Prisión permanente revisable y personalidad autoritaria

Decía Albert Camus que si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo. Cambiando las opiniones, pero manteniendo los principios, cuando se cuestiona la aplicación de la justicia, se genera una sensibilidad social que puede derivar en confrontación debido a las dispares interpretaciones de sentencias emitidas ante hechos generadores de alarma e indignación. Específicamente, la pena de prisión permanente revisable (PPPR) es una condena privativa de libertad aprobada por el Gobierno español tras la reforma de la Ley Orgánica 1/2015 en el artículo 35 del Código Penal. Se considera una pena grave, y aunque no definitiva, compatibiliza la existencia de una respuesta penal ajustada a la gravedad de la culpabilidad, con la finalidad de la reeducación a la que debe ser orientada la ejecución de las penas de prisión. Se impone solo ante casos con cierta gravedad, la cual no impide la reinserción del penado, sino que exige unos requisitos necesarios para que recupere su libertad. De un modo u otro, representa un tema sumamente actual y objeto de polémica.

En la literatura psicopolítica se ha constatado una relación entre rasgos personológicos autoritarios y sistemas cognitivos dogmáticos por un lado, y distintas actitudes sociopolíticas por otro. En este sentido, las actitudes favorables hacia la prisión permanente revisable podrían formar parte de alguna dimensión de la punitivadad. Está suficientemente constatado que el autoritarismo representa un estilo de personalidad caracterizado por ejercer una forma de poder opresivo carente de voluntad y libertad. De acuerdo con los resultados de la investigación pionera de Adorno, Frenkel, Brunswik, Levinson, & Sanford (1969), semejantes rasgos predisponen al individuo a aceptar y adoptar creencias políticas antidemocráticas, a mostrar resentimiento, a encontrar satisfacción en la sumisión a la autoridad o a manifestar actitudes intolerantes, rígidas y conservadoras asociadas al convencionalismo. A nivel sociopolítico se agudiza la polémica por la implantación de la pena de prisión permanente revisable, máxime teniendo en cuenta que, según Rodríguez Yagüe (2018), no está acompañada del diseño de un sistema de ejecución penitenciaria propio (véase Van Zyl y Rodríguez, 2019).

La originalidad del presente estudio radica en que se han relacionado ambos constructos, planteándose como objetivo general evaluar el grado de autoritarismo en relación con la actitud hacia la pena de prisión permanente revisable, hipotetizando que los sujetos con mayor puntuación autoritaria presentarán una actitud más favorable ante la ejecución de esta pena. Para abundar en su análisis, se han aplicado tres escalas (Escala F, RWA y Escala de Actitudes adaptada) a 156 participantes elegidos mediante selección probabilística incidental, con edades comprendidas entre 18 y 83 años (M = 31.256, DT = 12.77), recogiendo además su nivel de estudios y orientación política. De este modo, se han evaluado indicadores sobre la disposición favorable hacia la pena de prisión permanente revisable, las conductas en defensa de los derechos humanos y el activismo en defensa del derecho a la vida, entre otros, asociándolos con la manifestación de Convencionalismo o adherencia a valores establecidos, sumisión autoritaria o actitud acrítica ante la autoridad idealizada, agresión autoritaria o tendencia a rechazar a quienes se comportan de forma no convencional, así como destructividad y cinismo o desconfianza y desprecio al género humano, como principales variables de investigación.

En este estudio se ha comprobado que las personas con mayor agresión autoritaria y menor activismo en defensa de los derechos de la vida presentan una actitud más favorable hacia la pena de prisión permanente revisable. Asimismo, se han hallado puntuaciones más elevadas en autoritarismo en posiciones de ideología política extrema, y en los grupos de mayor nivel de edad. Respecto a la actitud hacia la PPPR se ha obtenido una postura más favorable en el grupo de mayor edad. A su vez, se constató la existencia de diferencias en el factor Agresión autoritaria entre las personas situadas en la extrema izquierda con respecto a las situadas en el centro del espectro político. Manifiestan mayor Convencionalismo los grupos situados en ideologías extremas en contraposición con las centrales. En su conjunto, se confirma que las personas autoritarias se relacionan en mayor medida con ideologías violentas y conservadoras, apoyando en mayor proporción las medidas de prisión permanente revisable y presentando una mayor actitud de dominancia social, y una mayor conciencia de muerte (véase Moral-Jiménez y Suárez-Juesas, 2015). Se discuten las implicaciones de estos hallazgos a nivel psicosocial dada la conveniencia de continuar investigando en una cuestión como esta multideterminada para cuyo análisis integral se requiere de una visión comprehensiva.

En palabras de Paulo Freire expresadas en Pedagogía de la Autonomía: “Es interesante observar cómo, de manera general, los autoritarios consideran, con frecuencia, el respeto indispensable a la libertad como expresión de espontaneísmo incorregible y los libertinos descubren autoritarismo en toda manifestación legítima de autoridad. La posición más difícil, indiscutiblemente correcta, es la del demócrata, coherente con su sueño solidario e igualitario, para quien no existe autoridad sin libertad ni esta sin aquella”.

El artículo completo puede encontrarse en la revista Apuntes de Psicología :

Lorenzo, C. F., & Jiménez, M. D. L. V. M. (2019). Actitudes hacia la pena de prisión permanente revisable y su relación con el autoritarismo. Apuntes de Psicología, 37(1), 53-60.