Cómo recuperarse de una ruptura romántica.
Un estudio reciente que aparece en el Journal of Experimental Psychology examinó las estrategias cognitivas y conductuales para recuperarse de una ruptura romántica. La premisa del estudio fue que para recuperarnos de una ruptura romántica necesitamos disminuir nuestros sentimientos de amor hacia nuestra ex pareja. Si bien eso puede parecer terriblemente obvio, considera que la angustia a menudo hace que la mayoría de nosotros hagamos lo contrario: promulgamos pensamientos y comportamientos que realmente refuerzan nuestros sentimientos de amor (por ejemplo, acosar a nuestro ex en las redes sociales, revivir nuestros mejores momentos, ver imágenes antiguas y videos de tiempos felices). El objetivo del estudio fue examinar tres tipos de estrategias de regulación emocional para ver cuál de ellas ayudaría a los sujetos desconsolados a reducir los sentimientos de amor.
En la primera condición, los sujetos se centraron en reevaluaciones negativas de su ex pareja (por ejemplo, al responder a las preguntas sobre los hábitos molestos de su ex). En la segunda condición, se les pidió que replantearan sus sentimientos amorosos como menos problemáticos (por ejemplo, al respaldar mensajes como «Está bien amar a alguien con quien ya no estoy»). La última condición usó la distracción (por ejemplo, preguntas sobre la comida favorita de los sujetos) para alejar la mente de los participantes de su angustia. Los investigadores encontraron que solo las reevaluaciones negativas fueron realmente efectivas para reducir los sentimientos de amor. Sin embargo, hacerlo aumentó los sentimientos de desagrado.
Desafortunadamente, son esos mismos sentimientos de «desagrado» los que hacen que sea desafiante usar reevaluaciones negativas como una forma de recuperarse de la angustia. Podríamos aceptar, en un nivel intelectual, que al centrarnos en las fallas de nuestro ex estamos haciendo algo importante, pero aún puede sentirse mal (desagradable), desequilibrado, injusto e incluso desleal.
El estudio descubrió que hay dos cosas que podemos hacer para minimizar estos sentimientos de desagrado y, por lo tanto, nos sentiremos más libres de practicar reevaluaciones negativas de nuestro ex. Primero, necesitamos enmarcar la tarea de manera diferente. Específicamente, debemos considerar que cuando tenemos el corazón roto, es probable que nuestra mente nos bombardee con instantáneas, recuerdos y pensamientos altamente idealizados sobre nuestro ex y sobre nuestra relación. Tendemos a recordar solo los mejores tiempos y las mejores cualidades de nuestro ex. En otras palabras, nuestra mente ya está creando percepciones desequilibradas e imprecisas que están muy sesgadas hacia lo positivo. Por lo tanto, nuestra introducción de reevaluaciones negativas no crea un desequilibrio, corrige uno existente.
En segundo lugar, las reconsideraciones negativas deberían incluir no solo nuestras percepciones y recuerdos de nuestro ex sino también de la relación. Tendemos a idealizar la relación tanto como a la persona y pensamos casi exclusivamente en los buenos momentos o los momentos felices. Es mucho menos probable que consideremos los compromisos que tuvimos que hacer, las peleas que dañaron nuestros sentimientos o nos frustraron, o nuestras necesidades emocionales no satisfechas. Las personas a menudo lamentan tanto a la persona como a la relación misma: la experiencia de ser una pareja, tener una pareja, la compañía y la asociación. Por lo tanto, es necesario abordar las percepciones idealizadas de la relación mediante la introducción de reevaluaciones negativas de nuestra pareja, así como de nuestro ex como persona, con el fin de reducir más eficazmente los sentimientos de apego y amor.
Si estás intentando superar la angustia, has una lista de las fallas de tu ex pareja, así como de las deficiencias de la relación real y mantén esa lista en tu celular. Cuando tengas pensamientos y recuerdos idealizados, saca tu teléfono y lee algunos recordatorios para equilibrar tus percepciones y recuérdate a ti mismo(a) que tu ex no era perfecto(a) y tampoco lo era la relación.
Un aspecto crucial de la recuperación de la angustia que no se cubrió en el estudio actual es que las rupturas dejan todo tipo de vacíos en nuestras vidas. Nuestro círculo social se reduce, nuestras actividades cambian, nuestro espacio físico cambia (por ejemplo, sus «cosas» ya no están allí), algunas de las cosas que hicimos como parejas que ya no hacemos, y la lista continúa. Una parte importante del dolor emocional que sentimos después de una ruptura se relaciona con estas otras pérdidas, los efectos dominantes que van más allá de la pérdida de la persona real. Encontrar maneras de reconocer estos vacíos y llenarlos es una tarea importante de recuperación de la angustia y que a menudo se descuida.
La angustia es una forma de duelo y pérdida que puede causar insomnio, cambios en el apetito, generar depresión y/o ansiedad e incluso pensamientos así como conductas suicidas y, como tal, debe tomarse muy en serio, al igual que nuestros esfuerzos por recuperarnos. Sin embargo, para hacerlo, debemos afirmar el control e intencionalmente evitar errores que nos retrasarán (como permanecer en contacto o tratar de ser amigos con el o la ex mientras todavía estamos desconsolados) y alentarnos a tomar medidas que nos hagan sentir menos desagradables de acuerdo a lo que nos dicta nuestra intuición, ya que esto finalmente disminuirá nuestro dolor emocional y acelerará nuestra recuperación.
Fuente: www.scientificamerican.com
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