Con el auge de las videoconferencias durante la pandemia de COVID-19, muchos estudiantes se volvieron hiperconscientes de su apariencia en la pantalla, lo que dio lugar a un fenómeno conocido como dismorfia de Zoom. Un nuevo estudio descubre que los estudiantes con mayor autoeficacia se ven menos afectados por este problema, mientras que aquellos con mayor preocupación dismórfica lo experimentan con mayor intensidad.
A medida que la pandemia obligó a que la educación se trasladara a Internet, los estudiantes se vieron expuestos a sus propios reflejos en la pantalla durante períodos prolongados. Esta constante autoobservación llevó a muchos a obsesionarse con las imperfecciones percibidas, una experiencia que se ha denominado dismorfia de Zoom. El fenómeno comparte similitudes con el trastorno dismórfico corporal, una afección de salud mental caracterizada por preocupaciones obsesivas sobre la apariencia física. Algunas personas informaron sentirse incómodas o insatisfechas con su apariencia ante la cámara, lo que a veces llevó a un mayor interés en los procedimientos cosméticos.
Aunque investigaciones anteriores han examinado los efectos psicológicos de las videoconferencias prolongadas, se sabía poco sobre cómo los rasgos individuales, como la autoeficacia y la preocupación dismórfica, podrían contribuir a la dismorfia de Zoom. La autoeficacia influye en cómo las personas perciben y responden a los desafíos, incluida la autoimagen negativa.
Mientras tanto, la preocupación dismórfica se asocia con una preocupación excesiva por defectos físicos menores o imaginarios, lo que la convierte en un factor de riesgo potencial para la dismorfia de Zoom. Los investigadores se propusieron determinar si los estudiantes con mayor autoeficacia se veían menos afectados por la dismorfia de Zoom y si aquellos con mayor preocupación dismórfica eran más vulnerables a ella.
El estudio se llevó a cabo en la Universidad de Ciencias Médicas Jahrom de Irán y se centró en estudiantes universitarios que habían pasado al menos un año en educación en línea durante la pandemia. Se invitó a participar a un total de 250 estudiantes y 179 completaron el estudio. Los investigadores utilizaron tres cuestionarios para medir la dismorfia de Zoom, la autoeficacia y la preocupación dismórfica.
Para evaluar la dismorfia de Zoom se utilizó el Cuestionario de metacognición del trastorno dismórfico corporal (BDDMC-Q). Esta herramienta midió factores como las estrategias de control metacognitivo, las creencias sobre la apariencia y las conductas destinadas a gestionar la angustia relacionada con la apariencia. La Escala de autoeficacia general midió la confianza de los estudiantes en su capacidad para afrontar los desafíos. Por último, el Cuestionario de preocupación dismórfica evaluó el grado en que los estudiantes estaban preocupados por su apariencia física.
Los resultados indicaron que los estudiantes de medicina experimentaron niveles moderados de dismorfia de Zoom, con una puntuación media de 65,93 en la escala BDDMC-Q. La autoeficacia también fue moderada, mientras que la preocupación dismórfica fue relativamente baja en comparación con los umbrales clínicos del trastorno dismórfico corporal.
La preocupación dismórfica mostró una fuerte correlación positiva con la dismorfia de Zoom, lo que significa que los estudiantes que estaban más preocupados por su apariencia tenían más probabilidades de experimentar angustia relacionada con las videoconferencias. En concreto, los investigadores descubrieron que por cada aumento en la preocupación dismórfica, las puntuaciones de dismorfia de Zoom aumentaban significativamente.
Por otro lado, la autoeficacia tuvo un efecto reductor sobre la dismorfia de Zoom. Los estudiantes con mayor autoeficacia tenían menos probabilidades de manifestar sentimientos negativos sobre su apariencia durante las videollamadas. Sin embargo, el efecto de la autoeficacia fue más débil en comparación con el de la preocupación dismórfica. Los investigadores también descubrieron que la autoeficacia moderaba la relación entre la preocupación dismórfica y la dismorfia de Zoom. En otras palabras, los estudiantes que tenían una mayor autoeficacia se veían menos afectados por sus preocupaciones sobre la apariencia, lo que sugiere que la confianza en las propias habilidades puede actuar como un amortiguador psicológico contra la dismorfia de Zoom.
Curiosamente, el género y el campo de estudio no se asociaron significativamente con la dismorfia de Zoom. Este hallazgo contrasta con algunas investigaciones anteriores que sugieren que las mujeres tienden a manifestar mayores preocupaciones por la imagen corporal que los hombres. Sin embargo, en el contexto de las videoconferencias, la atención se centra en la apariencia facial en lugar de la forma del cuerpo, lo que puede explicar por qué no se observaron diferencias de género. Además, los estudiantes de medicina, que están capacitados para evaluar críticamente la salud y la apariencia, pueden abordar su autoimagen de manera diferente a los estudiantes de otras disciplinas.
Hay algunas limitaciones que señalar. La muestra estuvo compuesta únicamente por estudiantes de medicina de una universidad, lo que limita la posibilidad de generalizar los resultados a estudiantes de otras disciplinas o contextos culturales. Además, el estudio se basó en cuestionarios de autocompletado, que pueden verse influidos por percepciones y sesgos individuales.
Otra limitación es que el estudio fue transversal, lo que significa que capturó datos en un único momento. Las investigaciones futuras podrían utilizar diseños longitudinales para rastrear los cambios en la dismorfia de Zoom a lo largo del tiempo y examinar si una mayor exposición a las videoconferencias conduce a un empeoramiento o una mejora en la autopercepción. Los estudios futuros también podrían explorar otros factores psicológicos que pueden influir en la dismorfia de Zoom, como la ansiedad social, la autoestima y el perfeccionismo.
Fuente: https://bmcmededuc.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12909-024-06300-6
Articulo original:
Título: Zoom dysmorphia in medical students: the role of dysmorphic concern and self-efficacy in online environments amidst COVID-19 pandemic.
Autores: Leili Mosalanejad, Zahra Karimian, Reyhaneh Ayaz, Sara Maghsodzadeh y Mina Sefidfard.