones o colectivos de mayor vulnerabilidad.
Actuaciones:
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Se están realizado valoraciones de los distintos escenarios de riesgo.
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Diseño y puesta en marcha de acciones destinadas a situaciones específicas de vulnerabilidad en las que el confinamiento aumenta el riesgo (violencia de género, maltrato infantil, discapacidad, soledad no deseada ).
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Acciones de especial cobertura mediática sobre los recursos relativos a la violencia de género.
6. Coordinar nuestras actuaciones con administraciones públicas y entidades profesionales relevantes.
Actuaciones:
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Desde el inicio de la crisis nuestro Colegio Profesional se ha coordinado con las distintas Administraciones y hemos puesto a disposición todos nuestros recursos.
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Comunicación y coordinación con otros colegios profesionales (Medicina, Enfermería, Trabajo Social, ).
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Contacto y coordinación con profesionales relevantes y expertos/as en diferentes ámbitos de la Psicología a fin de recabar su asesoramiento.
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Carta dirigida al Presidente del Gobierno de España con motivo de la promulgación del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma y por el que se hace imposible la atención a los pacientes por parte de nuestros compañeros y compañeras.
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Carta dirigida al Presidente de la Junta de Andalucía con motivo de la promulgación del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma y por el que se hace imposible la atención a los pacientes por parte de nuestros compañeros y compañeras.
7. Proporcionar a nuestros/as colegiados/as un soporte para la resolución de dudas que puedan tener en el desempeño profesional durante esta crisis.
Actuaciones:
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Resolución de dudas sobre el ejercicio profesional para colegiados/as en la situación de crisis, tanto de forma general en la web del COPAO, como mediante respuestas personalizadas.
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Habilitación de una Plataforma de Telepsicología que cumpla con los estándares de seguridad de la LOPD para que los/as profesionales autónomos puedan seguir ejerciendo su labor.
8. Evaluación continua del procedimiento.
Actuaciones:
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Diseño de indicadores de evaluación del procedimiento de actuación.
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Remodelación de las acciones en función de los resultados obtenidos.
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Valoración y diseño de nuevas acciones en función la generación de nuevos contextos susceptibles de requerir nuestra ayuda.
Finalmente, concluyo esta exposición señalando que Colegio desde sus inicios, ha instado a la Administración para que dote plazas suficientes para cubrir las necesidades de atención psicológica que la población tiene, entendiendo que dicha atención está en manos de la iniciativa privada, así mismo, el intrusismo que acosa a la profesión es un problema de salud pública. Esta crisis ha dejado en evidencia la falta de psicólogas y psicólogos que la Administración hubiera podido utilizar, si los hubiera tenido entre su personal para afrontar los infinitos problemas que se están presentando en la población general, principalmente derivados del confinamiento, y en particular, en los actores principales de la crisis como son los sanitarios de primera línea, así como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los mayores solos e institucionalizados, las mujeres maltratadas, los abusos sexuales y maltrato infantil, etc.
Esta realidad estructural, se ha traducido en una indeseable desigualdad que se constata en la respuesta que los distintos gobiernos autonómicos han dado a la crisis. Solo tres Comunidades Autónomas han contribuido económicamente de forma excepcional al sostenimiento de la intervención psicológica. Hubiese sido deseable una mayor homogeneidad en este sentido, pero sin duda, es algo que se escapa de nuestra capacidad de acción, a pesar de los esfuerzos realizados, también, en esta línea de trabajo.
Pero no es este el momento de las reivindicaciones, en todo caso es el momento de demostrar lo que somos capaces de hacer, es el momento de la solidaridad y de arrimar el hombro. Las reivindicaciones vendrán después, porque la Administración no puede seguir ignorando la necesidad de psicólogos y psicólogas que nuestra sociedad tiene a muchos niveles; en la atención primaria de salud, en la atención secundaria de salud con más especialistas y más especialidades sanitarias, pero también en la enseñanza, en el mundo laboral, en la psicología de la intervención social, en la psicología de la seguridad, en el ámbito de la justicia, etc.
Quiero dejar patente que no hemos sido la única profesión que se ha ofrecido a desarrollar un trabajo solidario; porque la solidaridad no entiende de profesiones, ni de ideología, es un impulso empático, altruista y dispuesto a poner a disposición de la colectividad tus recursos profesionales, en este caso. Quiero expresar que, por muy disgustados que estemos con la Administración, no podemos darle la espalda a las necesidades de la población porque son muchas las personas que se están dejando la piel y no están pagadas. La profesión no se desprestigia por su carácter solidario, lo hace por otras muchas razones, como la ineficacia profesional o como es el caso, la desunión entre sus miembros puesta de manifiesto en las situaciones menos oportunas. Cuando hayamos superado la crisis será el momento de llevar a cabo acciones, entre las que no descarto ninguna. De hecho, esta situación no hace más que reforzar esas exigencias esenciales que venimos reivindicando desde hace años, que no es otra que la necesidad de que la administración de respuesta a las necesidades que la población tiene de tratamiento psicológico y de la que no se escapa a nadie.