Tanto la salud mental y física como el bienestar de los niños se ven afectados negativamente por el acoso escolar.
Así lo advierte la UNESCO en un nuevo informe publicado recientemente sobre violencia escolar y bullying, a través del cual se presenta, por primera vez, un resumen de la evidencia más reciente y completa sobre la magnitud, la naturaleza, las causas y las consecuencias de la violencia y el acoso escolar.
El informe, cuya versión extendida se publicará en los próximos meses junto con un análisis de respuestas eficaces para la prevención del acoso escolar, se basa en múltiples fuentes de datos y, en particular, en dos encuestas internacionales a gran escala: la Encuesta mundial de salud de los estudiantes basada en la escuela de la OMS (GSHS- WHO Global School-based Student Health Survey) y el Estudio sobre el comportamiento de la salud en niños en edad escolar (HBSC-Health Behaviour in School-aged Children study), que, en conjunto, proporcionan datos de 144 países y territorios en todas las regiones del mundo, correspondientes a estudiantes de entre 9 y 15 años.
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Tal y como señala la UNESCO, la violencia en y alrededor de las escuelas, incluido el acoso, los ataques y las peleas físicas, socava el aprendizaje y tiene consecuencias negativas para la salud física y mental. A este respecto, alerta, ningún país puede lograr una educación inclusiva y equitativa de calidad si los estudiantes experimentan violencia en la escuela.
En esta línea, aboga por crear aprendizajes seguros, no violentos, inclusivos y eficaces, un objetivo para el que se requiere de datos precisos y actualizados, como los recogidos en este estudio. A continuación, recogemos los principales resultados de la encuesta:
Estado actual de la violencia escolar y el bullying
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Aproximadamente uno de cada tres (32%) estudiantes ha sido acosado por sus compañeros en la escuela, durante uno o más días en el último mes. A este respecto, existen diferencias significativas entre regiones.
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Más de uno de cada tres (36%) estudiantes ha estado involucrado en una pelea física con otro estudiante al menos una vez, y el 32,4% ha sido atacado físicamente al menos una vez en los últimos 12 meses.
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El acoso físico y sexual son los tipos más frecuentes de bullying. El bullying físico es el tipo más frecuente en todas las regiones, excepto Europa y América del Norte. A nivel mundial, el 16,1% de los niños que han sido acosados afirman haber sido golpeados, pateados, empujados o encerrados en algún lugar.
El bullying sexual es el segundo tipo de acoso escolar más frecuente. A nivel mundial, el 11,2% de los niños que son acosados informan que se burlan de ellos con bromas, comentarios o gestos sexuales. Esta forma de acoso escolar es uno de los dos tipos más comunes de acoso escolar en América Central, Medio Oriente y África del Norte.
Actualmente están surgiendo nuevas formas de violencia sexual, incluido el envío de mensajes e imágenes sexuales online. Los datos revelan que entre el 12% y el 22% de los niños han recibido mensajes con contenido sexual en el último año.
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El acoso cibernético es menos frecuente pero afecta a uno de cada diez niños en algunas regiones. Hay menos datos globales disponibles sobre esta modalidad de acoso escolar que sobre otros tipos. En Canadá y Europa, el 10,1% de los niños ha sido acosado cibernéticamente a través de mensajes (mensajes instantáneos, publicaciones, correos electrónicos y mensajes de texto) y el 8,2% por imágenes (tomar y publicar online fotos poco favorables o inapropiadas de alguien).
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En algunos países, los niños reportan violencia física por parte de sus profesores. Si bien a nivel mundial, la prevalencia de violencia física perpetrada por docentes es muy baja, este no es el caso en todas las regiones del mundo.
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Aproximadamente uno de cada tres países permite todavía el castigo corporal en las escuelas. Esta es una forma de violencia física perpetrada por maestros legalmente prohibida en las escuelas de 128 países; sin embargo, aún hoy en día, se permite en 69 países del mundo.
Las cifras indican que a medida que los niños crecen, experimentan menos violencia perpetrada por sus compañeros y menos castigos corporales por parte de los maestros.
Cambios a lo largo del tiempo en la prevalencia de violencia escolar y bullying
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La prevalencia de bullying se ha reducido en casi la mitad de los países. De los 71 países y territorios con datos de tendencias sobre la prevalencia del acoso escolar, en 35 de ellos, los datos muestran una disminución de la prevalencia, en 23 no ha habido cambios significativos y en 13 se ha incrementado.
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La prevalencia de participación de estudiantes en peleas físicas se ha reducido en menos de la mitad de los países. De 29 países y territorios con datos sobre la participación en una pelea física, 13 han detectado una reducción de la misma, en 12 no se ha observado ningún cambio y en cuatro países, se ha incrementado la participación estudiantil en este tipo de acciones.
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Se observa una disminución de los ataques físicos en la mitad de los países.
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Aunque la prevalencia de ciberacoso es baja en comparación con otras formas de acoso escolar y violencia, constituye en la actualidad un problema creciente. En general, en siete países europeos, la proporción de niños de entre 11 a 16 años usuarios de Internet que informa haber experimentado acoso cibernético ha aumentado del 7% en 2010 al 12% en 2014.
Género y violencia escolar y bullying
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A nivel mundial, y en la mayoría de las regiones, la prevalencia de bullying es similar para los niños y las niñas.
