Fiel reflejo de la creciente preocupación social por esta problemática en los últimos años, la Casa Blanca celebró el jueves 3 de junio su primer encuentro para abordar los casos de conmociones cerebrales entre niños deportistas. En la reunión se anunciaron varias iniciativas tanto públicas como privadas por valor de 86 millones de dólares para investigar estas lesiones y mejorar su prevención.
De los planes económicos, destacan la aportación conjunta de 30 millones del departamento de Defensa y de la NCAA, la asociación deportiva de las universidades; y la de 25 millones de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), que hasta 2009 rechazaba las pruebas científicas que demuestran que la práctica del deporte rey en Estados Unidos dispara las probabilidades de sufrir Alzheimer, depresión o demencia a edades más tempranas.
“Hay mucha preocupación, pero hay mucha incertidumbre”, admitió el presidente estadounidense, Barack Obama, durante el encuentro al que acudieron jóvenes deportistas y representantes de asociaciones. En los últimos años el mandatario ha admitido abiertamente su preocupación por las lesiones cerebrales, hasta el punto que en enero afirmó que si tuviera un hijo no le dejaría jugar a fútbol americano profesional. En febrero de 2013, antes del Super Bowl, ya había dicho que se lo pensaría aunque fuera a nivel amateur.
Pese a que los casos de fútbol americano son los que han adquirido mayor notoriedad -en agosto la NFL anunció una indemnización de 765 millones de dólares a más de 4.500 jugadores retirados que reclamaban desde 2011 daños y perjuicios por los traumatismos. Obama subrayó en el encuentro que las conmociones también existen en otros deportes, como el fútbol (conocido como soccer en EE UU), hockey sobre hielo o lucha libre.