Así lo afirma un nuevo estudio publicado en la revista Psychiatry Research, bajo el título Heterogeneity in psychiatric diagnostic classification (heterogeneidad en la clasificación diagnóstica psiquiátrica), a través del cual se examina la naturaleza heterogénea de las categorías del DSM-5, el modo en que se expresa dicha heterogeneidad a través de los criterios de diagnóstico y cuáles son sus consecuencias para los clínicos, los clientes y el modelo de diagnóstico.
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Los principales resultados del estudio son los siguientes:
- El DSM-5 contiene categorías diagnósticas heterogéneas.
- Todos los diagnósticos psiquiátricos utilizan diferentes reglas de toma de decisiones.
- Hay muchos solapamientos de síntomas entre los diagnósticos.
- Los diagnósticos nos dicen poco acerca del paciente a nivel individual y del tratamiento que necesita.
- Casi todos los diagnósticos enmascaran el papel del trauma y de los acontecimientos adversos.
El trauma tiene un papel causal limitado en el DSM-5, a pesar de las pruebas de investigación indican lo contrario. Al hacer referencia a traumas o factores estresantes únicamente en un capítulo dedicado a ello, parece que otras categorías de diagnóstico del DSM 5 no están relacionadas con el trauma. En este sentido, los investigadores manifiestan que se minimiza la consideración de las adversidades sociales, psicológicas u otras dentro de los diagnósticos. - Los criterios pragmáticos que se repiten en múltiples categorías de diagnóstico ofrecen flexibilidad clínica, empero, socavan el modelo de diagnóstico.
Así, el análisis de los datos muestra que se encuentran múltiples formas de heterogeneidad en todas las categorías de diagnóstico y dentro de las mismas. A juicio de los autores del estudio, esta heterogeneidad tiene implicaciones importantes para la investigación, la práctica clínica y la prestación de atención, que es específica para las necesidades individuales de una persona.
Tal y como indican, dado que el DSM-5 reconoce que las experiencias de las personas no siempre encajan dentro de los límites de un trastorno específico, sus reglas presentan, por lo tanto, inconsistencia interna. El manual muestra una clasificación de trastornos discretos y homogéneos, pero reconoce que esta estructura no siempre puede seguirse debido a la superposición entre las categorías de diagnóstico. Gran parte de la heterogeneidad identificada en el análisis del estudio, manifiestan, «se debe a consideraciones pragmáticas para la aplicación del DSM-5 en la práctica clínica».
A tenor de lo anterior, los autores del estudio consideran que un enfoque pragmático de la evaluación psiquiátrica, que permita el reconocimiento de las experiencias individuales, podría ser una forma más eficaz de entender la angustia, antes que mantener el compromiso con un sistema categorial engañoso.
Según señala la investigadora principal del estudio, Kate Allsopp, si bien las etiquetas diagnósticas crean la ilusión de una explicación, no tienen significado científico y pueden crear estigma y prejuicios. Por ello, espera que los hallazgos del estudio alienten a los profesionales de la salud mental a pensar más allá del diagnóstico y considerar otras explicaciones para la angustia mental, como traumas y otras experiencias adversas de la vida.
En palabras de otro de los investigadores, Peter Kinderman, este estudio proporciona aún más evidencia de que el enfoque de diagnóstico biomédico en psiquiatría no es adecuado para el propósito. A este respecto, señala, el sistema de diagnóstico asume erróneamente que toda angustia es el resultado del trastorno y se basa en gran medida en juicios subjetivos sobre lo que es normal o no.
Fuente: Universidad de Liverpool
Allsopp, K., Read, J., Corcoran, R., y Kinderman, P. (2019). Heterogeneity in psychiatric diagnostic classification. Psychiatry Research, 279, p. 15-22. https://doi.org/10.1016/j.psychres.2019.07.005