Las terapias de 3ª generación tienen en común una perspectiva funcional y contextual de los trastornos psicológicos. A este enfoque o perspectiva se le ha dado el nombre de Contextualismo funcional.
El Contextualismo funcional estudia los eventos psicológicos incluyendo los trastornos, como interacciones entre la persona y el contexto, entendidas de acuerdo con su historia y circunstancias actuales.
Se trata de analizar la conducta de la persona pero destacando la conducta verbal y la clarificación de valores
Cuando se habla de conducta verbal, se da especial relevancia a lo que la persona cuenta de sí misma (su situación, su problemática) y lo qué cuenta y cómo lo cuenta, a los demás, a la gente que le rodea.
Lo que el paciente se dice a sí mismo y a los demás no es importante por su contenido sino por la función.
Se aconseja al paciente dejar de luchar contra sus síntomas y reorientar su vida en la dirección que a él se le antoje.
Se estimula al paciente para que se haga cuestiones tipo ¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿Qué dirección deseo tomar?
Se clarifican valores. La clarificación de valores se interesa en los diferentes campos: laboral, familiar, amoroso, amistad, espiritualidad, bienestar…
¿Por qué es importante? Porque esto ayuda al terapeuta a sacar al paciente de ese circuito auto-reflexivo en el que está metido y del que le es difícil salir, de tal forma que el paciente se dé cuenta de que tiene un horizonte lleno de posibilidades a escoger.
Se trata, no de analizar más el problema, sino de una orientación más práctica cuyo objetivo es buscar soluciones a dicho problema mediante esta clarificación de valores que, evidentemente, será muy distinta dependiendo del paciente.
En este tipo de terapias el contexto se entiende de acuerdo a tres dimensiones: persona, relación terapéutica y ambiente.
Con el ambiente se refiere al medio en el que se desenvuelve la persona a tratar. (Familia, amistades, trabajo…).
Con la persona se refiere a la persona como sujeto social-verbal, es decir, el paciente tiene un pasado que le precede y una forma de ser que le caracteriza. Ambos factores son a tener en cuenta en esta terapia.
La persona tiene unas creencias, ideas, formas de pensar…acerca de su propio funcionamiento y, consecuentemente, también acerca de su trastorno o síntomas clínicos. Dos personas pueden tener un mismo trastorno y cada una pensar que es por un motivo diferente.
Por último, al hablar de relación terapéutica, se refiere al contexto de la terapia como apoyo, ayuda a la corrección, a la redirección, aprendizaje…
Las tres dimensiones se solapan, de tal manera que las tres son interdependientes, las tres interviene de forma positiva o negativa (dependiendo del caso y las circunstancias) a los cambios positivos/negativos que se puedan dar en el paciente.
Por lo tanto y para hacer un pequeño resumen, el modelo contextual de la psicoterapia se caracteriza por:
Explicar el trastorno no en términos de déficit/defecto en la persona sino en términos interactivos, funcionales y contextuales, algo que se da en la evolución de la persona y sus circunstancias.
Aquí no se entiende que el problema o trastorno se encuentre dentro de la persona, sino que es la persona la que se encuentra en unas circunstancias, una situación problemática
Considerar esto está relacionado con la misma persona y sus relaciones interpersonales. No tiene que haber un defecto/déficit en la persona que sea la causa de su trastorno, entre otras cosas porque estas terapias consideran que incluso los trastornos psicológicos son posibilidades del ser humano
Este tipo de terapias se basan en dos grandes principios:
Aceptación: Se propone el aceptar los síntomas, que el paciente no intente, no tenga por objetivo el deshacerse de ellos, que abandone esa lucha persistente que tiene
Activación: Con ello se refiere a que el paciente reoriente su vida según sus valores.
Como se mencionó unas líneas más arriba, se trata de no “darla más vueltas” al problema, sino de buscar soluciones, de resolverlo, de orientarnos hacia una solución que se basará, en este caso, en la clarificación de valores del paciente, en buscar lo que para él si importante, prioritario en la vida. Una búsqueda de nuevos horizontes…
La eficacia de este tipo de terapias no se mide por la cantidad de síntomas eliminados sino por los logros personales del paciente basados en la clarificación de valores.
Las diferencias de estas terapias con las de segunda generación son que las de 3ª, enfocan los casos desde una perspectiva contextualista, individual, cuyo principal objetivo no es la reducción de síntomas que presenta el paciente sino una reorientación de la vida de la persona, sin importar si los síntomas se reducen o no.
Mientras que las de 2º generación tienen un enfoque de déficit o defecto de la persona, presupone que la causa del trastorno es un defecto/déficit en el funcionamiento psicológico de la persona y el objetivo principal es la reducción de los síntomas que presenta el paciente, que definirá la eficacia de la terapia (a mayor reducción de síntomas, más eficaz es la terapia).
Los principales tipos de terapias de tercera generación desarrollados hasta el momento son:
- Terapia de aceptación y compromiso, ATC.
- Psicoterapia analítica funcional.
- Terapia de conducta dialéctica.
- Terapia conductual integrada de pareja.
- Terapia de activación conductual.
- Terapia cognitiva con base en Mindfulness.
- Terapia cognitiva con base para la psicosis.
Fuente: www.enfoquecentro.com