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De forma específica, los niños tienen más probabilidad de experimentar acoso físico que las niñas, siendo mayor en las niñas la probabilidad de experimentar acoso psicológico, particularmente, siendo ignoradas o excluidas o presas de rumores desagradables.
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Las niñas son más propensas que los niños a sufrir acoso basado en la apariencia física. En este sentido, en todas las regiones del mundo excepto Asia, el Caribe y el África Subsahariana-, las niñas informan recibir burlas por su rostro o la forma de su cuerpo, más frecuentemente que los niños.
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Las niñas tienen más probabilidad que los niños a ser acosadas a través de mensajes: en Europa y América del Norte, la prevalencia de ciberacoso por mensajes es mayor entre las niñas en 24 países y entre los niños en tres países; en cambio, la prevalencia del ciberbullying por imágenes es mayor entre los niños en 14 países y entre las niñas en 12 países.
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La probabilidad de participar en una pelea física o ser atacados físicamente es mayor en niños.
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Los datos muestran que la violencia sexual perpetrada por el personal docente y/o los compañeros afecta tanto a las niñas como a los niños.
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Los estudiantes que son percibidos como no conformes con el género, están más expuestos a la violencia escolar que aquellos que se ajustan a las normas binarias de hombres y mujeres, y los estereotipos de masculinidad y feminidad. A este respecto, y atendiendo a la gravedad de estos datos, la UNESCO lamenta la escasez de datos sobre acoso y violencia escolar por orientación sexual e identidad o expresión de género.
Factores que influyen en la violencia escolar y el bullying
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La apariencia física es la razón informada con más frecuencia por los estudiantes acosados. A nivel mundial, el 15,3% de los estudiantes que han sufrido acoso escolar han recibido burlas en torno a la apariencia de su rostro o cuerpo. Según los datos, la insatisfacción con el propio cuerpo y tener sobrepeso son factores que se asocian con ser una víctima de acoso escolar.
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La raza y la nacionalidad son las segundas razones más frecuentemente manifestadas por los estudiantes que son acosados.
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Estar en desventaja socioeconómica también aumenta el riesgo de acoso escolar. En Europa y América del Norte, los estudiantes cuya percepción de su estatus sociofamiliar es baja o muy baja informan con más frecuencia de acoso que aquellos que se perciben a sí mismos como de clases sociales medias o altas, aunque existen diferencias entre los países en relación con estos datos.
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Las cifras de Europa y América del Norte muestran que, en general, los estudiantes inmigrantes son más propensos a ser acosados que el resto de sus compañeros y también tienen más probabilidades de experimentar ciberacoso, aunque, nuevamente, la UNESCO subraya la existencia de diferencias entre los países.
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El ambiente escolar influye en la prevalencia del bullying. El acoso escolar ocurre con más frecuencia en centros educativos con poca disciplina y donde los docentes tratan a los estudiantes de forma injusta. La proporción de estudiantes que son víctimas de acoso frecuente es un 7% más alta en los centros escolares con un mal clima disciplinario en el aula, que en aquellas escuelas con un buen clima. Los datos de los países de la OCDE también muestran que el acoso escolar es un 12% mayor en los centros educativos donde los estudiantes manifiestan sufrir un trato injusto por parte de sus profesores.
Consecuencias de la violencia escolar y el bullying
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La intimidación socava el sentido de pertenencia de los niños en la escuela y sus aspiraciones de futuro. Los niños que son acosados con frecuencia tienen, aproximadamente, el triple de probabilidades de informar que se sienten extraños en la escuela que aquellos que no son acosados, y se duplica la probabilidad de faltar a la escuela con frecuencia. También es común que deseen abandonar la escuela tras finalizar la educación secundaria, en comparación con aquellos estudiantes que no son acosados.
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Los resultados académicos son más bajos para los niños que son acosados: obtienen puntuaciones más bajas en los exámenes que aquellos compañeros que no sufren acoso. De hecho, cuanto más frecuente es el acoso, peor es su puntuación. Asimismo, con la frecuencia se incrementa también la probabilidad de sentirse ansiosos antes de un examen, pese a estar bien preparados.
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Tanto la salud mental y física como el bienestar de los niños se ven afectados negativamente por el acoso escolar. El acoso escolar tiene un impacto significativo en la salud mental y la calidad de vida de los niños: aquellos que lo sufren tienen el doble de probabilidades de sentirse solos, de reportar problemas para conciliar el sueño por la noche y revelan haber considerado el suicidio. La calidad de salud y satisfacción percibida es menor entre los niños que son víctimas de acoso y violencia escolar.
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Se observa una asociación entre el acoso escolar y mayores tasas de consumo de tabaco, alcohol y cannabis. En Europa y América del Norte, las tasas actuales de consumo de alcohol, tabaco y cannabis son más elevadas entre los perpetradores y las víctimas de acoso escolar que entre las víctimas solamente o aquellos que no están involucrados en ningún tipo de acoso escolar. En otras regiones, los niños que son acosados tienen más probabilidades de fumar cigarrillos, haber consumido alcohol y haber consumido cannabis.
Se puede acceder directamente al informe a través del siguiente enlace:
School violence and bullying: Global status and trends, drivers and consequences
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