Un estudio pone de relieve la estrecha relación entre el alcohol, las drogas y la violencia

Un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, publicó los resultados de un estudio referente a la asociación entre el consumo de alcohol y drogas con las muertes violentas.

Es un trabajo que le pone cifras a esta relación, en São Paulo en este caso, la mayor ciudad brasileña. El descubrimiento indica que el consumo de alcohol o de al menos un tipo de droga está asociado con más de la mitad (el 55%) de las muertes violentas ocurridas en la ciudad entre 2014 y 2015.

Este trabajo es el resultado del posdoctorado del epidemiólogo Gabriel Andreuccetti, bajo la supervisión del profesor Heráclito Barbosa de Carvalho, del Departamento de Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina de la USP, en colaboración con el Departamento de Medicina Legal de la misma universidad y con la University of California en Berkeley, y con el apoyo del Instituto Médico Legal (IML) de São Paulo. Y un artículo referente al mismo, que contó con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo – FAPESP, salió publicado en el periódico Injury.

A los efectos de obtener los datos para la realización del estudio, Andreuccetti empleó un método de muestreo probabilístico en el cual se valió de la ciudad de São Paulo como población blanco.

“Los casos del muestreo eran víctimas adultas, heridas fatalmente, que tuvieron causa de muerte súbita, inesperada, violenta o de otra forma no natural, y que ingresaron en las principales instalaciones médicas forenses que atienden a toda la ciudad y sus 96 distritos”, declaró.

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Consumo de alcohol. (Foto: Marcos Santos/USP Imagens)

De acuerdo con la legislación, las víctimas de muertes súbitas, inesperadas o violentas deben obligatoriamente ser sometidas a un procedimiento de autopsia a cargo de los equipos de pericias médico legales (EPML). Anualmente, ocurren en São Paulo cerca de 7.000 muertes que se encuadran en esta clasificación. La mayoría de ellas se compone de homicidios (un 26%), seguida por los óbitos relacionados con el tránsito (un 20%) y por los suicidios (un 10%).

El trabajo referente al estudio de casos de muertes violentas ocurrió entre junio de 2014 y diciembre de 2015. Para obtener una muestra representativa de la ciudad, Andreuccetti recolectó muestras de sangre de cadáveres durante autopsias a cargo de los diversos EPML de la ciudad, en distintos días y en diferentes horarios de la semana, en el transcurso de 19 meses.

Las víctimas que recibieron seis o más horas de tratamiento médico debido al evento causal de lesiones o que sobrevivieron durante el mismo lapso de tiempo antes de la muerte fueron excluidas de la muestra.
“Existe una gran cantidad de casos de personas que ingresan en los hospitales y terminan en el Instituto Médico Legal. En muchos de estos casos, las lesiones fatales ocurrieron en forma violenta o súbita, y las víctimas pueden haber estado bajo efectos de drogas al momento de los accidentes, crímenes o suicidios. Con todo, debido a que pasan por internación durante más de seis horas, los vestigios de alcohol y drogas en la sangre pueden sufrir influencias después de los eventos traumáticos. Estos casos quedaron excluidos del estudio”, dijo Andreuccetti.

El resultado final de la investigación delimitó una muestra con 365 muertes, todas violentas, súbitas o inesperadas, que ingresaron al IML. Dicha muestra reunió 104 homicidios (el 28,5% del total), 56 víctimas de accidentes de tránsito (el 15,3%), 44 suicidios (12,1%), 26 caídas (7,1%) y 21 casos de envenenamiento o intoxicación (5,8%). En 114 casos (31,2%), las muertes súbitas o violentas ocurrieron de maneras distintas a las anteriores.

“Debido a diversas acciones gubernamentales realizadas al comienzo de esta década (2010), la mortalidad en el tránsito de São Paulo se redujo considerablemente, junto a la mortalidad por homicidios, que viene cayendo desde la década pasada. En la actualidad la tasa de muertes por homicidios es mayor que la del tránsito. Pero São Paulo es un caso atípico. En Brasil en general, esas fluctuaciones fueron mucho menores, y siguen registrándose muchas muertes por esas dos causas”, dijo Andreuccetti.

Una vez establecidas las situaciones en las cuales se produjeron las muertes, el paso siguiente consistió en identificar cuáles de ellas presentaban vestigios de alcohol o de drogas en la sangre. Para ello, las muestras de sangre de todas las víctimas fueron sometidas a un vasto tamizaje de los casos positivos para una variedad de medicamentos, drogas ilícitas y alcohol.

Se verificó la concentración de alcohol en la sangre (vía cromatografía gaseosa), como así también la presencia de otras drogas incluyendo anfetaminas, sedativos (calmantes) y ansiolíticos (barbitúricos y benzodiazepínicos), marihuana, cocaína, opiáceos (metadona, morfina, heroína) y polvo de ángel (fenciclidina). La presencia de drogas en la sangre se detectó mediante ensayos de inmunoabsorción enzimática (ELISA), posteriormente confirmados por espectrometría de masas.

