Según indica la Asociación, durante la crisis del COVID-19 se han llevado a cabo acciones de prevención selectiva e indicada en la mitad de los Centros, de manera telemática, tanto con menores como con sus familias.
Tal y como advierte, la situación de confinamiento puede suponer a personas que están en un proceso de rehabilitación un momento crítico que favorezca un proceso de recaída. Asimismo, las personas con adicciones suelen tener dificultad en el manejo y gestión emocional.
Las principales sustancias por las que se ha demandado tratamiento durante la crisis del coronavirus, continúan siendo cocaína, alcohol y cannabis, si bien el 22% de los Centros señalan al juego patológico como una de las primeras causas de demanda.
Durante el proceso de desescalada (Fases 1 y 2) las demandas de atención se han incrementado en prácticamente todos los Centros.
De acuerdo con los datos, un 16,1% de mujeres y un 83,9% de hombres han acudido a Proyecto Hombre en los últimos meses. La media de edad de las mujeres usuarias es de 41,8 años y de los hombres 38,9 años. Con respecto a su situación económica, 7 de cada 10 mujeres y 5 de cada 10 hombres se encontraban en situación de desempleo en el momento del ingreso. En relación con la salud, el 43,6% de las mujeres y el 305% de los hombres revelan más problemas médicos crónicos. Asimismo, un elevado porcentaje (80,9% de las mujeres y 65,9% de los hombres) han presentado periodos de ansiedad severa en su vida, así como intentos de suicidio (38,7% mujeres y 20,5% hombres).
Con motivo de la situación actual provocada por el COVID-19, Proyecto Hombre manifiesta estar viviendo un proceso de transformación digital, valorando la incorporación permanente de nuevos canales telemáticos en la atención como complemento a la atención presencial, que es la base de su metodología.
A este respecto, considera innovadora la terapia online, desarrollada durante estos meses, por su utilidad para superar barreras y llegar a personas a las que de otro modo no se llegaría, por ejemplo, del entorno rural.
No obstante, recuerda que su modelo de tratamiento es presencial, basado en la generación de vínculos y en las relaciones humanas, algo difícil de conseguir a través de las tecnologías.
Como ya señaló en su momento, la Asociación apuesta por un modelo de intervención biopsicosocial, por su integralidad de enfoque, por convencimiento profesional y por su eficiencia en los resultados.
Este modelo de atención integral biopsicosocial en adicciones, basado en la evidencia científica, ha sido defendido por Proyecto Hombre como alternativa a la propuesta que propugna un modelo biológico reduccionista, que entiende la adicción como una enfermedad mental más, cuya causa se reduciría a una patología cerebral y cuyo tratamiento más adecuado sería el farmacológico, confiriendo un carácter totalmente secundario a la intervención psicológica y social.
Precisamente, en esta misma línea, el Consejo General de la Psicología ha venido poniendo de relieve, en los últimos años, la necesidad de que tanto el abordaje de las adicciones a sustancias como el de las adicciones comportamentales, se siga enfocando desde una perspectiva integral que considere los aspectos psicológicos, sociales y biológicos que afectan a cada caso.
En este sentido, el COP ha manifestado en numerosas ocasiones que la adopción de un modelo reduccionista biológico supondría actuar en contra de la evidencia científica sobre el abordaje de las adicciones, minimizando aún más las posibilidades de recuperación y reinserción social, desde el momento en que la categorización de «enfermedad mental» resulta mucho más estigmatizadora que la idea del hábito o problema psicológico superable, a la vez que dejaría a la persona a merced de las sustancias tóxicas, en tanto en cuanto no entiende la recuperación como un proceso en el que es esencial su propia voluntad y responsabilidad.
Frente a la nueva realidad a la que nos enfrentamos a causa de la pandemia, la Asociación Proyecto Hombre pone de relieve que las personas con problemas de adicción son un perfil especialmente vulnerable a nivel socio económico y sanitario, por lo que necesitan una especial atención.
Como retos futuros, subraya la necesidad de detectar y abordar las situaciones de abuso de sustancias -especialmente alcohol (compras por encima de un 70%), ansiolíticos y antidepresivos-, generadas durante el período de confinamiento además de trabajar en cómo se ha normalizado el uso de las nuevas tecnologías, que en estos meses se ha elevado exponencialmente. Igualmente, continúa siendo primordial el trabajo en la prevención, que en situaciones de crisis se resiente. Para ser eficaz, una respuesta rápida a las necesidades de la población de consumidores de drogas debe basarse en la colaboración eficiente entre las ONG, las instituciones gubernamentales y la salud pública y privada y proveedores de servicios sociales.
Proyecto Hombre insta a prestar especial atención al colectivo de mujeres con problemas de adicciones, que presentan una problemática mayor en todas las áreas de la vida excepto en la penal, y cuyo acceso a tratamiento presenta más dificultades.
Fuente: Proyecto Hombre