Una nueva investigación proporciona evidencia de que el aumento de la contaminación del aire, específicamente las partículas finas, afecta el desempeño de los equipos de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), con un impacto notable en la productividad de las jugadas ofensivas, particularmente las jugadas de pase. Los hallazgos han sido publicados en Economics & Human Biology.
Ante la creciente preocupación por la calidad del aire y sus implicaciones para la salud pública y la productividad, este estudio tuvo como objetivo comprender cómo la contaminación del aire afecta la productividad del equipo, un aspecto relativamente poco explorado. La elección de la NFL como contexto de estudio fue impulsada por la naturaleza altamente estratégica y orientada al equipo del fútbol, que podría proporcionar información clara sobre cómo la contaminación afecta el rendimiento físico y mental.
“Existe una creciente literatura sobre el impacto de la calidad del aire en el desempeño de los empleados. Gran parte utiliza datos de deportes, pero ninguno de la NFL. Tenía otro proyecto de investigación en proceso que utiliza datos de la NFL a nivel de juego y esta fue una extensión natural para esos datos”, dijo el autor del estudio Brad R. Humphreys, decano asociado de Asuntos Académicos e Investigación y profesor de Economía en la Escuela de Negocios del John Chambers College y de Economía de la Universidad de West Virginia.
Para su estudio, los investigadores analizaron aproximadamente 90.000 jugadas ofensivas de alrededor de 900 partidos de la NFL jugados entre 2008 y 2016. Esta gran muestra proporcionó un conjunto de datos sólido para examinar los matices del desempeño del equipo en diferentes condiciones ambientales.
La medida específica utilizada fue la concentración de partículas menores a 2,5 micrómetros de diámetro (PM2,5) en el aire. Se sabe que PM2.5 tiene efectos adversos para la salud y es un contaminante común resultante de diversas fuentes, como las emisiones de vehículos y las actividades industriales. Los investigadores rastrearon estos datos desde estaciones de monitoreo cercanas a los estadios de la NFL para garantizar la precisión en la captura de la calidad del aire el día del juego.
El análisis del estudio implicó evaluar las yardas ganadas por jugada ofensiva, centrándose particularmente en las jugadas de pase. Se eligió esta métrica porque refleja el esfuerzo colectivo del equipo y es crucial para determinar el resultado de un juego. Los investigadores controlaron varios factores, como la composición del equipo, la semana de juego y factores específicos de la temporada, para aislar el impacto de la contaminación del aire de otras variables.
Los investigadores encontraron que por cada aumento de microgramos de PM2,5 por metro cúbico de aire cerca del estadio, los equipos ofensivos ganaron 0,5 pulgadas adicionales de yardas por jugada. Esto se tradujo en aproximadamente 4,3 yardas adicionales por jugadas de pase en un juego con un aumento de la desviación estándar en PM2,5. Esencialmente, los equipos tuvieron un poco más de éxito en la ofensiva en condiciones más contaminadas, un efecto atribuido a la mala respuesta de los jugadores defensivos a las jugadas ofensivas.
Este hallazgo es significativo ya que sugiere que la contaminación del aire no solo tiene implicaciones económicas y de salud, sino que también afecta la dinámica y el desempeño del equipo, particularmente en roles que requieren una reacción y coordinación rápidas. Los resultados son particularmente relevantes para comprender cómo los factores ambientales pueden influir en los resultados en entornos de trabajo en equipo, más allá de los deportes.
«La calidad del aire puede afectar negativamente el desempeño laboral, especialmente en trabajos con requisitos físicos», dijo Humphreys. “Aunque también hay evidencia de que la cognición mental se ve afectada. Para los aficionados al fútbol, si su equipo viaja a un partido en una ciudad con peor calidad del aire, su equipo podría estar en desventaja. Para las personas que apuestan en deportes, es posible que deseen observar la calidad del aire local antes de apostar en un equipo de la NFL”.
Si bien el estudio proporciona información valiosa, también tiene sus limitaciones. Una limitación importante es la incapacidad de controlar todas las variables del día del partido, como las estrategias del equipo y las condiciones individuales de los jugadores, que también podrían influir en los resultados del juego. Además, el estudio se centra en un tipo de contaminante (PM2,5) y no cubre de manera integral otros contaminantes, como el ozono, que no tiene un impacto significativo en este contexto.
Investigaciones futuras podrían ampliar estos hallazgos explorando otros deportes o actividades en equipo para ver si surgen patrones similares. Otra posible vía es analizar el impacto de diferentes tipos de contaminantes, o una combinación de ellos, en el desempeño del equipo. Además, los estudios podrían profundizar en la comprensión de los mecanismos detrás de cómo la contaminación del aire afecta específicamente el rendimiento de los jugadores, tanto física como cognitivamente.
«No hemos definido completamente los mecanismos subyacentes que explican por qué la defensa se ve más afectada que la ofensiva», concluyo Humphreys.
Fuente: Economics & Human Biology
Articulo original: Titulo: “Air quality and employee performance in teams: Evidence from the NFL“. Autores: Brad R. Humphreys y Jane E. Ruseski.