Los vínculos sociales que nos conectan con quienes se encuentran en los lejanos márgenes de nuestras redes sociales son casi tan poderosos como los vínculos compartidos en el seno de un pequeño círculo de amigos, de acuerdo con los sorprendentes hallazgos de un nuevo hallazgos.
Al igual que sus contrapartes cosmológicas teóricas, estos «agujeros de gusano» de las redes sociales pueden salvar enormes brechas en las amplias extensiones de nuestras redes sociales, conectando directamente a individuos o comunidades que normalmente estarían separados por una larga cadena de enlaces intermedios.
Estas conexiones poco probables pueden tener importantes implicaciones para la difusión de información e ideas, entre las que se incluyen ideas que pueden resultar no saludables social o emocionalmente. Durante décadas, los científicos sociales han sugerido que existen diferencias clave en la diversidad y el volumen de información que se adquiere a través de los vínculos sociales débiles, en relación con los fuertes.
De un modo específico, es más probable que un individuo se vea expuesto a información nueva procedente de vínculos sociales más débiles y en redes más distantes. Por el contrario, el volumen de información (ancho de banda) que se adquiere a partir de vínculos estrechos y fuertes es mucho mayor, y a menudo «redundante» con sus propias creencias. Si bien se ha demostrado esta compensación de la diversidad del ancho de banda en pequeñas redes sociales con vínculos de corto alcance, la falta de conjuntos de datos de redes de tamaño poblacional ha hecho difícil determinar si se aplican dinámicas similares a las redes sociales de largo alcance.
Por otra parte se ha asumido que los lazos sociales distantes que abarcan grandes distancias de la red, como las relaciones esporádicas o las relaciones emocionalmente distantes, son débiles en cuanto su influencia, en comparación con los fuertes lazos compartidos con un amigo o familiar cercano. En esta ocasión, Patrick Park y sus colegas se sirvieron de 11 redes de comunicaciones de población variada, que abarcaban 56 millones de usuarios de Twitter y 58 millones de suscriptores de teléfonos móviles en África, Europa, Asia y América del Norte, descubriendo vínculos sólidos y de largo alcance que ofrecen atajos de ancho de banda alta que se extienden a través de distancias de red extremas.
Si bien es raro, se identificaron estos robustos atajos, denominados «agujeros de gusano» por los autores, en cada una de las redes observadas. Según Park et al., los resultados ofrecen nuevos conocimientos sobre la difusión de información novedosa entre grupos aparentemente dispares. Esta información compartida incluye contagios emocionales que podrían influir en la participación en actividades, como la votación o movimientos sociales que conllevan riesgos. (Fuente: AAAS)