Un nuevo estudio australiano refuta la idea de que los pacientes con enfermedades mentales graves son incapaces de una comunicación efectiva con sus psiquiatras y no pueden colaborar con ellos para lograr mejores resultados.
«Las entrevistas son una parte fundamental para evaluar a las personas que sufren de trastorno del pensamiento (TD) y decidir cuál es la mejor terapia para ellos», dice la profesora Cherrie Galletly de la Facultad de Medicina de Adelaida, Universidad de Adelaida. «Las interacciones clínicas con personas que padecen enfermedades mentales graves pueden ser un desafío, especialmente si el paciente tiene una comunicación desordenada».
El estudio, publicado en la revista Australian Psychiatry, analizó 24 entrevistas clínicas de rutina entre psiquiatras y pacientes con TD, con una edad media de poco menos de 30 años.
«El estudio, el primero de su tipo, examinó la experiencia con la que los psiquiatras realizaron entrevistas clínicas de personas que padecen TD y los objetivos compartidos que se lograron», dice Galletly.
«Cuando se entrevista a personas con TD, los psiquiatras deben adoptar una mentalidad de que la información que proporciona el paciente en ese momento en particular es, para ellos, significativa, veraz, relevante y clara».
«Deben reunir fragmentos de información para crear e interpretar el significado y construir relaciones respetuosas al invitar a los pacientes a compartir sus perspectivas, sin importar cuán desordenados o delirantes aparezcan sus respuestas».
El trastorno del pensamiento es común en los trastornos psicóticos. Los pensamientos y la conversación de los pacientes con TD parecen ilógicos y carecen de secuencia y pueden ser delirantes o extraños en el contenido.
En 2010, el 0.3% de los australianos de entre 18 y 64 años tenía una enfermedad psicótica y los hombres de entre 25 y 34 años experimentaban las tasas más altas (0.5%) de enfermedad.
«Los pacientes son posicionados como participantes activos por los psiquiatras que adoptan un enfoque sin confrontaciones, sin prejuicios, transmitiendo apoyo y seguridad, y hacen preguntas abiertas que le permiten al paciente involucrarse, sentirse escuchado y trabajar con el psiquiatra para lograr un entendimiento compartido», dice Galletly.
«Los resultados de este estudio de entrevistas entre psiquiatras y sus pacientes resaltan la necesidad de repensar la noción de que los pacientes que experimentan TD son incapaces de comunicarse productivamente con las personas que intentan ayudarlos».
«Los psiquiatras utilizan técnicas transaccionales, relacionales e interactivas cuando hablan con pacientes con trastornos del pensamiento, que van más allá de las técnicas que normalmente se emplean en las entrevistas clínicas».
«Los psiquiatras experimentados realizan entrevistas significativas con estos pacientes, quienes a su vez responden de manera que creen la noción de que la comunicación efectiva no es posible».
«Los resultados de esta investigación se pueden utilizar para desarrollar recursos de capacitación para los médicos que trabajan con personas con trastornos psicóticos».
Fuente: Universidad de Adelaida.