De las 365 víctimas, 202 (55,3%) habían ingerido alcohol antes de morirse o estaban bajo efectos de drogas al momento del fallecimiento, y 63 de ellas solamente ingirieron alcohol, 92 sólo usaron drogas y 47 hicieron ambas cosas.

“De cada dos víctimas, una presentaba restos de alcohol y/o drogas en la sangre. Esto significa que más de la mitad de las víctimas hizo uso de alcohol o drogas inmediatamente antes de morir”, dijo Andreuccetti.
El alcohol fue la sustancia que más prevaleció entre las víctimas que hicieron uso de algún tipo de sustancia psicoactiva, seguido por la cocaína, la marihuana y los calmantes y ansiolíticos. Más específicamente, entre las 202 víctimas positivas para alcohol y/o drogas, el 30,1% ingirió alcohol, el 21,9% cocaína, el 14% marihuana y el 11,5% benzodiazepínicos. El 16,2% ingirió alcohol y alguna de esas drogas.

“No esperábamos una prevalencia tan elevada de drogas en el muestreo. De cada cinco víctimas que usaron drogas, cuatro consumieron cocaína o marihuana. Éste es un dato preocupante”, dijo Andreuccetti.
En los casos de las víctimas de accidentes de tránsito, casi la mitad (42,9%) presentaban vestigios de alcohol en la sangre y una de cada cinco (21,4%) se encontraba bajo efecto de una o más sustancias. “Esto muestra que las drogas influyen más sobre la violencia interpersonal y el alcohol más sobre los accidentes de tránsito”, dijo Andreuccetti.

Con relación a los homicidios, nada menos que el 59,6% de las muertes acusó la presencia de alguna sustancia psicoactiva o alcohol en la sangre, y el 16,3%, de alcohol y cocaína juntos.

En lo atinente a los casos de suicidios, el alcohol tuvo la menor representación de toda la muestra. Tan sólo el 9,1% de los suicidas había ingerido alcohol. Por otra parte, en ese grupo el uso de benzodiazepínicos se reveló como uno de los más prevalentes. Uno de cada cinco víctimas se encontraba bajo el efecto de esos medicamentos (18,2%).

positivas para el uso de alcohol o drogas, había nueve varones por cada mujer. Y alrededor de una de cada tres víctimas tenía menos de 30 años. “En esa franja se concentra la mayor cantidad de víctimas de homicidios en Brasil. Y fue en esa franja etaria que se verificó una mayor prevalencia del uso de otras drogas, en combinación o no con o alcohol”, dijo Andreuccetti.

La participación étnica se mostró similar: la mitad de los muertos correspondía a blancos (50,3%) y la otra mitad (49,7%) estaba compuesta por individuos de otras etnias (mulatos, negros, etc.). El 60,5% de las muertes ocurrió entre las seis de la tarde y las seis de la mañana. Se muere en forma violenta más por las noches que de día en la ciudad de São Paulo.

Un dato revelador indica que, de las 365 muertes, el 15,9% de las víctimas tenía algún historial delictivo. Entre éstas, el uso de otras drogas además del alcohol y el uso múltiple de sustancias fueron mayores que entre las víctimas que no poseían historial delictivo.

Siempre que fue posible, Andreuccetti procuró cuantificar a las víctimas según el lugar de ocurrencia de la lesión fatal. Esto se concretó verificando la región de la ciudad en donde sucedió el evento de la lesión. De este modo se infirió que la mayoría de las muertes por violencia bajo el influjo de drogas ocurre en el centro y en la periferia, es decir, en donde se concentran los mayores centros de comercio y la población de bajos ingresos respectivamente.

“Esto sugiere que existe un componente socioeconómico; empero, para saber más al respecto, sería necesario realizar un estudio específico. Por otra parte, el uso de alcohol asociado a estas muertes parece estar más diseminado por toda la ciudad de São Paulo”, dijo Andreuccetti.

De acuerdo con el epidemiólogo, el conocimiento de estas estadísticas constituye un paso importante para intentar empezar a reducir las cifras de muertes violentas relacionadas con el consumo de alcohol y drogas en la ciudad de São Paulo y en otras grandes ciudades de Brasil.

«Todas estas muertes le provocan una enorme pérdida a la sociedad en términos de servicios hospitalarios y auxilio de emergencia; y ni qué hablar del dolor de los familiares y del significado de la pérdida de una persona que podría seguir trabajando, estudiando y produciendo, ocasionada por la violencia”, dijo. (Fuente: AGENCIA FAPESP/DICYT)

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