El 34% de las personas con cáncer ha sufrido ansiedad y depresión durante el confinamiento, según la AECC

A consecuencia de las medidas y políticas de salud pública puestas en marcha por las autoridades, para evitar la infección por coronavirus SARS-CoV-2 -cuya propagación ha sido extremadamente rápida a nivel mundial-, tales como la declaración de una situación de alarma sanitaria y el confinamiento de la ciudadanía en sus domicilios, la población se ha visto afectada de forma significativa en su bienestar psicológico y en su calidad de vida.

Las consecuencias que esta pandemia y el confinamiento tendrá en la salud mental de la población será un tema por evaluar en el futuro próximo y, aunque la mayoría de las personas no sufrirán trastornos mentales a causa de ello, ya la literatura informa de efectos psicológicos negativos derivados del confinamiento en epidemias anteriores, que incluyen principalmente síntomas de estrés postraumático, confusión y miedo.

La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 genera una emergencia en cáncer que afecta directamente a la población con esta enfermedad.

Foto: Eric Antunes Fuente: pexels Fecha descarga: 01/06/2020

Con esta introducción, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) presenta su nuevo informe sobre “Diagnóstico del impacto emocional experimentado por las personas afectadas por cáncer durante la crisis del COVID-19”, a través del cual se analiza el impacto psicológico y social que el coronavirus ha producido en las personas afectadas por cáncer, así como los factores de riesgo asociados. En palabras de la AECC, conocer la magnitud de dicho impacto, permitirá identificar el tipo de intervenciones psicológicas que hay que diseñar para ayudar a la población oncológica, qué medidas y cómo han de realizarse dichas intervenciones, etc.

El informe es fruto de un estudio llevado a cabo en pleno confinamiento, a través de un cuestionario online realizado entre el 16 y el 25 de abril de 2020, respondido por una muestra de 2.293 personas diagnosticadas de cáncer (en distintas fases y momentos de la enfermedad).

A continuación, recogemos las principales conclusiones del estudio:

La situación de confinamiento ha provocado ansiedad y depresión en el 34,3% de la población con cáncer. El grado de preocupación por la pandemia es alto, siendo superior en los/as pacientes diagnosticados en comparación con la población general (67% frente al 58,9%).

Estos datos ponen de manifiesto la necesidad de desarrollar estrategias de detección e intervención psicológica específicas orientadas a paliar dicha problemática, “con especial relevancia en aquellas dirigidas a minimizar el miedo al contagio”.

De acuerdo con el informe, se detecta que la problemática psicológica aumenta cuando los pacientes se sienten muy preocupados. Según el estudio, las principales variables asociadas con la misma -y que deben tenerse en cuenta durante el proceso de desconfinamiento- son las siguientes:

  • Una de las principales variables relacionadas con los problemas psicológicos de las personas con cáncer es la pérdida de ingresos y el empeoramiento de la situación económica de la unidad familiar, como consecuencia de la situación de confinamiento: el 59% de aquellas personas que han visto empeorada gravemente su economía presentan niveles altos de malestar clínico. Asimismo, un 46% de los y las pacientes con ingresos netos mensuales inferiores a 1.100 euros evidencian malestar psicológico moderado o severo, frente a sólo un 17,5% de aquellos y aquellas con ingresos superiores a 3.900 euros. De modo que, a menor ingreso económico del hogar, mayor riesgo de desarrollar distintos trastornos psicológicos.

    Para la AECC es absolutamente necesario mitigar las consecuencias económicas que la crisis de la COVID-19 puede haber provocado en este colectivo, por lo que considera prioritario dar cobertura a sus necesidades básicas, especialmente de manutención y pago de vivienda.

  • La información y la comunicación son claves. La contaminación informativa y la gestión de la información son factores de riesgo que se relacionan con los niveles de ansiedad y depresión. Aproximadamente, un 20% de los pacientes que son capaces de desconectar del flujo informativo constante sobre el coronavirus presenta malestar clínico. Este porcentaje se eleva hasta casi el 50% en aquellos que no pueden desconectar, y estos, advierte la AECC, “están en riesgo de desarrollar este tipo de trastornos”.

    El documento establece como prioritario el garantizar que la población de pacientes de cáncer tenga una buena comprensión de la situación y, concretamente, de la atención que se está dedicando a su situación. Las personas en confinamiento necesitan entender la situación y manejar adecuadamente la sobreexposición informativa. En este sentido, la Asociación señala que los problemas emocionales derivados del aislamiento podrían prevenirse derivando a servicios de atención psicológica especializados en cáncer y ofreciendo apoyo psicológico a las personas con mayor vulnerabilidad emocional, así como proporcionando estrategias prácticas para que aprendan a manejar la información sobre la situación de alarma y confinamiento de forma adecuada.

  • Los pacientes de cáncer consideran que están recibiendo una buena atención sanitaria durante la crisis provocada por COVID-19 y manifiestan confianza en su equipo médico.

    Aproximadamente un tercio de los pacientes han sufrido retrasos en las pruebas que tenían programadas y estos retrasos se relacionan en mayor medida con el malestar psicológico que los retrasos en los tratamientos oncológicos. Los niveles de malestar clínico son significativamente más bajos entre aquellas personas diagnosticadas hace más de un año, que aquellas con un diagnóstico reciente. Para la AECC, parte de estas diferencias puede deberse al efecto de la incertidumbre y el miedo al impacto del retraso en las pruebas entre las personas recién diagnosticadas.

  • La edad y género del paciente influyen también en los niveles de malestar clínicos presentados. A menor edad, mayor es el malestar. Con respecto al género, las mujeres presentan niveles de malestar psicológico más elevados que los hombres.

Tal y como señala el informe, la mayoría de las investigaciones realizadas sobre pandemias previas evidencian que los efectos psicológicos se producen durante el periodo de confinamiento y se mantienen varios meses tras su finalización. Por ello, subraya la importancia de realizar una segunda parte del estudio, dirigida a conocer la presencia de estrés postraumático y variables asociadas en los pacientes de cáncer tras el confinamiento.

Se puede acceder directamente al informe a través del siguiente enlace:

Diagnóstico del impacto emocional experimentado por las personas afectadas por cáncer durante la crisis del Covid-19

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