Por mucho que la gente desee expresar su auténtico yo, la vida adulta a menudo exige exactamente lo contrario. Puedes sentir que simplemente te dejas llevar de la mañana a la noche (o más tarde), y con el paso de los días, te preguntas si puedes recuperar el entusiasmo que antes te llenaba de energía. La vida está llena de rutinas y obligaciones, pero peor aún, de situaciones en las que tienes que aparentar. Sonríes a tus compañeros de trabajo o amigos cuando te sientes mal porque no quieres que nadie adivine lo que pasa por dentro.
Para empeorar las cosas, puede que tengas un trabajo que te exija ser alegre, amable y educado, incluso cuando la gente no te trate con la misma amabilidad. Cualquiera que tenga que interactuar con el público puede identificarse con esta desagradable y estresante sensación.
Trabajo emocional y agotamiento
En una situación social ideal, puedes comportarte con naturalidad, adaptando tu expresión emocional a tus sentimientos y a lo que sucede a tu alrededor. Sin embargo, la mayoría de las situaciones sociales no funcionan así. Debes adaptarte a ciertas expectativas. Los trabajos que implican una postura pública son particularmente exigentes. La mayor parte del tiempo, al menos puedes estar un poco relajado, sabiendo que tus habilidades sociales habituales te permitirán mantener un equilibrio entre lo que sientes y cómo deberías actuar. Cuando estos entran en conflicto, es cuando pueden surgir problemas.
Un nuevo estudio de Bettina Lampert y Severin Hornung (2025), de la Universidad de Innsbruck, examina este dilema en el contexto del trabajo emocional. El trabajo emocional, producto de la «actuación superficial» (aparentar amabilidad), es especialmente probable en empleos del sector sanitario y social (p. ej., docencia, enfermería, orientación). «Las interacciones con los clientes», señalan, «pueden caracterizarse como complejas, individualizadas y emocionalmente exigentes…», lo que requiere una «regulación eficaz de los sentimientos y la expresión emocional». En estos trabajos no solo hay que ser «amable», sino también asegurarse de que las emociones no se filtren y generen consecuencias negativas indeseadas. Imaginemos que un profesor le gritara a un alumno que le pasaba apuntes en clase. Ese profesor no duraría mucho en el puesto, y con razón.
Si el trabajo emocional es endémico en estos campos profesionales, ¿hay alguna forma de evitarlo? En cierto modo, se podría argumentar que estos trabajos conllevan cierta carga, pero también permiten cierto grado de autonomía. Normalmente se puede trabajar con cierta libertad (sin los gritos), sobre todo porque los trabajos en este sector requieren habilidades únicas. ¿Podría esto ayudar a reducir el trabajo emocional?
Poniendo a prueba una teoría de los recursos del agotamiento
Una teoría útil que puede orientar el estudio del síndrome de burnout es la de la conservación de recursos (COR), que considera el agotamiento emocional como la ausencia o pérdida de recursos. Dos de ellos, en particular, según Lambert y Hornung, son la autonomía laboral y el desapego intrapersonal. Tener cierto control sobre lo que uno hace en el trabajo es un recurso clave, ya que permite comportarse como uno desea y no como alguien le dice. El desapego intrapersonal puede parecer un recurso paradójico, pero puede ayudar a las personas a afrontar el síndrome de burnout al brindarles una sensación de distancia profesional. Se puede considerar una situación delicada con quien se está ayudando no como un ataque personal, sino como una interacción con un «cliente».
Aunque investigaciones previas han sugerido la importancia de ambos conjuntos de recursos, existen pocos o ningún estudio que utilice un enfoque distinto al correlacional. El equipo de autores austriacos sugiere que solo mediante un estudio longitudinal, en el que se estudien estas relaciones propuestas a lo largo del tiempo, se puede tener mayor confianza en los hallazgos.
Con una muestra que incluía participantes en línea y en papel, los autores recopilaron datos de 220 trabajadores de servicios sociales (edad promedio = 38 años), incluyendo maestros, psicólogos, médicos, trabajadores sociales, logopedas y enfermeros o profesionales afines. Los participantes completaron tres encuestas a lo largo de dos meses.
He aquí una idea de qué preguntas se incluyeron en las medidas:
- Autonomía laboral: “Mi trabajo me ofrece discreción sobre cómo hacer mi trabajo”.
- Escala de desapego intrapersonal: “Consigo establecer límites personales entre mí y mis clientes en el trabajo”.
- Actuación superficial: “Fingo tener emociones que en realidad no tengo”.
- Agotamiento emocional: “Me siento emocionalmente agotado por mi trabajo”.
Tras someter los datos a un análisis complejo y rezagado (en el tiempo), los autores corroboraron las predicciones de COR. En concreto, los participantes que reportaron mayores niveles de autonomía laboral fueron menos propensos a experimentar agotamiento emocional debido a una reducción en sus niveles reportados de actuación superficial. Como concluyeron los autores, «una alta autonomía puede prevenir, directa e indirectamente, una cadena de pérdidas de recursos, en términos de un deterioro progresivo del bienestar personal».
El desapego interpersonal también influyó, según las predicciones, en la reducción del agotamiento emocional. Sin embargo, la evidencia de este factor reductor del agotamiento solo se observó en el segundo seguimiento, seis semanas después del inicio del estudio. Los autores atribuyen este resultado a la idea de que esta estrategia podría tardar tiempo en reducir el riesgo de agotamiento. Durante este tiempo, podría haber variaciones que no se detectaron debido al diseño del estudio, en el que algunos días presentaron mayor carga emocional/actuación superficial que otros.
Cómo volver a subir la temperatura cuando el agotamiento amenaza
Ya sea en el trabajo o en la vida personal, la necesidad de mostrar una falsa imagen puede frustrar tu deseo de mostrar tu verdadero yo. El estudio de la Universidad de Innsbruck sugiere que quizás la clave esté en buscar un equilibrio. Para empezar, puedes ver si hay maneras de adaptar lo que haces para no limitarte a seguir las órdenes de alguien más. ¿Hay margen de maniobra para expresar más autonomía y control?
A continuación, adopta la mentalidad de que, incluso si las personas a las que deberías ayudar o servir son groseras contigo, esto no es un ataque personal. Mantener la distancia puede hacerte sentir menos atacado.
Sin embargo, el recurso definitivo puede estar relacionado con la expresión de tus emociones. A veces, basta con darse un respiro de una situación.
En resumen, el agotamiento emocional no tiene por qué acompañar a cada situación en la que no puedas actuar como tú mismo. Comprender que una fachada falsa puede ser agotadora puede ayudarte a trazar tu propio camino hacia la plenitud de expresar el yo que se esconde tras la máscara.
Fuente: Psychology Today
Referencia:
Título: How resources at work influence surface acting and emotional exhaustion: A longitudinal study in human service professions.
Autores: Lampert, B., & Hornung, S.
Publicado en: International Journal of Stress Management. Advance online publication (2025). https://dx.doi.org/10.1037/str0000353