Los jugadores de ping pong tienen una estructura y una función cerebral superiores

Los jugadores de ping pong tienen una estructura y una función cerebral superiores

¿Jugar al tenis de mesa, más conocido como “ping pong”, puede producir mejoras significativas en la estructura y función del cerebro? Una nueva investigación publicada en la revista Brain Research sugiere que sí es posible. Los investigadores descubrieron que los jugadores de tenis de mesa exhiben distintos patrones de actividad cerebral y cambios estructurales en el cerebro, incluido un aumento de la integridad de la materia blanca en regiones asociadas con las habilidades motoras.

El tenis de mesa es uno de los deportes de habilidad abierta más rápidos del mundo, que exige que los jugadores sigan y respondan rápidamente a la trayectoria de la pelota. Esto requiere altos niveles de funciones cognitivas como la toma de decisiones, la atención visual y la función ejecutiva.

Estudios anteriores han indicado que el deporte y el entrenamiento de habilidades pueden tener un efecto positivo en la función cerebral, pero los efectos específicos del tenis de mesa en la estructura y la función cerebrales no estaban claros. Los investigadores querían explorar si estos atletas exhibían características neuronales únicas y si estas podían estar vinculadas a capacidades cognitivas mejoradas.

En el estudio participaron 20 jugadores de tenis de mesa de nivel nacional, todos los cuales habían estado entrenando durante más de seis años. Estos atletas fueron comparados con un grupo de control de 21 estudiantes universitarios sanos que no habían recibido entrenamiento sistemático de habilidades motoras. Los participantes tenían alrededor de 22 años y estaban emparejados en términos de edad y sexo. Ambos grupos se sometieron a una serie de escáneres cerebrales utilizando una máquina de resonancia magnética de 7 Tesla, que proporciona imágenes de alta resolución de la estructura y actividad del cerebro.

Las exploraciones por resonancia magnética se centraron en dos áreas clave: la conectividad funcional, que examina cómo se comunican las diferentes partes del cerebro, y la integridad de la materia blanca, que evalúa la salud de las vías de comunicación del cerebro. La sustancia blanca se analizó mediante imágenes con tensor de difusión (DTI), una técnica que mide la difusión de moléculas de agua en el cerebro para revelar propiedades microestructurales. Los investigadores también realizaron una serie de pruebas de atención conocidas como prueba de campo de visión útil (UFOV), que mide la velocidad de procesamiento, la atención dividida y la atención selectiva.

El estudio encontró que los jugadores de tenis de mesa exhibieron mejoras significativas tanto en la estructura como en la función del cerebro en comparación con los no atletas. Específicamente, los jugadores mostraron una mayor integridad en los tractos de materia blanca de sus cerebros, que son fundamentales para una comunicación neuronal eficiente.

Esto se evidenció por valores más altos de anisotropía fraccional (FA) y difusividad axial (AD) en varias regiones, incluido el tracto corticoespinal izquierdo y el fascículo longitudinal superior. Estos hallazgos sugieren que las neuronas de estas regiones han sufrido cambios beneficiosos, como la mielinización o el aumento del diámetro del axón, que mejoran la eficiencia de la transmisión neuronal.

Además, los jugadores de tenis de mesa superaron al grupo de control en tareas de atención. Los investigadores encontraron una correlación negativa significativa entre los valores de AD en tractos de materia blanca específicos y las puntuaciones de UFOV, lo que indica que una mejor integridad de la materia blanca se asoció con un rendimiento cognitivo superior. Esto sugiere que la conectividad estructural mejorada en los cerebros de los jugadores de tenis de mesa puede contribuir a una mejor atención y velocidad de procesamiento.

Además, la investigación destacó patrones únicos de conectividad funcional dinámica (dFC) en los cerebros de los atletas. Estos jugadores mostraron un aumento de dFC en áreas como el hipocampo, el cerebelo y la circunvolución lingual, que están involucradas en la memoria, la coordinación motora y el procesamiento visual. Esta conectividad dinámica, que cambia con el tiempo, refleja la capacidad del cerebro para adaptarse y reconfigurar sus redes neuronales en respuesta a las demandas de los movimientos rápidos y complejos que se requieren en el tenis de mesa.

Las limitaciones del estudio incluyen un tamaño de muestra pequeño, que puede restringir la generalización de los hallazgos, y la ausencia de jugadores novatos de tenis de mesa, lo que dificulta determinar cómo progresan los cambios cerebrales con diferentes niveles de entrenamiento y experiencia. Las investigaciones futuras podrían involucrar grupos de participantes más grandes e incluir atletas en varios niveles de habilidad para rastrear los cambios neuronales y cognitivos a lo largo del tiempo.

Sin embargo, los hallazgos subrayan los posibles beneficios cognitivos de participar en deportes que requieren reflejos rápidos y altos niveles de coordinación, lo que sugiere que dichas actividades no sólo pueden mejorar la aptitud física sino también aumentar la agilidad mental y la salud neuronal.

“Nuestros hallazgos sugieren que el entrenamiento profesional de tenis de mesa puede conducir a cambios plásticos en la estructura de la materia blanca y la conectividad funcional en el cerebro, lo que podría estar relacionado con la alta demanda de atención visual y velocidad de procesamiento de la información en el tenis de mesa”, concluyeron los investigadores.

Fuente: Brain Research

Articulo original: Titulo: “Long-term table tennis training alters dynamic functional connectivity and white matter microstructure in large scale brain regions”. Autores: Chanying Zheng, Yuting Cao, Yuyang Li, Zhoucheng Ye, Xize Jia, Mengting Li, Yang Yu y  Wenming Liu.

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