Cada vez el uso de las nuevas tecnologías de la información en el ámbito de las terapias psicológicas es más frecuente. En concreto, el apoyo de internet para el tratamiento de los trastornos emocionales es una modalidad que está cobrando un gran protagonismo debido a las ventajas que supone en términos de accesibilidad a los pacientes.
Dado el interés creciente de los psicólogos sanitarios en conocer y hacer un buen uso de esta herramienta, Infocop ha entrevistado a la Dra. Azucena García Palacios, que participará en el IV Congreso Nacional De Psicología e International Symposium On Psychological Prevention que tendrá lugar el próximo mes de julio, con la finalidad de abordar en profundidad esta temática.
La Dra. Azucena García Palacios es Profesora Titular de Psicopatología en la Universitat Jaume I. Sus líneas principales de investigación se han centrado en el estudio de la utilidad de distintas tecnologías (realidad virtual, Internet, Apps) en la evaluación y tratamiento de distintos trastornos psicológicos, entre los que destacan los trastornos emocionales y los trastornos de la personalidad y trastornos médicos como el dolor crónico. La Dra García es autora de más de 80 artículos científicos y ha participado en más de 5 proyectos de investigación financiados por la Unión Europea e instituciones nacionales.
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ENTREVISTA
La ponencia que va a realizar en el IV Congreso Nacional de Psicología lleva por título Tratamiento de los trastornos emocionales con el apoyo de internet. Posibilidades y barreras. Para encuadrar el tema, ¿qué se entiende específicamente por el apoyo de internet en este tipo de programas?
El apoyo de Internet significa hacer uso de esta tecnología para administrar contenidos clínicos que pertenecen a un programa de tratamiento psicológico. La persona, desde un ordenador, Tablet o dispositivo móvil con conexión a Internet puede acceder a contenidos clínicos para aprender y practicar estrategias psicológicas.
Esta administración se puede hacer de distintas formas. Se puede acceder de forma autoaplicada, es decir, el paciente recibe toda la intervención por medio de Internet; de forma combinada en la que se combinan sesiones cara a cara con sesiones por Internet (por ejemplo, para reducir las sesiones cara a cara); también se puede utilizar el programa online como tareas para casa o en los periodos de seguimiento para seguir practicando las estrategias terapéuticas aprendidas en las sesiones cara a cara. En todos los casos, es importante señalar que los tratamientos son asignados por un profesional que realiza una evaluación previa para determinar las necesidades de la persona. Asimismo, existe la posibilidad, incluso en los tratamientos autoaplicados de tener contacto telefónico con un terapeuta durante todo el proceso.
¿Qué avances se han realizado en el campo específico de la intervención en el tratamiento de los trastornos emocionales con el apoyo de internet? ¿Qué programas se han desarrollado y cuál es su eficacia?
La línea de investigación tiene ya 20 años. Desde que se empezó a utilizar Internet se vio la posibilidad de utilizarla para la administración de tratamientos psicológicos. Con el avance de la tecnología se han realizado progresos importantes y disponemos de distintos programas en diferentes partes del mundo. El campo en el que más se ha desarrollado es en el tratamiento de los trastornos emocionales, sobre todo la depresión y desde la perspectiva cognitivo comportamental. Se han realizado un número importante de ensayos clínicos controlados que han demostrado que los tratamientos apoyados por Internet presentan una eficacia similar a los tratamientos cara a cara, a corto y a largo plazo. Existen ya metaanálisis que llegan a esa misma conclusión. Nuestro grupo de investigación ha realizado investigación en este campo y disponemos de distintos programas para el tratamiento de los trastornos emocionales. Se pueden consultar en nuestra plataforma Psicología y Tecnología: https://www.psicologiaytecnologia.com/.
¿Qué ventajas tiene el uso complementario de internet y cuál es la finalidad de su uso, frente a la terapia cara a cara?
La ventaja más importante es la accesibilidad. Esta línea de investigación surge para dar respuesta a un problema muy concreto. Disponemos de tratamientos psicológicos basados en la evidencia, pero sólo un porcentaje pequeño de las personas que los necesitan los reciben. Las razones tienen que ver con distintos aspectos como la diferencia entre la alta prevalencia de problemas como la depresión y los recursos humanos y materiales que tenemos para abordarla, o el coste y dificultad de formar a los profesionales en tratamientos empíricamente validados. La tecnología nos puede ayudar, disminuyendo el tiempo de tratamiento cara a cara. Por ejemplo, desde una perspectiva combinada, si en un centro de salud mental solo podemos atender a una persona una vez al mes, puede seguir recibiendo tratamiento entre sesiones desde su casa a través de Internet. La idea es utilizar la tecnología para mejorar la atención que proporcionamos a las personas con trastornos emocionales. Por ejemplo, desde una perspectiva de atención por pasos, podemos utilizar los programas online con menos contacto cara a cara en problemas más leves (trastornos adaptativos, depresión leve), y programas combinados cara a cara e Internet para problemas más graves. Esto podría hacer que se liberase tiempo para que los profesionales pudieran ofrecer más contacto cara a cara a aquellos pacientes más graves o con más necesidad de sesiones cara a cara.
Si un psicólogo quiere comenzar a implementar este tipo de estrategias en su consulta, ¿qué habilidades o conocimientos debe poseer y qué medios técnicos para poder hacer una adecuada intervención?
Desde mi perspectiva, lo más importante es tener las competencias en psicoterapia y conocer bien el programa de tratamiento que vaya a recomendar (en sus versiones cara a cara y online).
Sólo es necesaria una licencia del programa que se vaya a administrar y las capacidades para asignar un usuario y contraseña a cada persona que lo vaya a utilizar.
Para utilizar el programa se necesita un ordenador o Tablet con conexión a Internet.
A su modo de ver, ¿cuáles son los temas aún pendientes de resolver en este campo y cuáles son los principales riesgos?
En estos años, se ha realizado mucha investigación para demostrar que el apoyo de Internet era útil y afortunadamente, así lo dicen los datos. Ahora es necesario realizar estudios de implementación para que se pueda disponer de estos tratamientos en la clínica rutinaria, desde una perspectiva sobre todo pública (que es donde tenemos más problemas de accesibilidad a los tratamientos psicológicos).
Un aspecto que hay que cuidar es el tema de los aspectos éticos y la confidencialidad. Afortunadamente en España tenemos una ley de protección de datos muy estricta que regula muy bien cómo almacenar los datos clínicos. Es necesario seguir la regulación específica para datos almacenados electrónicamente en servidores.
Otro aspecto importante es la información que tiene la población general sobre los tratamientos administrados por Internet. En la red existen ofertas de terapias online que no tienen garantías científicas (como pasa, por otro lado, con otros tratamientos que se ofrecen para problemas médicos). Es un riesgo recibir una intervención que puede que no funcione o incluso hacer que empeoren los síntomas.
Es muy importante que la población sepa que no es posible recibir un tratamiento psicológico si no ha habido una evaluación previa por parte de un profesional. Es importante que las personas conozcan también quién ha desarrollado el programa (profesionales de la salud mental). Por eso, parece más adecuado que se oferten los tratamientos online desde los centros clínicos.
Para finalizar, ¿desea añadir algún comentario más al tema que nos ocupa?
No, nada más. Solo me gustaría destacar que la tecnología, y sobre todo Internet es ya algo cotidiano para muchas personas, por lo que supone una oportunidad para poder acercar los tratamientos psicológicos a las personas que los necesitan.
Muchas gracias por vuestro interés y por permitirnos participar en el congreso y dar a conocer los avances en esta línea de trabajo.