Un estudio publicado en Personality & Social Psychology Bulletin reveló que pensar en las razones de nuestras elecciones ante dilemas morales aumenta la sensibilidad a las normas morales sin afectar la sensibilidad a las consecuencias o las preferencias de acción versus inacción.
La psicología moral ha debatido extensamente el papel de la reflexión cognitiva en el juicio moral. Las primeras teorías han hecho hincapié en el razonamiento reflexivo (véase Lawrence Kohlberg), mientras que los modelos más recientes se centran en los procesos emocionales automáticos (véase Jonathan Haidt). Al integrar estas perspectivas, el modelo de doble proceso postula que los juicios utilitaristas (aquellos que maximizan el bien mayor) están impulsados por el razonamiento reflexivo, mientras que los juicios deontológicos (aquellos que se adhieren a las normas morales) surgen de las emociones automáticas (véase Joshua Greene). Sin embargo, la evidencia que vincula la reflexión cognitiva con los juicios morales sigue siendo mixta.
Nyx L. Ng y sus colegas buscaron explorar cómo la reflexión sobre las razones influye en los juicios sobre dilemas morales, centrándose en la sensibilidad a las consecuencias, las normas morales y las preferencias por la acción versus la inacción.
Los investigadores llevaron a cabo tres experimentos para explorar los efectos de reflexionar sobre las razones en los juicios sobre dilemas morales. En todos los estudios, los participantes completaron una batería de 48 preguntas sobre dilemas morales, que incluía escenarios que variaban en costos, beneficios y tipos de normas morales (prescriptivas; que alientan la acción, por ejemplo, «ayudar a los necesitados» o proscriptivas; que desalientan la acción, por ejemplo, «no mentir»). Los participantes juzgaron la aceptabilidad de las acciones descritas en cada dilema.
Los estudios emplearon el modelo CNI para cuantificar por separado la sensibilidad de los participantes a las consecuencias (C), las normas morales (N) y las preferencias generales de acción (I). También se recogieron datos demográficos como la edad, el género y la etnia.
Los participantes fueron asignados aleatoriamente a diferentes condiciones. En la condición de “pensar en las razones”, se les pidió a los participantes que reflexionaran sobre las razones que justificaban sus respuestas, mientras que en la condición de “confiar en las intuiciones”, se les pidió que confiaran en sus reacciones espontáneas e intuitivas. El experimento 3 introdujo una tercera condición, “pensar en las intuiciones”, en la que los participantes reflexionaron específicamente sobre sus reacciones intuitivas antes de emitir juicios.
El experimento 1 se realizó en línea con participantes reclutados de MTurk (muestra final: 165 participantes), el experimento 2 se realizó en laboratorio con estudiantes universitarios (muestra final: 249 participantes) y el experimento 3 se realizó en línea con participantes de Prolific (muestra final: 503 participantes).
En los tres experimentos, los participantes en la condición de “pensar en las razones” demostraron sistemáticamente una mayor sensibilidad a las normas morales en comparación con los participantes en la condición de “confiar en las intuiciones”. Este hallazgo, que se repitió en los tres estudios, indicó que reflexionar sobre las razones aumentaba la probabilidad de que los participantes se opusieran a acciones que causaban daño y apoyaran acciones que lo impedían. El experimento 3 reveló además que este efecto era específico de la reflexión sobre las razones, ya que los participantes en la condición de “pensar en las intuiciones” no mostraron un aumento similar en la sensibilidad a las normas.
La sensibilidad a las consecuencias produjo resultados variables. En el Experimento 2, los participantes en la condición de “pensar en las razones” mostraron una mayor sensibilidad a los análisis de costo-beneficio en comparación con la condición de “confiar en las intuiciones”. Sin embargo, este efecto no se observó en los Experimentos 1 y 3, lo que indica cierta inconsistencia en la forma en que la reflexión influyó en el razonamiento consecuencialista.
De manera similar, las preferencias por la acción frente a la inacción variaron. En el Experimento 1, los participantes en la condición de “pensar en las razones” mostraron una mayor preferencia por la acción, mientras que en el Experimento 2 mostraron una preferencia más fuerte por la inacción. No surgieron diferencias significativas en el Experimento 3.
Es importante destacar que el aumento de la sensibilidad a las normas morales en el grupo de “pensar en las razones” fue independiente del tiempo empleado en deliberar. Aunque los tiempos de respuesta fueron ligeramente más largos en algunos casos, estas diferencias no explicaron de manera consistente los efectos observados, lo que confirma que el contenido de la reflexión, más que el esfuerzo cognitivo involucrado, fue lo que impulsó los resultados.
En general, esta investigación destaca que reflexionar sobre las razones mejora la sensibilidad a las normas morales en los dilemas morales, desafiando las suposiciones de que los juicios deontológicos surgen únicamente de procesos automáticos.
Los autores observaron que si bien se instruyó a los participantes para que reflexionaran sobre las razones, no se controló el contenido específico de esas razones, lo que dejaba poco claro si los resultados estaban impulsados por tipos particulares de razonamiento (por ejemplo, basado en normas o basado en consecuencias).
Fuente: Personality & Social Psychology Bulletin
Articulo original:
Título: Thinking About Reasons for One’s Choices Increases Sensitivity to Moral Norms in Moral-Dilemma Judgments.
Autores: Nyx L. Ng, Dillon M. Luke y Bertram Gawronski.