La musicalidad está vinculada a una mejor memoria y función ejecutiva

La musicalidad está vinculada a una mejor memoria y función ejecutiva

Un estudio de la cohorte PROTECT-UK ha revelado que la musicalidad se correlaciona con un rendimiento cognitivo superior en personas mayores de 40 años. Los hallazgos indican que quienes tocan un instrumento musical tienden a exhibir una memoria de trabajo y una función ejecutiva mejoradas en comparación con las personas que nunca lo han hecho. El artículo fue publicado en la revista International Journal of Geriatric Psychiatry.

Las capacidades cognitivas experimentan cambios significativos a lo largo de la vida de una persona. Al nacer, las capacidades cognitivas de un bebé son muy limitadas y sólo comienzan a desarrollarse a partir de entonces. Este proceso de desarrollo abarca las dos primeras décadas de la vida, durante las cuales el niño aprende a hablar, gana control sobre su cuerpo y es testigo de un rápido crecimiento cognitivo. En la edad adulta temprana, las capacidades cognitivas, incluidas la memoria, la atención y la capacidad de resolución de problemas, generalmente alcanzan su cenit.

A medida que las personas pasan a la mediana edad, a menudo notan una disminución gradual en ciertas funciones cognitivas, especialmente en la velocidad de procesamiento y la memoria de trabajo. Sin embargo, otros aspectos cognitivos, como el vocabulario y los conocimientos generales, pueden permanecer estables o incluso mejorar con la edad.

En las últimas etapas de la edad adulta, el riesgo de sufrir deterioros cognitivos, incluida la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia, aumenta significativamente, lo que afecta la memoria, el razonamiento y otras funciones cognitivas. A pesar de estas tendencias, existe una variabilidad notable en el envejecimiento cognitivo entre los individuos, y algunos mantienen una función cognitiva alta hasta bien entrada la edad avanzada.

La autora del estudio, Gaia Vetere, y sus colegas querían explorar la relación entre el compromiso musical durante toda la vida y el rendimiento cognitivo en adultos mayores. Señalaron que múltiples estudios previos indicaron que la práctica musical puede tener efectos beneficiosos sobre la función cognitiva en diferentes momentos de la vida.

Los investigadores plantearon la hipótesis de que la reserva cognitiva desempeña un papel crucial en el apoyo a la función cognitiva en la edad avanzada. La reserva cognitiva se refiere a la capacidad del cerebro para adaptarse y compensar los cambios y daños relacionados con la edad, ayudando así a mantener la función cognitiva y retrasar el deterioro cognitivo. Se cree que esta reserva surge de una combinación de factores, incluida la educación, la complejidad ocupacional, el compromiso social y las actividades mentalmente estimulantes a lo largo de la vida. El estudio tuvo como objetivo determinar si la práctica musical contribuye al desarrollo de la reserva cognitiva.

Analizaron los datos recopilados en un estudio que formó parte del estudio de cohorte PROTECT-UK. El estudio PROTECT-UK es un gran estudio longitudinal realizado en el Reino Unido que tiene como objetivo comprender cómo envejecen los cerebros sanos y por qué las personas desarrollan demencia. Está dirigido por la Universidad de Exeter y el King’s College de Londres en colaboración con el Servicio Nacional de Salud. Los datos para este análisis proceden del estudio Experiencia Musical y Envejecimiento Saludable realizado en su seno.

Incluyó las respuestas de 1.107 personas mayores de 40 años que completaron el Cuestionario de Experiencia Musical de Edimburgo, una evaluación de su experiencia musical y su exposición a la música a lo largo de su vida. Los autores del estudio compararon estos datos con los resultados del rendimiento cognitivo de los participantes de un sistema de prueba cognitiva computarizado integrado en la plataforma de estudio PROTECT. El 83% de los participantes incluidos en el análisis eran mujeres. Su edad promedio era de 68 años.

Los resultados indicaron que el 89% de los participantes tenía experiencia tocando un instrumento musical, y el 44% todavía tocaba en el momento de la recopilación de datos. Los instrumentos más comunes eran los de teclado y de viento. Aproximadamente el 28% de los participantes tocaba un instrumento, el 23% tocaba dos y el 4% tocaba cinco o más instrumentos musicales. Además, el 44% había participado en actividades musicales de grupos instrumentales y el 78% había recibido formación musical formal, que normalmente duraba entre dos y cinco años.

Las personas que informaron tocar instrumentos musicales exhibieron una memoria de trabajo y una función ejecutiva significativamente mejores. Esta asociación fue especialmente fuerte entre quienes tocaban instrumentos de teclado. Tocar instrumentos de viento de madera se relacionó con una mejor función ejecutiva. Cantar también se asoció con una función ejecutiva mejorada. La capacidad musical general se correlacionó con un mejor rendimiento en una tarea específica de la memoria de trabajo (la tarea Digit Span). Los participantes que actualmente tocaban un instrumento demostraron una memoria de trabajo significativamente mejor que aquellos que habían dejado de tocar.

Los autores del estudio concluyeron: “Este estudio encontró que tocar un instrumento musical se asociaba con una mejor memoria de trabajo y función ejecutiva en adultos mayores, mientras que el canto y la capacidad musical en general también se asociaban con un rendimiento más favorable. El compromiso continuo con la música en la vejez también se asocia con una mejor función de la memoria de trabajo. Aunque se necesita más investigación para investigar esta relación, nuestros hallazgos sugieren que promover la exposición a la música durante la vida puede aumentar la reserva cognitiva y reducir el riesgo de deterioro cognitivo en la vejez”.

El estudio hace una valiosa contribución a la comprensión científica de los vínculos entre la musicalidad y el funcionamiento cognitivo. Sin embargo, cabe señalar que el diseño del estudio no permite extraer inferencias de causa y efecto a partir de los datos. Si bien tocar instrumentos musicales puede ser beneficioso para el funcionamiento cognitivo, también es posible que las personas cuyo funcionamiento cognitivo es mejor puedan tocar instrumentos musicales y participar en la música, mientras que aquellos con un funcionamiento cognitivo más deficiente sean menos capaces de hacerlo. Con el deterioro cognitivo, junto con otras capacidades cognitivas, las personas pueden simplemente perder su capacidad musical y también la capacidad de tocar instrumentos.

Fuente: International Journal of Geriatric Psychiatry

Articulo original: Titulo: “The relationship between playing musical instruments and cognitive trajectories: Analysis from a UK ageing cohort,” Autores: Gaia Vetere, Gareth Williams, Clive Ballard, Byron Creese, Adam Hampshire, Abbie Palmer, Ellie Pickering, Megan Richards, Helen Brooker y Anne Corbett.

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