¿Alguna vez has sentido que todos en las redes sociales tienen un punto de vista más extremo que el tuyo? A menudo culpamos a las compañías de redes sociales por la cacofonía de opiniones políticamente extremas que nos rodean. Después de todo, estas empresas generalmente están motivadas para promover el contenido y las perspectivas más potentes emocionalmente y llamativos.
Hay investigaciones recientes que sugieren que los usuarios de estas plataformas comparten parte de la responsabilidad. En varios estudios, se encontró que las personas prefieren conectarse con otros que son, en promedio, más políticamente extremos que ellos.
Hasta hace poco, los investigadores creían que el principio fundamental involucrado en cómo seleccionamos nuestros lazos sociales ha sido lo que los antiguos griegos llamaban homofilia, o amor por lo similar. La homofilia política, el amor a aquellos que son políticamente similares, es uno de los fenómenos más fuertes y mejor documentados en las ciencias sociales. Influye en cómo elegimos la ciudad en la que vivimos, nuestras escuelas, nuestras parejas, nuestros pasatiempos e incluso nuestra música.
La homofilia política en los Estados Unidos es común y aumenta en intensidad. En 1960, el 4 por ciento de los demócratas y el 5 por ciento de los republicanos informaron que estarían molestos si su hijo se casaba con alguien del otro partido. Para 2010, estos números habían crecido al 33 por ciento de los demócratas y al 49 por ciento de los republicanos. La homofilia conduce a la segregación política, que a su vez intensifica la hostilidad y la polarización.
Pero la homofilia no es el único impulsor de esta segregación. En las investigaciones recientes se descubrió que las personas no solo se sienten atraídas por aquellos que son políticamente similares, sino que también se sienten atraídos por aquellos que tienen versiones políticamente más extremas de sus puntos de vista. Esta tendencia se llama acrofilia, o amor a los extremos.
En una serie de estudios, se pidio a más de 1,200 personas que calificaran sus respuestas a diversas situaciones políticas. Por ejemplo, los participantes informaron sus emociones al ver imágenes de brutalidad policial y expresaron sus puntos de vista sobre temas como el control de armas, la caza y el aumento del gasto militar. Entre cada mensaje, se les pregunto a los participantes por su respuesta emocional. Luego les mostraron las respuestas de seis «compañeros». Estas respuestas provinieron de un grupo de participantes separados con diversos puntos de vista políticos que habían intervenido en estos temas e imágenes en un estudio piloto anterior. Luego se les pidió a los participantes que eligieran a los compañeros cuyos puntos de vista les gustaría ver en rondas posteriores del experimento. Los resultados sugirieron que las personas generalmente prefieren leer sobre las respuestas emocionales de aquellos con puntos de vista similares (homofilia política) y se sienten atraídos por los extremos (acrofilia política). Ya sean liberales o conservadores, los participantes tendían a elegir compañeros cuyos puntos de vista eran más extremos que los suyos.
Muchos factores pueden conducir la atracción a los puntos de vista extremos. Las personas que tienen puntos de vista extremos pueden proporcionarnos argumentos más agudos para la próxima discusión política en línea o el debate de la cena de Acción de Gracias. Además, las personas que son más extremas pueden ser más vocales y parecer más coherentes, es decir, tienen opiniones sobre una variedad de temas que están alineados más consistentemente con una sola ideología política. Esos rasgos pueden ser atractivos. En una investigación publicada el año pasado, el científico social argentino Federico Zimmerman y sus colegas pidieron a 2.632 personas que tuvieran una discusión política con un extraño y luego calificaran cuánto les gustaba esa persona. Los participantes mostraron una fuerte preferencia por los compañeros de conversación que expresaban puntos de vista políticos más seguros e ideológicamente consistentes en comparación con aquellos que tenían actitudes más ambiguas o ambivalentes.
Los investigadores encontraron un patrón adicional que podría ayudar a explicar la acrofilia política. En uno de los estudios se les pidió a las personas que identificaran los puntos de vista que creían que eran más típicos de su grupo político. Los participantes con una mayor tendencia a preferir los lazos sociales extremos también tendían a pensar que el miembro típico de su grupo político era mucho más extremo que ellos. Estos participantes pueden sentirse atraídos por los extremos porque creen que esos puntos de vista intensos son más representativos de su grupo político en general.
Estos hallazgos sugieren que corregir las impresiones sesgadas de las personas sobre sus propias inclinaciones políticas podría ayudar a reducir la acrofilia. En el panorama general, sabemos que es poco probable que los miembros más extremos de un grupo determinado reflejen la perspectiva «promedio» dentro de esa comunidad. Sin embargo, algunas personas en el estudio realmente creían que ese era el caso. Por lo tanto, ayudar a las personas a hacer evaluaciones más precisas de su grupo podría reducir la acrofilia e informar cómo los individuos dan forma a sus puntos de vista. Si estamos expuestos a puntos de vista menos extremos en nuestro entorno social, nuestras ideas también pueden volverse menos extremas, lo que podría reducir aún más la segregación política y la polarización.
Quedan muchas preguntas por responder sobre el poder de la acrofilia. Por ejemplo, en el estudio sugiere que las personas pueden estar buscando y seleccionando voces más extremas en las redes sociales, así como en los medios tradicionales. Pero no se sabe si estas tendencias también influyen en la amistad, el matrimonio u otras conexiones sociales. Una cosa es disfrutar leyendo una perspectiva extrema y otra interactuar regularmente con alguien que tiene tales puntos de vista.
Sin embargo, los hallazgos dejan en claro que es urgente realizar más estudios. Usando los datos se han desarrollado modelos para simular cómo las preferencias de las personas por perspectivas similares y extremas podrían conducir a nuevos lazos sociales. Los investigadores descubrieron que la combinación de acrofilia y homofilia probablemente lleva a las personas a autoseleccionarse rápidamente en campos más extremos. En última instancia, ese patrón acelera la segregación y hace que sea más difícil cooperar, comprometerse y encontrar un terreno común, todas características esenciales de una sociedad saludable.
Fuente: Scientific American