Artículo del blog Cierta Ciencia, de la genetista Josefina Cano, que recomendamos por su interés.
Nos acordamos de forma vívida de un amigo de la infancia, de su nombre, pero olvidamos en cosa de minutos a alguien a quien acabamos de conocer, su nombre lo primero. Bueno, si ese encuentro no nos causó mayor impresión. Algunos recuerdos se mantienen por décadas y otros se esfuman en el momento.
Investigadores en Caltech, usando modelos animales, han llegado a la conclusión de que los recuerdos fuertes, estables, han seguido las directrices de “equipos” de neuronas que se encienden en conjunto, de manera sincrónica, dando lugar a una redundancia que permite la persistencia de esos recuerdos en el tiempo. La investigación tiene enorme implicaciones en la comprensión de cómo la memora puede verse afectada por un daño cerebral como un derrame o por la enfermedad de Alzheimer.
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