Redacción
Lunes, 20 de Julio de 2020
Psicología
Perder a un ser querido, por ejemplo a un hermano o hermana, es siempre una experiencia trágica que deja huella. Pero si además era un gemelo, el vacío que deja en el gemelo superviviente tiene repercusiones adicionales, según se ha comprobado en una investigación reciente. Aunque ello no adquiere las connotaciones sobrenaturales mostradas a menudo en casos ficticios relatados por novelas y películas, sí va bastante más allá de lo que se creía.
Por ser de la misma edad, los gemelos comparten muchas experiencias comunes y pueden tener fuertes lazos emocionales. Ello hace más dura la separación cuando uno de ambos muere.
La muerte de un gemelo, especialmente en una etapa temprana de la vida, puede aumentar el riesgo de que el gemelo superviviente sufra un trastorno mental, a juzgar por las conclusiones a las que se ha llegado en el nuevo estudio. Teniendo en cuenta esto, parece aconsejable que quienes pierdan a su gemelo reciban apoyo psicológico extra, tanto a corto como a largo plazo.
La cuestión se ha investigado relativamente poco y por eso el nuevo estudio, realizado por el equipo de Huan Song del Instituto Karolinska en Suecia, y Unnur Valdimarsdóttir, de la Universidad de Islandia, viene a llenar muy oportunamente este importante hueco.
Valiéndose de los registros de salud suecos y del Registro de Gemelos Suecos, Song y sus colegas identificaron a todos los gemelos suecos que experimentaron la muerte de su gemelo entre 1973 y 2013. Luego examinaron los índices de diagnósticos psiquiátricos en estos gemelos supervivientes y los compararon con los índices que afectaban a sus hermanos no gemelos, y con los índices de 22.640 gemelos que no habían sufrido esa tragedia.
La muerte de un hermano gemelo suele tener en el gemelo superviviente un efecto psicológico más intenso de lo que se creía. (Imagen: Amazings / NCYT)
Song y sus colegas comprobaron que el riesgo de ser diagnosticado con un trastorno psiquiátrico aumentaba para un gemelo entre el 55% y el 65% después de la muerte de su otro gemelo. Este riesgo era mayor en los casos en que el gemelo había fallecido durante la infancia o la juventud.
Los gemelos supervivientes tenían más probabilidades de recibir un nuevo diagnóstico d trastorno psiquiátrico en el primer mes después de la muerte, cuando su riesgo de tal diagnóstico era siete veces mayor que el de los gemelos que no habían sufrido la pérdida de su otro gemelo. Pero siguieron teniendo un riesgo mayor durante más de 10 años después de la pérdida.
Los hallazgos también revelaron que el riesgo para un gemelo de ser diagnosticado con un trastorno psiquiátrico después de la muerte de su gemelo era particularmente alto para los gemelos propiamente dichos (nacidos en el mismo parto y de la fecundación de un mismo óvulo), en comparación con los mellizos (nacidos en el mismo parto aunque de la fecundación de óvulos distintos).
Los gemelos propiamente dichos tenían un riesgo 2,5 veces mayor en comparación con sus hermanos no gemelos. En el caso de los mellizos, el mellizo superviviente tenía un 30% más de riesgo de recibir un diagnóstico de trastorno psiquiátrico después de la muerte del otro, en comparación con sus hermanos no mellizos.
Valdimarsdóttir explica que debido a sus similitudes genéticas y experiencias compartidas, los gemelos suelen desarrollar un sentido de identidad compartida, lo que puede hacer más compleja y grave la perturbación que sufren cuando fallece su gemelo. (Fuente: NCYT de Amazings)